lunes, 5 de abril de 2010

La cita documental MLA y APA

http://cc.bingj.com/cache.aspx?q=la+cita+documental+pdf&d=4955254172811619&mkt=es-MX&setlang=es-MX&w=832d4,b73ee2cc

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martes, 23 de marzo de 2010

Encuesta Nacional de Salud

Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
2006

Encuesta NacionalEncuesta Nacional
de salud y
nutrición
Editores
Gustavo Olaiz, Juan Rivera, Teresa Shamah, Rosalba Rojas,
Salvador Villalpando, Mauricio Hernández, Jaime Sepúlveda
2006
Primera edición, septiembre de 2006
Segunda edición, octubre de 2006
Coordinación editorial
Carlos Oropeza Abúndez
Edición
Gabriel Nagore Cázares • COORDINADOR
José Francisco Reveles Cordero
Daniel Arturo Domínguez Zetina
Sergio Reyes Angona
Susana de Voghel Gutiérrez
Producción
Samuel Rivero Vázquez • COORDINADOR
Liliana Rojas Trejo
Juan Pablo Luna Ramírez
Libny Paolo López Velasco • PORTADA
D.R. © Instituto Nacional de Salud Pública
Av. Universidad 655, Col. Santa María Ahuacatitlán
62508 Cuernavaca, Morelos, México
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
ISBN 970-9874-20-9
Citación sugerida:
Olaiz-Fernández G, Rivera-Dommarco J, Shamah-Levy T, Rojas R, Villalpando-Hernández S, Hernández-Avila M,
Sepúlveda-Amor J. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006. Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud
Pública, 2006.
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006
Autores por capítulo
Estado nutricio
Juan Rivera Dommarco, Lucía Cuevas Nasu, Teresa Shamah
Levy, Salvador Villalpando Hernández, Marco Antonio Avila
Arcos, Alejandra Jiménez Aguilar
Actividad física en adolescentes
Teresa Shamah Levy, Carmen Morales Ruan, Juan Rivera
Dommarco, Bernardo Hernández Prado, Luz María Gómez
Acosta, Eric Rolando Mauricio López, Alfonso Jesús
Mendoza Ramírez, Salvador Villalpando Hernández
Anemia
Salvador Villalpando Hernández, Verónica Mundo Rosas,
Teresa Shamah Levy, Juan Rivera Dommarco,
Eric Rolando Mauricio López
Programas de ayuda alimentaria
Teresa Shamah Levy, Juan Rivera Dommarco, Liliana
Nogueira Flores, Alejandra Jiménez Aguilar, Verónica
Mundo Rosas, Salvador Villalpando Hernández
Metodología
Oswaldo Palma, Teresa Shamah Levy, Aurora Franco,
Gustavo Olaiz, Ignacio Méndez Ramírez
Hogar y vivienda
Catalina Ramírez, Aurora Franco
Utilizadores
Catalina Ramírez, Gustavo Olaiz
Niños
Laura Mendoza, Juan Manuel Zurita, María Isidra
Hernández
Adolescentes
María Isidra Hernández, Aremis Villalobos, Juan Rauda
Adultos
Rosalba Rojas, Oswaldo Palma, Ivet Quintana
Contenido
Mensaje del Secretario de Salud 11
Palabras del Secretario Ejecutivo del Coneval 13
Presentación 15
Introducción 17
Metodología 19
1. Salud 35
◗ Hogar y vivienda 37
◗ Utilizadores 45
◗ Niños 57
◗ Adolescentes 67
◗ Adultos 75
2. Nutrición 83
◗ Estado nutricio 85
◗ Actividad física en adolescentes 105
◗ Anemia 111
◗ Programas de ayuda alimentaria 121
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
• 2006 •
Coordinación general
Jaime Sepúlveda Amor
Responsables
Gustavo Olaiz, Juan Rivera, Mauricio Hernández
Financiamiento
Secretarías estatales de salud
Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
Fondo Sectorial Sedesol-Conacyt
Instituto Nacional de Salud Pública
El equipo de trabajo agradece el apoyo financiero, logístico y operativo de las secretarías de salud de
las 32 entidades federativas que hicieron posible el levantamiento de la ENSANUT 2006
Diseño de la encuesta
Gustavo Olaiz
Juan Rivera
Rosalba Rojas
Teresa Shamah
Oswaldo Palma
Salvador Villalpando
Aurora Franco
Lynnette Neufeld
María Hernández
Laura Mendoza
Catalina Ramírez
Mauricio Hernández
Diseño muestral
Oswaldo Palma
Ignacio Méndez
Miguel Cervera
Diseño operativo
Gustavo Olaiz
Aurora Franco
Teresa Shamah
Grupo de programación y
desarrollo de sistemas
Fernando Zapata
Raúl Huerta
José Moreno
Javier Corona
Coordinadores de cartografía
Gustavo Romero
Antonio I. Torres
Manuel Martínez
Apolonio Allende
Humberto Martínez
Colaboración estatal SSA
Aguascalientes Salvador Bueno
Baja California Karla Sofía Ledezma
Baja California Sur Alejo Méndez
Campeche Liliana Montejo
Coahuila Marco Antonio Ruiz
Colima Norma Helida Baltazar
Chiapas Juan Manuel Centeno
Chihuahua Emma Ochoa
Durango Rafael Parra
Guanajuato Raúl Rojas
Guerrero Rufino Silva
Hidalgo Joel Rodríguez
Jalisco Arturo Muzquiz
México Jesús Luis Rubí Salazar
Michoacán Luis Jaime Venet
Morelos Leticia Arroyo
Nayarit Juan Alpízar
Nuevo León Hortensia Solís
Oaxaca Gerardo Flores
Puebla Javier Chávez
Querétaro Alma Delia Alcalá
Quintana Roo Aquiles Ulín
San Luis Potosí Laura Morí y Francisco J. Posadas
Sinaloa Elizabeth Niño
Sonora Alberto Montoya
Tabasco Alejandra Merino
Tamaulipas Jorge Sebastián Hernández
Tlaxcala Ramón Rodríguez
Veracruz Aidé Palafox
Yucatán Salvador Gómez
Zacatecas Eduardo Pinedo
Colaboración de las delegaciones
del Distrito Federal
Benito Juárez Miguel Alatriste
Coyoacán Ariana Canales
Magdalena
Contreras Manuel Mta. Figueroa
Cuajimalpa Mauro Segura
Álvaro Obregón Rosario Sánchez
Tlalpan Ezequiel Camacho
Venustiano
Carranza Mirca Leticia Mendoza
Gustavo A.
Madero Enrique Cerus
Cuauhtémoc Alba Mercedes
Manríquez
Miguel Hidalgo Hugo Vélez
Iztacalco Ramón Hernández
Iztapalapa Yakub Harms
Coordinación general
Gustavo Olaiz
Coordinación operativa
Gustavo Olaiz
Aurora Franco
Rosalba Torres
Subcoordinadores regionales
de Salud
Norma Cambrón
Patricia Lozada
Verónica Alejandra Jasso
Alicia Corichi
María de la Luz Alvarez
Diseño conceptual
Gustavo Olaiz
Rosalba Rojas
Laura Mendoza
María Isidra Hernández
Catalina Ramírez
Análisis
Gustavo Olaiz
Rosalba Rojas
Oswaldo Palma
Laura Mendoza
María Isidra Hernández
Juan Manuel Zurita
Aremis Villalobos
Rafael Alvarez
Teresa Alvarez
Apoyo administrativo
Laura Butrón
Diseño de los cuestionarios
Hogar y utilización de servicios de salud
Leticia Alfaro Ramos (INER)
Jorge Horacio Burguette Osorio (CNR)
Patricia Nilda Solís Sánchez (DGIS)
Marisela Vargas Cortés (CENAVECESalud
Bucal)
Víctor Noé García Edgar
(CENAVECE-Vectores)
Catalina Ramírez Cuadra (INSP)
Juan Rauda (INSP)
Bernardo Hernández (INSP)
Mara Téllez (INSP)
Carmen Rodríguez (DGPLADES)
Carlos Conde (INSP)
Gustavo Nigenda López (FUNSALUD)
José Arturo Ruiz L. (FUNSALUD)
Niños
Samuel Flores Huerta (HIMFG)
Verónica Pérez Zárate (HIMFG)
Margarita García Campos (INP)
Abelardo Ávila C. (INCMNSZ)
Teresa Shamah (INSP)
Adriana M. Mejía González
(CENAVECE)
Laura Mendoza (INSP)
Oswaldo Palma (INSP)
Adolescentes
María Elena Medina Mora
Martha Hijar (INSP)
Patricia Cravioto (DGEpidemiología)
Carlos Sanz Bead (DGEpidemiología)
Laura Pedrosa Islas (DGEGS)
Raúl Velázquez Sosa (CONADIC)
Santiago Zaragoza García
(DGEpidemiología)
Juana C. Sánchez M. (DGE)
María Isidra Hernández (INSP)
Laura Butrón (INSP)
Adultos
Carlos Aguilar (INCMN-SZ)
Aurora de Río (DGEGS)
Virginia Martínez (IN Cancerología)
Otilia Perichar t (IN Perinatología)
Diana Avendaño (IN Rehabilitación)
Raúl Velásquez (CONADIC)
Francisco Gómez (INCMN-SZ)
Juan Rull (INCMN-SZ)
Agustín Lara (CENAVECE)
Virginia Molina (CENAVECE)
Aurora Franco (INSP)
Rosalba Rojas (INSP)
Coordinación general
Juan Angel Rivera Dommarco
Teresa Shamah Levy
Coordinación operativa
Teresa Shamah Levy
Verónica Mundo Rosas
Coordinación del área de
micronutrimentos
Salvador Villalpando Hernández
Diseño conceptual
Juan Angel Rivera Dommarco
Teresa Shamah Levy
Salvador Villalpando Hernández
Diseño operativo
Teresa Shamah Levy
Verónica Mundo Rosas
Liliana Nogueira Flores
Liliana Juárez Martínez
Fabiola Mejía Rodríguez
Luz María Gómez Acosta
Alejandra Jiménez Aguilar
Diseño de los cuestionarios
Juan Angel Rivera Dommarco
Teresa Shamah Levy
Salvador Villalpando Hernández
Bernado Hernández Prado
Teresita González de Cossio
Lynnette Neufeld
Ericka Escalante
Anabelle Bonveccho Arenas
Verónica Mundo Rosas
Liliana Nogueira Flores
Lucía Cuevas Nasu
Oscar González Herrera
Miguel Gaytán Colín
Claudia Ivonne Ramírez Silva
Sonia C. Rodríguez Ramírez
Luz Dinorah González Castell
Coordinación de campo
Miguel Angel Gaytán Colín
José Sebastián Mendoza Olivares
Norma Isela Vizuet Vega
Socorro Jaimes Terán
Nohemi Hernández Carapia
Jessica Moreno Saracho
Capacitación y estandarización
Lucía Cuevas Nasu
Verónica Mundo Rosas
Liliana Nogueira Flores
Miguel Angel Gaytán Colín
José Sebastián Mendoza Olivares
Alejandra Jiménez Aguilar
Luz María Gómez Acosta
María de Jesús Liliana Juárez Martínez
Marco Antonio Quiroz Aguilar
Laura Reyes Rodríguez
Oscar González Herrera
Socorro Jaimes Terán
Nohemi Hernández Carapia
Norma Isela Vizuet Vega
Sonia C. Rodríguez Ramírez
Claudia Ivonne Ramírez Silva
Raquel García Feregrino
Martha Rivera Pasquel
Eduardo Rangel Baltazar
Claide Merlos Lucho
Nelva Estrada Jaimes
Luz Dinora González Castell
Erica Ileana Escalante Izeta
Fernanda Nava Buenfil
Emma Castrejón
Procesamiento
Eric Rolando Mauricio López
Marco Antonio Avila Arcos
Alfonso Jesús Mendoza Ramírez
Liliana Nogueira Flores
Lucía Cuevas Nasu
Análisis
Teresa Shamah Levy
Salvador Villalpando Hernández
Juan A. Rivera Dommarco
Lucía Cuevas Nasu
Verónica Mundo Rosas
Liliana Nogueira Flores
Ma. del Carmen Morales Ruan
Apoyo adiministrativo
Coordinación
Gabriela Eguiza Tamayo
Sandra Martínez López
Sandra Martínez Camacho
Sandra Chávez Velázquez
Eugenia Sánchez Cisneros
Juan Victoriano Montes Ramírez
Horacio Dávila Peralta
Zaira Hernández Lagunas
Apoyo secretarial
Ma. Magdalena Díaz Espinosa
Claudia Flores Oropeza
Martha Villalobos Olguín
Salud Nutrición

A partir de la creación del Sistema Nacional de Encuestas de Salud (SNES), México emprendió
hace 20 años el gran esfuerzo sistemático para obtener información pertinente y precisa tanto de las
condiciones de salud de la población como del desempeño del Sistema Nacional de Salud, con el
principal objetivo de mejorar el perfil de esta última mediante el diseño, la implantación, la evaluación
y la reorientación de acciones y políticas.
Este objetivo se ratificó en el Programa Nacional de Desarrollo 2001-2006, específicamente en
el Programa Nacional de Salud 2001-2006, considerando como base el esfuerzo conjunto de la sociedad
civil y el sector público para superar los retos de equidad, calidad y protección financiera a los
que nos enfrentamos en esta área del bienestar.
Los avances en estos tres desafíos constituyen el eje sobre el cual se estructura el SNES: la
Encuesta Nacional de Salud (ENSA), la cual se ha dividido ahora en los componentes de salud y de
nutrición, dada la importancia de este último en la transición epidemiológica que vive nuestro país
y cuyos efectos se constataron en la ENSA 2000.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006) tiene como característica
sobresaliente el levantamiento de información que permitirá el análisis de los resultados relacionados
con la salud de la población beneficiaria de programas sociales como el Seguro Popular y
Oportunidades, que han sido elementos fundamentales del apoyo gubernamental para la cobertura
universal y para la protección contra un mayor empobrecimiento por enfermedad y carencia de
servicios sanitarios.
La ENSANUT 2006 fue posible gracias al financiamiento de los gobiernos estatales, así como
de Oportunidades y del Fondo Sectorial Sedesol-Conacyt. Se agrega a los esfuerzos en rendición de
cuentas que presenta anualmente el sector al aparato legislativo y a la sociedad en general, a través
de las publicaciones Salud: México y Observatorio del desempeño hospitalario, pero desde la perspectiva
de una institución independiente conformada por expertos y académicos como lo es el Instituto
Nacional de Salud Pública. Además, al abarcar el periodo completo de la administración de gobier-
Mensaje del
Secretario de Salud
11
no actual y al poder compararse con la ENSA 2000, proporcionará al próximo gobierno federal una
sólida base para la planeación y la evaluación de las futuras acciones y políticas en salud.
El documento que tenemos ahora en nuestras manos, junto con otras encuestas de salud específicas
que se han levantado, constituye una riqueza difícil de cuantificar y que se ha forjado gracias
a la experiencia y esfuerzo de varias generaciones de médicos, enfermeras y otros trabajadores de la
salud; a la participación activa de la sociedad; al uso de las herramientas estadísticas más avanzadas,
y a un grupo de profesionales de distintas instituciones apoyados por las máximas autoridades de
salud del país de las tres últimas administraciones de gobierno.
En particular, es necesario destacar la participación del INSP, que ha puesto a nuestra disposición
la ENSANUT 2006, esto es, información basada en la evidencia que, como bien público, reforzará
acciones y políticas que se traducirán en mejores niveles de salud y bienestar de la población mexicana.
Dr. Julio Frenk Mora
Secretario de Salud
Hace 20 años, la Secretaría de Salud creó el Sistema Nacional de Encuestas de Salud (SNES), el
cual ha desarrollado más de 20 encuestas nacionales probabilísticas. Su objetivo ha sido obtener
información periódica sobre las condiciones de salud y nutrición de la población mexicana y sobre el
desempeño del Sistema Nacional de Salud. Dichas encuestas han permitido estudiar el perfil
epidemiológico de salud y nutrición en México y se han convertido en un instrumento de planeación
con base en el análisis objetivo de los principales indicadores de salud y nutrición y de la respuesta
social frente a estos problemas.
Actualmente, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) es la institución responsable del
SNES. Las primeras encuestas fueron de carácter temático, abordando el estudio de problemas específicos
de salud. Entre 1999 y 2000 el INSP agrupó las diferentes encuestas temáticas en dos grandes
encuestas nacionales: la de Nutrición de 1999, cuyo propósito fue el estudio del estado nutricio y la
salud de niños y mujeres en edad fértil, así como el de las políticas y programas sociales dirigidos a
mejorar la alimentación y la nutrición de la población marginada; y la Encuesta Nacional de Salud
2000, que abordó las condiciones de salud y el desempeño del Sistema Nacional de Salud.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006) unifica el contenido de
las encuestas de nutrición y de salud, creando una base de datos sin precedentes, la cual permite
abordar tanto los problemas de desnutrición y de rezago epidemiológico, que afectan especialmente
a la población más marginada, como los problemas derivados de la transición epidemiológica y
nutricional, principales retos de salud pública actualmente.
La ENSANUT 2006 amplió su cobertura para lograr, por vez primera, representatividad en
cada una de las entidades federativas. Esto permitirá retroalimentar la toma de decisiones en salud,
nutrición y desarrollo social en el ámbito estatal.
La ENSANUT 2006 incluye el estudio de la cobertura y utilización, por parte de la población,
de servicios y beneficios otorgados por varios programas de salud, alimentación, nutrición y desarrollo
social, que forman parte de la política nacional de desarrollo, incluyendo el Seguro Popular y
Palabras del
Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social
13
varios programas específicos de la Secretaría de Salud, como Arranque Parejo en la Vida y la distribución
de suplementos de vitaminas y minerales a niños y mujeres vulnerables; varios programas de
la Sedesol como Oportunidades, el de Abasto Social de la Leche Liconsa Fortificada y el Programa de
Ayuda Alimentaria; y los programas de distribución de alimentos del DIF, incluyendo los desayunos
escolares y la dotación de despensas a hogares de bajos ingresos. Esta valiosa información permitirá
evaluar el desempeño de programas de gran cobertura en nuestro país y su racionalidad y pertinencia,
a la luz de la distribución en la población de los problemas de salud y nutrición y de la pobreza.
Más aún, las encuestas nacionales de nutrición de 1988 y 1999 obtuvieron también información
detallada sobre los hogares beneficiarios de programas dirigidos a mejorar la alimentación y la
nutrición de la población. Contar con información sobre la cobertura, focalización y desempeño de
los programas de alimentación y nutrición durante casi 20 años, y simultáneamente sobre la evolución
de la magnitud y distribución de los problemas de mala nutrición en la población, permitirá
reflexionar sobre la efectividad de los diversos programas y aprender lecciones de utilidad para
retroalimentar el diseño de la política de desarrollo social, particularmente la dirigida a mejorar la
nutrición, la salud y el desarrollo de la población marginada.
En enero de 2004 se creó la Ley General de Desarrollo Social, cuyo propósito es garantizar el
acceso al desarrollo social y señalar las obligaciones del gobierno en la materia. Asimismo, establece
las instituciones responsables y define los principios y lineamientos generales a los que debe sujetarse
la Política Nacional de Desarrollo Social. El decreto enfatiza la importancia de la evaluación de
dicha política y crea para tal propósito al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (Coneval), que tiene por objeto revisar periódicamente el cumplimiento del objetivo
social de programas, metas y acciones de la política de desarrollo social, para corregirlos, modificarlos,
adicionarlos, reorientarlos o suspenderlos.
EL SNES es un instrumento de gran importancia y utilidad para el cumplimiento de los propósitos
para los que el Coneval fue creado, al generar información periódica, confiable y oportuna
sobre el estado de salud y nutrición de la población y sobre el desempeño de políticas y programas
dirigidos a la promoción tanto de salud y nutrición como de la prevención de enfermedades.
La ENSANUT 2006 coincide con el inicio de las operaciones del Coneval y será, sin duda, un
insumo importante para la evaluación de las políticas de desarrollo social dirigidas a mejorar la salud
y la nutrición de la población.
Dr. Gonzalo Hernández Licona
Secretario Ejecutivo
Coneval
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ha reforzado en los últimos años sus actividades de
investigación para brindar evidencias científicas que se traduzcan en acciones y políticas en pro del
mejoramiento de la salud de la población. Un aspecto importante en ese marco corresponde a la
información.
Desde hace 20 años, cuando la Secretaría de Salud inició en nuestro país un esfuerzo sistemático
por conocer las condiciones de salud de la población y la percepción sobre los servicios de salud,
el INSP se sumó a esta labor para delinearla desde una perspectiva académica, científica e independiente.
La importancia de la tarea originó la creación del Centro Nacional de Encuestas del INSP,
cuyo propósito es proveer una sólida base instrumental para el desarrollo de encuestas en las áreas de
la salud pública y, con ello, en la toma de decisiones correspondiente.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), que constituye un claro
resultado de este esfuerzo, se diseñó para recabar información relacionada principalmente con el
estado nutricio de los niños y adultos en México, el estado de salud de la población mexicana, la
prevalencia de algunos padecimientos crónicos e infecciosos, la percepción de la población sobre la
calidad y la respuesta de los sistema de salud estatales, las características sociodemográficas de los
hogares que incurren en un gasto catastrófico como consecuencia de la afectación de la salud de sus
miembros, y el estudio del impacto en salud del Programa Oportunidades.
A través de la ENSANUT 2006, el INSP consolida su papel como impulsor del avance de la
salud pública en México, al poner a disposición de la sociedad información que permitirá incidir
positivamente en su futuro.
Dr. Mauricio Hernández Ávila
Director General
Instituto Nacional de Salud Pública
Presentación
15

El Sistema Nacional de Encuestas de Salud, creado en 1986, cuando se realizó la primera Encuesta
Nacional, se ha convertido en referencia imprescindible para la salud pública en México, así como
punto de partida de innumerables investigaciones que trazan cada vez con mayor precisión el mapa
de este tema primario para el sano desarrollo de la población.
Uno de los hitos en esta historia reciente pero nutrida fue la Encuesta Nacional de Salud 2000
(ENSA 2000), que representó un esfuerzo sin precedente en su momento. Antes y después de ese punto,
con el mismo rigor metodológico, se realizaron encuestas temáticas sobre enfermedades infecciosas, enfermedades
crónicas, nutrición, adicciones, cobertura de vacunación y utilización de los servicios de salud,
entre otras.
Las encuestas, así como las investigaciones que se nutren de ellas, pero también las que utilizan
otras metodologías y fuentes, forman un complejo de información inapreciable para la toma de decisiones
y el diseño de programas y políticas públicas de atención y prevención en materia de salud.
Es necesaria, sin embargo, la certeza de los datos más recientes, para poder llevar a cabo la evaluación
precisa de las decisiones tomadas y puestas en práctica en estos años, de cara a la rendición de
cuentas. Pero sobre todo es insoslayable, ante la dinámica de las tendencias sanitarias, contar con una
radiografía más precisa de la salud de los mexicanos, para ajustar el rumbo conforme lo exija la realidad.
De ahí la pertinencia de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), que
introduce mejoras al ejercicio anterior en aspectos como la generación de un nuevo marco muestral
nacional; la sistematización de procedimientos para seleccionar a la población; la división del trabajo por
competencias (salud y nutrición); la inclusión de programas nacionales de salud y desarrollo social, como
base para evaluar su alcance, y la generación de información inmediata sobre temas trascendentes en
salud pública.
ENSANUT 2006 continúa tareas de gran escala que se incorporaron en ENSA 2000, como la
toma de muestras biológicas para obtener datos sobre concentración de glucosa y colesterol en sangre,
prevalencia de contactos con diferentes agentes virales y protección inmunológica generada por
los programas de vacunación, así como para la conformación de un banco de muestras biológicas, a
Introducción
17
partir del cual se trabaja en la identificación de factores biológicos asociados a los grandes retos de
salud en México, como la diabetes mellitus, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades
crónicas.
El marco conceptual de la ENSANUT 2006 se diseñó no sólo en torno a la salud de los mexicanos,
propiamente dicha, sino alrededor de los desafíos que plantea el acceso a la salud y la protección social.
Así, se definió el reto de la equidad, el reto de la calidad, el reto de la protección financiera y los retos en
salud como la disminución de las prevalencias en diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipercolesterolemia
y obesidad.
Una de las conclusiones inmediatas de la encuesta actual es el avance que ha habido en las
coberturas de los servicios de salud, como parte del Sistema de Protección Social en Salud, cuya
acción ha beneficiado principalmente a los hogares que viven en condiciones de pobreza extrema.
En el 2000, los datos obtenidos mostraban a 59.3% de la población sin cobertura de salud. Hoy este
número se ha reducido a 51.4%. Esto gracias, entre otras cosas, al Seguro Popular, que cuenta con
una penetración de 10.8% a nivel nacional. Pero queda mucho por avanzar para ofrecer una cobertura
universal.
Los esquemas de vacunación en diferentes rangos de edades sobrepasan 90%; la cobertura de
programas de cáncer de mama en mujeres de 40 a 69 años, aunque persiste a la baja, es hoy de 21.6%,
casi el doble que en 2000; la detección de diabetes ha pasado de 10.5 a 22.2%, mientras que la de
hipertensión arterial pasó de 13.4 a 22.7%; también importante fue el avance en la detección temprana
de cáncer cervicouterino, que pasó de 27.4% en 2000 a 36.1% en 2005.
En otro rubro, se obtuvieron datos valiosos sobre la percepción de calidad de la atención en
salud, por institución y por entidad, así como los patrones de utilización de los servicios respectivos.
Aquí se puso especial atención en la intersección de las coberturas de programas como Oportunidades
y Seguro Popular.
La ENSANUT 2006 se diseñó también con la idea de ser una fiel representación de la distribución
poblacional reflejada en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (el último disponible
al momento de su concepción), tanto en términos de edad como de género.
En números, la ENSANUT 2006 cubrió 48 304 viviendas, 206 700 integrantes del hogar, 24
098 niños, 25 166 adolescentes, 45 446 adultos, 50 027 serologías micronutrientes y 90 267
antropometrías.
Los resultados de la ENSANUT 2006, obtenidos en un tiempo corto, son uno de los primeros
frutos de muchos que cosecharemos en el futuro, pues tenemos una base amplia y confiable para el
análisis de los temas en salud por parte de todos sus actores: tomadores de decisiones, personal de salud,
investigadores y académicos y, de manera importante, la sociedad toda. Una base que permitirá diseñar
estudios, intervenciones y programas de salud, así como evaluar acciones y rendir cuentas.
La ENSANUT 2006 es, así, además de un diagnóstico valioso por sí mismo, materia prima para
todas las iniciativas que asuman, con creatividad y compromiso, la preservación, prevención o recuperación
de la salud.
Dr. Jaime Sepúlveda
Coordinador General
Institutos Nacionales de Salud
metodología
20 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
metodología 21
Metodología
Introducción
La salud de una población es un fenómeno complejo y dinámico relacionado con las condiciones
materiales de vida, con la dinámica demográfica de la población y con la organización
social en la producción de bienes y servicios, así como con el acceso de los grupos
poblacionales a estos últimos, incluidos los de salud.1 Desde la perspectiva de la transición
epidemiológica, el cambio en la salud está estrechamente vinculado a la dinámica demográfica,
económica y social de una población. Los determinantes fundamentales de este cambio
respecto al crecimiento demográfico son la distribución de la población entre áreas urbanas
y rurales, la industrialización progresiva y la urbanización.2
Hasta principios de los años noventa, se podía percibir en México una transición prolongada
polarizada, donde ocurría temporalmente una mezcla de enfermedades crónicodegenerativas
y enfermedades infecciosas y carenciales, con diferencias acentuadas particulares
según los estratos sociales y las regiones del país.3-6 Durante los últimos 50 años disminuyeron
las tasas de mortalidad, en especial la infantil, aumentó la esperanza de vida y, aunque
en menor medida, disminuyó la tasa de fecundidad. Por otra parte, entre las principales
causas de enfermedad y muerte se mantuvo una mezcla de enfermedades infecciosas y
carenciales y enfermedades crónicas (principalmente la diabetes, las enfermedades del corazón
y las neoplasias malignas), accidentes y violencia; sin embargo, las diferencias importantes
entre grupos poblacionales y regiones del país seguían persistiendo.
Un obstáculo importante para lograr la mejoría de las condiciones de salud de la población
ha sido la falta de acceso a los servicios de salud. Con la finalidad de incrementar el uso de
estos servicios, la Secretaría de Salud diseñó el Programa de Extensión de Cobertura, basado
en la instrumentación de un Paquete Básico de Servicios de Salud de cobertura universal y
gratuita, que incluye 12 intervenciones específicas de probada eficacia orientadas a la atención
de ocho de las principales causas de mortalidad del país. El impacto de estas intervenciones
en la salud de la población y el cumplimiento de cada uno de los programas específicos
21
22 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
están por evaluarse. A partir de 2001, con el PRONASA 2001 y 2006, se aplicó una serie de
programas básicos para trabajar los retos que enfrenta el sistema de salud, con programas
como el Seguro Popular, Mujer y Salud y Arranque Parejo en la Vida, entre otros.1
La magnitud de los cambios en los patrones de salud-enfermedad de la población, la dinámica
demográfica descrita y los cambios en los factores contribuyentes y facilitadores requieren
de vigilancia y seguimiento. Con este fin se han desarrollado diversos sistemas rutinarios de
información cuyo complemento son las encuestas de salud. Los sistemas rutinarios han mantenido
la información actualizada; sin embargo, ocasionalmente se requirieron encuestas
nacionales que proporcionan una fotografía panorámica del estado de salud de la población
para prever nuevos retos.
El seguimiento de los programas y su evaluación requiere de notables esfuerzos y metodologías
adecuadas. Las encuestas de salud poblacional son estudios de gran versatilidad que permiten
estudiar la magnitud y distribución de varias enfermedades y sus factores de riesgo, así
como las características relacionadas con la salud y la enfermedad, además de identificar
patrones de utilización de los servicios de salud y factores que determinan la relación de los
usuarios con las instituciones de atención.
Después de 20 años de haberse realizado las primeras encuestas de salud y nutrición (Encuesta
Nacional de Salud 1986 y Encuesta Nacional de Nutrición 1988), y de seis años de haberse
aplicado las más recientes (Encuesta Nacional de Nutrición 1999 y Encuesta Nacional
de Salud 2000), el INSP asumió el compromiso de mantener actualizada la información
sobre los principales aspectos socio-demográficos y la situación de salud de la población
mexicana.7-14 En este contexto, se convocó a más de 80 investigadores, especialistas y funcionarios
públicos a contribuir sus experiencias e ideas en el desarrollo de la encuesta. Estos
expertos se distribuyeron individualmente en los diversos temas de la encuesta para finalmente,
en equipo, generar el primer documento del diseño conceptual y su cuestionario
correspondiente. Este último fue modificado para complementar áreas de crecimiento o
interés, que se redujeron para limitar tiempos de relevantamiento y costos, y se mejoró la
redacción de las preguntas para facilitar su comprensión. Este grupo de investigación se
menciona en los créditos de la encuesta, ya que sin su participación la ENSANUT 2006
tendría notables limitaciones en su alcance.
Sistema Nacional de Encuestas de Salud
En México se realizó la primera Encuesta Nacional de Salud (ENSA I) en 1986 como parte
de la implementación de un Sistema Nacional de Encuestas de Salud, que incluye una serie
de estudios poblacionales complementarios con objetivos específicos (figura A). De esta
primera encuesta a la fecha, se han realizado al menos 23 encuestas nacionales.
metodología 23
La ENSANUT 2006 es la encuesta más compleja que se haya realizado; el INSP recabó información
relacionada al estado de salud y nutrición de la población mexicana, a la prevalencia de
algunos padecimientos crónicos e infecciosos, a la calidad y respuesta de los servicios de salud, y
al gasto en salud que realizan los hogares mexicanos. Con esta encuesta se pretende, además,
evaluar los cambios de prevalencias en la población mexicana, al comparar estos resultados con
los de las encuestas nacionales de Nutrición de 1988 y 1999, y de Salud de 1986, 1994 y 2000.
■ Figura A
Desarrollo de las encuestas nacionales de salud en México
ENSE ENCOVA ENDEYO ENSE ENVIM
ENED
EPTRO EMECADI EMECADI ENGASS
ENN ENEC ENN ENEC
ENA ENA ENA Colima
SSA-OMS
Salud Salud Salud Eval SP
1986 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
EPTRO Encuesta para Evaluar la Terapia de Rehidratación Oral
ENSE Encuesta Nacional Seroepidemiológica
ENN Encuesta Nacional de Nutrición
ENA Encuesta Nacional de Adicciones
ENCOVA Encuesta Nacional de Cobertura de Vacunación
ENDEYO Encuesta Nacional de Déficit de Yodo
EMECADI Encuesta sobre el Manejo Efectivo de Casos de Diarrea del Hogar en la Infancia
ENEC Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas
ENGASS Encuesta Nacional de Gasto y Aseguramiento en Servicios de Salud
ENVIM Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres
ENED Encuesta Nacional de Evaluación del Desempeño
Salud Encuesta Nacional de Salud
Eval SP Evaluación Seguro Popular
24 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Objetivos
Los objetivos que se plantearon para el desarrollo de la ENSANUT 2006 son:
1. Estimar la frecuencia y distribución de indicadores positivos de salud, factores de riesgo
de enfermedad, estado nutricio y deficiencias de nutrimentos, enfermedades (agudas y
crónicas), lesiones y discapacidad en los ámbitos nacional, regional, urbano y rural, y
para cada una de las entidades federativas en México
2. Contribuir a la evaluación de programas y políticas que inciden en la salud de la población
3. Identificar y conocer los factores ambientales, socioeconómicos, culturales y de estilos
de vida asociados con la salud y las enfermedades estudiadas
4. Identificar los indicadores de calidad de los servicios de salud, a través de la medición
de la percepción de calidad de la población general
5. Identificar los factores relacionados con la accesibilidad y utilización de los servicios
de salud
Metodología
La ENSANUT 2006 está diseñada para recabar información relacionada con el estado de salud
y nutrición de la población mexicana, la calidad y respuesta de los servicios de salud, las políticas
y programas que inciden en la salud poblacional y el gasto en salud que realizan los hogares
mexicanos. Entre otros aspectos que se podrán explorar utilizando la información derivada de la
ENSANUT 2006, se listan los siguientes:
■ Estado nutricio de los niños y adultos en México
■ Estado de salud de la población mexicana y la prevalencia de algunos padecimientos
crónicos e infecciosos
■ Percepción de la población sobre la calidad del sistema de salud en el estado
■ Percepción de la población sobre la respuesta del sistema de salud en el estado
■ Características sociodemográficas de los hogares que incurren en un gasto catastrófico
como consecuencia de la afectación de la salud de sus miembros
■ El impacto en salud del Programa Oportunidades (Oportunidades)
La información recabada a nivel estatal permite diferenciar las características de la población
urbana y rural, distribuir a la población en cuatro estratos de ingreso y ubicarla en los principales
grupos poblacionales (niños, escolares, adolescentes, adultos y adultos mayores).
metodología 25
Unidades de análisis
Las unidades de análisis definidas para la encuesta son las siguientes:
■ Hogar es el conjunto de personas, relacionadas o no por algún grado de parentesco,
que habitualmente duermen en una misma vivienda o bajo el mismo
techo, beneficiándose de un ingreso común, aportado por uno o más de
los miembros del hogar
■ Utilizadores de servicios de salud son las personas del hogar que buscaron o
recibieron atención dentro de los seis meses anteriores a la fecha de la encuesta,
ya fuera por enfermedad, lesión, accidente o por prevención y rehabilitación.
La utilización de los servicios de salud incluye vacunación, revisión
del niño sano, planificación familiar, cuidado del embarazo, prueba del
papanicolau, servicio dental, obtención de certificado médico, atención de
las brigadas de salud, pláticas de educación para la salud, programa de control
de diabetes o hipertensión arterial
■ Niños son las personas del hogar entre 0 y 9 años de edad
■ Adolescentes son las personas del hogar que se encuentran en el grupo de
edad de 10 a 19 años
■ Adultos son las personas del hogar mayores de 19 años
Cobertura geográfica y de unidades
La información obtenida de la ENSANUT 2006 permite el cálculo de indicadores
estatales con representatividad de las áreas urbanas y rurales de cada entidad federativa.
Por razones de tipo operativo no se incluyen las viviendas colectivas como instalaciones
militares, cárceles, conventos, hoteles, asilos, etcétera.
Estratificación
La estratificación de las unidades muestrales se realizó tomando en consideración
las variables de tamaño de localidad y estatus de incorporación al Programa Oportunidades
(cuadros A y B).
De esta manera, de acuerdo con las características de cada estado, se obtuvo un
máximo de seis estratos por entidad federativa.
■ Cuadro A
Estratos por tamaño de localidad. México,
ENSANUT 2006
Estrato Descripción
I. Ciudad o área ■ Ciudades y
metropolitana áreas metropolitanas
■ Resto de las ciudades de
100 000 y más habitantes y
o capitales de estado
II. Complemento ■ Localidades de 2 500
urbano a 99 999 habitantes
III. Rural ■ Localidades con menos de
2 500 habitantes
■ Cuadro B
Estratos por estatus de incorporación a
Oportunidades. México, ENSANUT 2006
Estrato Descripción
I. Oportunidades ■ Localidades incorporadas al
Programa Oportunidades
II. No Oportunidades ■ Localidades no incorporadas
al Programa Oportunidades
26 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Entidad Viviendas
Aguascalientes 1 620
Baja California 1 476
Baja California Sur 1 476
Campeche 1 476
Coahuila 1 476
Colima 1 620
Chiapas 1 476
Chihuahua 1 476
Distrito Federal 1 476
Durango 1 548
Guanajuato 1 512
Guerrero 1 476
Hidalgo 1 476
Jalisco 1 620
México 1 620
Michoacán 1 476
Morelos 1 620
Nayarit 1 584
Nuevo León 1 476
Oaxaca 1 476
Puebla 1 476
Querétaro 1 512
Quintana Roo 1 620
San Luis Potosí 1 476
Sinaloa 1 548
Sonora 1 476
Tabasco 1 476
Tamaulipas 1 476
Tlaxcala 1 548
Veracruz 1 476
Yucatán 1 584
Zacatecas 1 476
Nacional 48 600
Tamaño de muestra
Para la determinación del tamaño de muestra de la ENSANUT 2006 se consideró que
la menor proporción de importancia (prevalencia mínima de interés) que debía estimarse
con precisión era 8.1 por ciento. Además, considerando que los estimadores
estatales obtenidos por la encuesta deberían tener un error relativo máximo de 25%,
un nivel de confianza de 95%, una tasa de no respuesta de 20% y un efecto de diseño
de 1.7,a se determinó un tamaño de muestra de al menos 1 476 hogares, usando la
siguiente fórmula:
donde
n Tamaño de muestra
P Proporción a estimar
Cuantil de una distribución normal asociado a un nivel de confianza
deseado
r Error relativo máximo que se está dispuesto a aceptar
deff Efecto de diseño que es la pérdida o ganancia en la eficiencia de
diseño, por tratarse de un diseño complejo
TR Tasa de respuesta esperada
En 13 entidades el tamaño de muestra se elevó hasta un máximo de 1 620 viviendas,
para poder garantizar un mínimo de 300 hogares incorporados al Programa Oportunidades.
Así, el tamaño de muestra nacional fue de 48 600 viviendas, lo que permite
estimar prevalencias de 0.4% y más (cuadro C).
Cabe señalar que la asignación del tamaño muestral entre los estratos se realizó de
forma proporcional al tamaño de los mismos excepto en aquellas entidades en que
se amplió el tamaño de muestra, donde la ampliación se distribuyó entre los estratos
que incluían hogares incorporados a Oportunidades. Lo anterior implica que el
diseño de muestra de la encuesta no es autoponderado.
Esquema de selección
El diseño muestral de la ENSANUT 2006 es probabilístico, polietápico,
estratificado y por conglomerados.
Por razones de carácter operativo, el esquema de selección es diferencial entre los
estratos de estudio. En los estratos I y II el esquema de selección es idéntico, mientras
que en el estrato III existe una variación.
2
∝/2 Z
a De acuerdo con estimaciones obtenidas de la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 y la Encuesta Nacional de
Salud 2000.
n=
r2P TR
Z (1-P) deff
2
∝/2
Cuadro C
Tamaño de muestra de viviendas por entidad federativa.
México, ENSANUT 2006
metodología 27
Estratos I y II
■ En la primera etapa se seleccionaron áreas geoestadísticas básicas (AGEB) con probabilidad
proporcional al tamaño (PPT) definido por el número de viviendas particulares
habitadas en el AGEB
■ Para cada uno de los AGEB seleccionados se eligieron seis manzanas con probabilidad
proporcional a su número de viviendas
■ Posteriormente, en cada una de las manzanas seleccionadas se realizó una selección de
seis viviendas usando muestreo sistemático con arranque aleatorio
■ En cada una de las viviendas seleccionadas, y siempre que la composición del hogar lo
permitió, se seleccionaron, mediante el uso de muestreo aleatorio simple, un adulto, un
adolescente, un niño y un utilizador de servicios de salud, según las definiciones dadas
anteriormente. La encuesta se aplicó en todos los hogares de la vivienda seleccionada
■ A cada uno de los individuos seleccionados al interior del hogar se les aplicó la entrevista
siguiendo el cuestionario correspondiente
Estrato III
En el caso de las localidades que conforman el estrato III, el esquema de selección fue como sigue:
■ Las unidades primarias de muestreo fueron AGEB que contenían localidades que conformaban
el estrato III. La probabilidad de seleccionar un AGEB fue proporcional al
número de viviendas particulares habitadas en él. Se seleccionaron tantos AGEB como
correspondió al tamaño de muestra del estrato en la entidad
■ La Unidad Secundaria de Muestreo (USM) estuvo constituida por las localidades o
conjuntos de localidades que agrupaban un mínimo de 120 viviendas. Estas USM se
seleccionaron con probabilidad proporcional al número de viviendas particulares habitadas
que conglomeraban
■ Para cada localidad o grupo de localidades seleccionadas se extrajo una muestra aleatoria
sistemática de tres segmentos de 12 viviendas cada uno
■ En cada una de las viviendas que conformaron los segmentos seleccionados se aplicó la
encuesta a todos los hogares que éstas incluyeran. Siempre que la composición del
hogar lo permitiera, se seleccionaron un adulto, un adolescente, un niño y un utilizador
de servicios, según las definiciones dadas anteriormente. Esta selección se realizó mediante
muestreo aleatorio simple
Obtención de la información
En la figura B se esquematiza el contenido general de los cuestionarios, las variables de interés y
el tipo de muestras y mediciones que se realizaron para cada grupo de edad. Se debe señalar que
existen diversas líneas generales de la encuesta: en particular, para toda la población se determi28
encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Identificación de hogares
■ Características sociodemográficas
■ Transferencias institucionales (incluye
los programas de desarrollo social)
■ Situación de salud y utilización de
servicios de salud (ambulatorios y
preventivos)
■ Características de la vivienda
■ Activos del hogar
■ Difusión, aceptación y utilización del
Seguro Popular
■ Nutrición
■ Indicadores positivos y factores de riesgo
■ Vacunación
■ Enfermedades diarreicas
■ Infecciones respiratorias agudas y asma
■ Accidentes
■ Prácticas de lactancia
■ Alimentación complementaria (<2 años)
■ Dieta (1-9 años)
■ Factores de riesgo
■ Infecciones de transmisión sexual
■ Salud reproductiva
■ Actividad física
■ Conductas alimentarias
■ Accidentes y violencia
■ Dieta
I. Factores de riesgo
■ uso de tabaco
■ uso de alcohol
■ actividad física
■ sobrepeso y obesidad
II. Enfermedades crónicas
■ Diabetes mellitus
■ Hipertensión arterial
■ Enfermedades cardiovasculares
■ Enfermedades renales y dislipidemias
■ Cáncer
III. Salud Reproductiva
IV. Accidentes y violencias
V. Programas preventivos
■ Dieta
■ Utilización de los servicios de salud
ambulatorios, preventivos y curativos
■ Patrones de utilización de servicios de
salud ambulatorios
■ Accesibilidad y calidad de la atención
■ Utilización y accesibilidad de servicios de
salud ambulatorios
■ Figura B
Contenido general de los cuestionarios de la ENSANUT 2006, México
Cuestionario Cuestionarios Toma de muestras
de hogar individuales Tema Mediciones
Niños
0 a 9 años
Adolescentes
10 a 19 años
Adultos
≥ 20 años
Utilizador
de servicios de salud
ambulatorios
■ Peso y talla
■ Sangre capilar
■ Sangre venosa
(1 a 9 años)
■ Peso y talla
■ Sangre capilar
■ Sangre venosa
■ Peso y talla
■ Tensión arterial
■ Sangre capilar
■ Sangre venosa
metodología 29
naron los patrones de consumo, dieta, actividad física y lesiones. Estos cuatro grupos de preguntas
son transversales y se complementan con el resto de los cuestionarios individuales que especifican
cada grupo de edad.
Logística en campo
Para el levantamiento de la ENSANUT 2006, la estrategia de trabajo se dividió en dos fases:
primera fase: realización de cartografía, y segunda fase: levantamiento de cuestionarios.
Primera fase
Para la realización de la cartografía de las localidades seleccionadas en los estados se contó
con la participación de 20 cartógrafos, cuatro supervisores y un coordinador de cartografía.
En esta fase se actualizaron los listados de hogar, se elaboraron los croquis de las manzanas
seleccionadas en todas las localidades y se ubicaron las viviendas seleccionadas para la realización
del levantamiento de cuestionarios.
■ El grupo de cartógrafos visitó cada localidad tres semanas antes de que lo hiciera el
equipo a cargo del levantamiento de datos
■ Una vez seleccionados los AGEB en cada estado y las manzanas al interior de los
AGEB, los cartógrafos realizaron un recorrido sistemático, visitando todas las viviendas
de las manzanas e iniciando en el hogar ubicado más al noroeste
■ Al finalizar el recorrido del AGEB, mediante un programa computarizado, se seleccionaron
las viviendas
■ Posteriormente, el cartógrafo regresó a las viviendas seleccionadas para aplicar el cuestionario
de actualización de datos del hogar
■ En cada vivienda seleccionada se identificó al o a los hogares que la conforman y su composición
familiar. Esto permitió que más tarde fueran entregadas a los entrevistadores las carátulas
de los cuestionarios con la información actualizada sobre dicha composición
■ Finalmente, se colocó en el exterior de la vivienda un banderín color amarillo para ser
identificadas por los entrevistadores
Segunda fase
Para el levantamiento de la ENSANUT 2006, la encuesta se dividió en dos componentes:
salud y nutrición. El país se dividió en cuatro rutas donde el levantamiento se hizo en forma
simultánea: noroeste, noreste, sur y centro del país.
El personal de campo se agrupó en ocho equipos de trabajo: cuatro de nutrición y cuatro de
salud. Cada equipo de los dos componentes (nutrición y salud) cubrió una de las rutas de
trabajo (mapa A).
30 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Cada uno de los equipos, tanto de nutrición como de salud, estuvo conformado por un
coordinador, dos subcoordinadores, cuatro apoyos de cómputo, cinco supervisores, 40 entrevistadores
y seis choferes.
■ Los coordinadores de salud y de nutrición recibieron de los cartógrafos las carátulas
actualizadas y la cartografía para la realización de la visita a las viviendas. Debe destacarse
que para cada grupo de entrevistadores la población a entrevistar fue
preseleccionada por el equipo de muestreo, siguiendo un procedimiento aleatorio y
automatizado
■ Los entrevistadores trabajaron en equipos de 2 visitando y aplicando la encuesta en las
viviendas de las AGEB seleccionadas
La aplicación de los instrumentos de recolección de información se realizó en computadoras
personales laptop. En cada equipo, al cargarse en la computadora la información muestral, se
presentó exclusivamente la información de la población por entrevistar, incluyendo la información
demográfica básica. En este sentido, cada entrevistado fue confirmado en tres
ocasiones, la primera en el levantamiento cartográfico y después en los dos operativos, el de
salud y el de nutrición.
■ Mapa A
Rutas del levantamiento de la ENSANUT 2006, México
Ruta 1
Ruta 2
Ruta 3
Ruta 4
metodología 31
Equipos de salud
Los instrumentos de recolección de información que fueron aplicados por el personal de salud
consistieron en cinco cuestionarios estandarizados, integrados por diferentes secciones.
■ Uno de los entrevistadores de cada equipo aplicó el cuestionario de hogar, mientras
que el otro realizó la identificación y confirmación de los individuos seleccionados,
para luego proceder a la aplicación de los cuestionarios de niños, adolescentes y adultos,
según fuera el caso. En los hogares en que no se encontró ninguna persona seleccionada,
el segundo entrevistador se trasladó a la siguiente vivienda para iniciar las
entrevistas de hogar
El cuestionario de hogar permitió el registro de la ubicación de los hogares y la verificación
de la información sobre datos generales de la constitución de cada uno de éstos.
El cuestionario de utilizadores de servicios de salud obtuvo información sobre la percepción de la
salud de la población y la respuesta de los proveedores de salud ante la demanda de servicios, lo
que permite el estudio de la cobertura, la utilización y la calidad de los servicios de salud.
El cuestionario de adultos provee información sobre la utilización de programas preventivos,
así como de diversas patologías como obesidad, depresión, accidentes, agresión y violencia,
así como la identificación de problemas de diabetes e hipertensión arterial, enfermedad
cardiovascular y renal, y varios factores de riesgo, como el tabaquismo y el alcoholismo.
El cuestionario sobre adolescentes proporciona información referida a la población de 10 a
19 años de edad, incluyendo información sobre factores de riesgo, tabaquismo, infecciones
de transmisión sexual, salud reproductiva, accidentes, agresión y violencia.
El cuestionario aplicado a niños permite captar los datos generales de su estado de salud
mediante la aplicación de los reactivos sobre factores de riesgo, cobertura de los esquemas de
vacunación, enfermedad diarréica, infecciones respiratorias agudas, asma y accidentes.
En los sujetos seleccionados, además de la aplicación del cuestionario correspondiente a su
grupo de edad por parte del equipo de salud, el equipo de nutrición obtuvo, mediante punción
capilar, una muestra de sangre para determinar la concentración de hemoglobina y sus medidas
antropométricas (peso, talla o longitud y circunferencia de cintura). A las mujeres que
hubieran dado a luz en el transcurso de los últimos cinco años, se les aplicó un cuestionario
sobre el peso de los niños al nacer, independientemente de que hubieran sobrevivido o fallecido.
Además, se aplicó un cuestionario sobre programas de ayuda alimentaria en la familia del
sujeto de estudio seleccionado. A todas las familias beneficiarias del Programa Oportunidades
32 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
y del Programa de Abasto Social de Leche Liconsa detectadas en la encuesta se les
aplicó una serie de preguntas específicas sobre dichos programas.
Equipos de nutrición
■ Cada ruta de trabajo fue atendida por un equipo que comprendía cinco brigadas
conformadas por cuatro parejas de entrevistadores y un supervisor. Cada
pareja consistía en un entrevistador responsable de la aplicación de las encuestas
sobre dieta y sobre programas de ayuda alimentaria, y otro estandarizado
para la obtención de las mediciones antropométricas, toma de presión
arterial y muestras sanguíneas
■ Inicialmente, el coordinador o los subcoordinadores de campo asistieron a la
Secretaría de Salud estatal para notificar la presencia de los encuestadores
en el estado, a fin de que ésta extendiera la información a las jurisdicciones
La información en cada localidad se recabó en dos días: en el primero se verificó la
composición del hogar de acuerdo con la información proporcionada por los cartógrafos,
se solicitó la firma de una carta de consentimiento informado, se obtuvieron las
mediciones antropométricas, la información referente a la frecuencia del consumo de
alimentos en el hogar y fuera del hogar, la información referente al bajo peso al nacer
en los niños nacidos en los últimos cinco años y sobre los programas de ayuda alimentaria.
Durante la primera visita también se concretó una cita para el día siguiente, generalmente
a temprana hora, a fin de obtener las muestras sanguíneas en ayunas. Durante el
segundo día, por la mañana, se obtuvieron las muestras sanguíneas y la toma de la
presión arterial y se recuperó información faltante del día anterior.
Los días hábiles para ambos equipos fueron de martes a domingo: este último día
se empleó para recuperar casos no cubiertos durante la semana.
Consideraciones éticas
Se pidió que el sujeto seleccionado o el responsable del cuidado del menor firmara
una carta dando su consentimiento para la entrevista y otra para la toma de la
muestra de sangre. Estos formatos y el proyecto en su conjunto fueron aprobados
por el Comité de Etica del Instituto Nacional de Salud Pública.
metodología 33
Referencias
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en México. Hacia un sistema universal de salud. México DF: Secretaría de Salud, 2001.
2. Omran A. The epidemiologic transition. A theory of the epidemiology of population change.
Milbank Mermorial Fund. Quarterly 1971;49:509-538.
3. Frenk J, Bobadilla JL, Sepúlveda J, López M. Health transition in middle-income coutries.
New challenges for the organization of services. Health Policy Plan 1989;4(1):29-39.
4. Frenk J, Bobadilla J, Stern C, Frejka T, Lozano R. Elementos para una teoría de la transición
en salud. Salud Publica Mex 1991;33(5):448-462.
5. Frenk J, Frejka T, Bobadilla JL, Stern C, Lozano R, Sepúlveda J. The epidemiologic transition
in Latin America. Bol Oficina Sanit Panam 1991;111(6):485-496.
6. Sepúlveda J, López M. La transición epidemiológica en México: mitos y realidades. México
DF: Secretaría de Salud, 1990:1-23.
7. Poder Ejecutivo Federal. Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000. México: Poder
Ejecutivo Federal, 1995.
8. Andersen R. Access to medical care in the USA. Med Care 1978;16(7):533-546.
9. Arredondo A. Modelos explicativos sobre la utilización de servicios de salud: revisión y
análisis. Salud Pub Méx 1992;34:36-49.
10. Frenk, J. La nueva salud pública. México: FCE, 1996.
11. Donabedian A. Los espacios de la salud: aspectos fundamentales de la organización. México:
FCE, 1988:78-81.
12. Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Salud I (ENSA I). México: SSA, 1987.
13. Secretaría de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud
II(ENSA II). México: SSA/INSP, 1994.
14. Secretaría de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud (ENSA
2000). México: SSA/INSP, 2000.

salud
1.

Hogar y vivienda
La población general de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT
2006) presentó una distribución por sexo casi homogénea, como se observa en la figura
1.1, donde 52.1% de la población son mujeres y 47.9% hombres. Con respecto al índice de
masculinidad, éste fue de 0.92 a nivel nacional. Los resultados son congruentes con las
tendencias descendentes observadas en la Encuesta Nacional de Salud II (ENSA II), realizada
en 1994, y la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA 2000).
En la población masculina, la proporción más alta se dio en los grupos de edad de 5 a 9 años
(5.30%) y de 10 a 14 años (5.98%) y, en el caso de las mujeres, en los grupos de 15 a 19 años
(5.74%) y de 20 a 24 años (5.27%).
37
100 o más
95-99
90-94
85-89
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-49
35-39
30-34
25-29
20-24
15-19
10-14
5-9
0-4
100 o más
95-99
90-94
85-89
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-49
35-39
30-34
25-29
20-24
15-19
10-14
5-9
0-4
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
■ Figura 1.1
Pirámides de población del Censo 2000 y de la ENSANUT 2006, México
CENSO 2000
Pirámide poblacional de la República Mexicana
ENSANUT 2006
Pirámide poblacional de la República Mexicana
38 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Lo anterior indica que la población de mujeres ha incrementando y la base de la pirámide (grupos
de 0 a 4 años) se va haciendo más angosta conforme pasa el tiempo; asimismo, se identifica
mayor concentración en los grupos de adolescentes y disminución de la misma en los grupos que
se encuentran en edad productiva, en contraste con la ENSA II, en la que los grupos de mayor
concentración eran estos últimos.
Las diferencias observadas en la distribución porcentual por grupos de edad y sexo entre las
pirámides poblacionales del XII Censo General de Población y Vivienda 2000 y la ENSANUT
2006 probablemente se deban a la migración de ciertos grupos (hombres de 20 a 44 años de
edad), correspondiente al periodo de levantamiento.
La distribución etaria es muy similar a la observada en el Censo 2000, donde se perfila una
estructura joven por edades y un aumento de la población femenina, con una tendencia
similar a la observada en la ENSA II de 1994 y la ENSA 2000. En la primera se encontró que
50.5% eran mujeres y 49.5% eran hombres, con un índice de masculinidad nacional de 0.98,
y en la ENSA 2000 la distribución fue de 57.7% para mujeres y 49.3% para hombres, con un
índice de masculinidad de 0.97.
Lo anterior confirmó el ligero incremento de la población femenina, en relación con el
decremento en el número de hombres, que fue de un índice de masculinidad de 0.98 en
1994, a 0.97 en 2000 y hasta 0.92 en 2005.
En cuanto al aseguramiento, 48.5% de la población a nivel nacional manifestó no tener ningún
tipo de protección por parte de instituciones o programas de seguridad social, lo cual sigue
siendo un porcentaje muy alto, a pesar de que se ha observado una disminución con respecto a
lo manifestado en la ENSA II, que fue de 59.5%, y en la ENSA 2000, de 58.9 por ciento. El
IMSS está entre las instituciones con mayor porcentaje de aseguramiento, con 27.6% del total
de la población, mientras que 5.2% de la población reportó estar asegurada por el ISSSTE, y
sólo 0.7% mencionó tener seguro médico pagado por ellos mismos (figura 1.2). Los resultados
del Censo 2000 son similares para el ISSSTE, mientras que para el IMSS se observa una
disminución porcentual de cerca de 5 puntos. Las coberturas reportadas para el Censo fueron:
IMSS, 32.3%; ISSSTE, 5.9%; otras instituciones de seguridad social, que incluyen Pemex,
Sedena y Semar, 3.7%; privadas y otras, 2.7 por ciento.
Actualmente, entre los nuevos programas de aseguramiento está el del Seguro Popular (SP), el
cual fue mencionado por 14.6% de la población total entrevistada en la ENSANUT 2006
como su único sistema de protección en salud.
Uno de los aspectos que contrasta con la población no asegurada, es el de los grupos que
manifestaron estar asegurados por más de una institución, lo que se concibe como los traslapes
institucionales, es decir, aquellas personas que pagan seguro de salud a más de una entidad, lo
salud / hogar y vivienda 39
que implica un doble gasto en salud. Por ejemplo, se observa que 0.1% de las personas
tiene seguro por el IMSS y una institución particular, 0.5% tiene protección por
el ISSSTE y el IMSS, y 2.5% por otras instituciones de aseguramiento.
El aseguramiento por las instituciones que tradicionalmente proporcionaban la seguridad
social es cada vez menor en relación con la población, y ganan espacios los
traslapes entre las instituciones tradicionales de seguridad social y las instituciones
privadas. Así, a primera vista, las instituciones que proporcionan seguros médicos
privados significaron, en la ENSA II, 2.4% de asegurados; en la ENSA 2000, 1.8%,
y en la ENSANUT 2006 1.13%, pero existe un grupo de instituciones no clasificadas
anteriormente, y que corresponde a consultorios privados o a la contratación a
través de aseguradoras regularmente privadas, y éste representa 2.13%, lo que indica
un incremento en la modalidad de seguros médicos.
Los datos nacionales de la ENSANUT 2006 muestran la tendencia a que los grupos
etarios extremos usen más servicios (figura 1.3). Asimismo, la morbilidad
percibida y la utilización de servicios en los 15 días previos a la encuesta muestran
■ Figura 1.2
Distribución de la población, según condición de aseguramiento. México, ENSANUT 2006
27.6%
0.2%
48.5%
5.2%
0.5%
0.2%
14.3%
0.1%
2.5%
0.1%
0.7%
Sólo ISSSTE ISSSTE e IMSS Sólo IMSS IMSS y SP Sólo SP
SP y otras IMSS y otras Sólo otras SP y privada Privada e ISSSTE
IMSS y privada Privada Sólo privada Ninguno
40 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
una disposición en la gráfica con la característica forma de “U”, en la que los
grupos etarios extremos son los que presentan mayor utilización de los servicios de
salud. Este comportamiento es similar en ambos sexos, con mayor prevalencia en
los grupos de 0 a 4 años y de más de 64 años, pero muestra una diferencia en la
proporción de problemas de salud a partir del grupo de 70 y más años, donde se
presenta un descenso entre los hombres de 70 a 74 años, y un repunte a partir de
los 75 años. En el caso de las mujeres, la prevalencia se da de forma ascendente
hasta el grupo de 70 a 74 años, con un descenso en el grupo de 75 y más años. En
la ENSA 2000, el comportamiento fue similar para los grupos de 60 años y más, y
en lo reportado en la ENSA II las tasas de utilización fueron mayores en el grupo
de 80 a 84 años y descendieron para el grupo de 85 años y más.
La necesidad de cubrir los requerimientos de utilización de servicios de salud, para
recuperar o conservar un buen estado de salud de la población, llevó a las instituciones
del sistema de salud a diseñar e implementar programas sociales que ayuden
a la población a derribar las barreras económicas que les impiden utilizar los servicios
de salud. Entre los nuevos programas está el llamado Seguro Popular de Salud.
Con respecto a la afiliación al programa del Seguro Popular, encontramos que las
entidades federativas con menor número de hogares afiliados (de 1.8% a 6.1%)
son el Distrito Federal, Coahuila y Guerrero, y donde se reportó mayor afiliación
de hogares (18.5 a 48.5%) fue en Aguascalientes, San Luis Potosí, Colima, Tabasco
y Campeche. El número de familias a afiliar se determinó y se acordó a través de
convenios firmados entre las autoridades federales y las estatales, y lo que se ve en
el mapa como mayor afiliación corresponde a las entidades federativas en donde
se inició la afiliación al programa (figura 1.4).
Entre las preguntas realizadas a los usuarios del programa del Seguro Popular se
encuentra la que inquiere sobre las razones por las que los usuarios no pagan la
afiliación al programa, y entre las principales respuestas se encontraron las siguientes:
48.7% de los hogares manifestaron que su afiliación la cubre el programa
Oportunidades; 34% que lo paga el gobierno; 1% que lo cubre el programa Procampo;
15% manifestó que no pagarían sin especificar la causa, y el restante 2.2% que el
pago lo cubrían otros programas o familiares (figura 1.5).
La información anterior nos indica que la afiliación al programa del Seguro Popular
coincide de manera importante con la de otros programas sociales, lo que indica
una focalización adecuada hacia la población de menos recursos.
Se encuestaron 23 590.1 viviendas y 23 759.1 hogares en todo el país. El número
estimado mediante la ponderación fue de 23 590 100 viviendas y 23 759 100
hogares, lo que representa a 103 900 000 individuos en el país.
■ Figura 1.3
Prevalencia lápsica de algún problema de salud en las dos
semanas previas a la entrevista, según grupos quinquenales
de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
B
B
B
B B
B
B
B
B
B B
B B B B B
B
25
20
15
10
5
0
%
B Hombre J Mujer
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 años o más
J
J
J
J J
J
J
J
J
J
J
J J J J J
J
salud / hogar y vivienda 41
De 1.8 a 6.1%
De 6.5 a 9.7%
De 12.4 a 15.7%
De 15.9 a 17.6%
De 18.5 a 48.5%
■ Figura 1.4
Proporción de hogares afiliados al programa del Seguro Popular, según entidad federativa.
México, ENSANUT 2006
Para la ENSANUT 2006 se consideraron localidades rurales aquellas con 1 a 2 499
habitantes; urbanas, de 2 500 a 99 999 habitantes, y metropolitanas, de 100 000 o
más habitantes.
De acuerdo con los criterios anteriores, a nivel nacional 22.2% de los hogares son
localidades rurales, 24.3% pertenece a localidades urbanas y 54.5% se ubica en
localidades metropolitanas (figura 1.6).
De los materiales predominantes en las viviendas, 8.6% tiene piso de tierra; 31.9%
piso de mosaico, madera u otro tipo de recubrimientos, y 59.4% tiene piso de cemento
firme (figura 1.6).
En el ámbito nacional, 74.2% de las viviendas tiene agua entubada dentro de la
vivienda; 17.8% tiene agua entubada fuera de la vivienda, y 7.9% manifestó tener
agua de otra fuente no entubada.
Con respecto a las viviendas con drenaje, 13% manifestó que la vivienda tiene
conectado el drenaje a una fosa séptica, 15% no tiene drenaje y en 72% de las
viviendas el drenaje está conectado a la calle.
■ Figura 1.5
Distribución de los hogares afiliados al programa del
Seguro Popular de Salud, según razón por la que no pagan.
México, ENSANUT 2006
Lo paga el gobierno
Lo cubre el programa Oportunidades
Lo cubre el programa Procampo
Sólo le dijeron que no iban a pagar
Lo cubre el programa Repecos
Lo paga un familiar externo al hogar
Otro
48.7%
34%
1%
1%
15%
1%
Hogares por entidad
42 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Figura 1.6
Características de las viviendas. México, ENSANUT 2006
Disponibilidad de agua en los hogares Distribución porcentual de la población,
según tamaño de la localidad
Disponibilidad de drenaje Material predominante en el piso de la vivienda
Disponibilidad de agua, según tamaño de la localidad
Rural Urbana Metropolitana
22%
24%
54%
Está conectado a la calle
Está conectado a una fosa
Sin drenaje
72%
15%
13%
Agua entubada dentro de la vivienda
Agua entubada fuera de la vivienda
Otra fuente no entubada
74.3%
7.9%
17.8%
Tierra
Cemento o firme
Mosaico, madera u otros recubrimientos
No especificado
0.1%
59.4%
31.9%
8.6%
Rural Urbana Metropolitana
22.3%
24.3%
53.4%
salud / hogar y vivienda 43
Con respecto a la disponibilidad de agua entubada en la vivienda, según tamaño de
localidad, 23.3% de las viviendas en localidades rurales cuenta con este servicio; así
como 24.3% en localidades urbanas, y 53.5% en localidades metropolitanas.
En la ENSA 2000 se dio una clasificación de localidades diferente a la aplicada en
la ENSANUT 2006. En la primera, se consideró como localidades urbanas a aquéllas
con un número igual o mayor a 15 000 habitantes, y como localidades rurales
a aquéllas con un número entre 1 y 14 999 habitantes. De acuerdo con este criterio,
61.2% de los hogares correspondieron a localidades urbanas y 38.8% a las de
tipo rural.
El piso de tierra registrado en la ENSA 2000 estuvo presente en 23.9% de los
hogares en localidades rurales, y en 3% en localidades urbanas. Por otro lado, en
los hogares ubicados en el medio rural, 32.7% tenía agua entubada dentro de la
vivienda; 44.5% agua entubada fuera de la vivienda, y 22.8% no disponía de agua
entubada. En el medio urbano, 73% disponía de agua entubada dentro de la vivienda;
25% fuera de la vivienda, y sólo 2% no disponía de agua entubada. En las
viviendas urbanas, 4.7% no disponía de drenaje, y en las localidades rurales, 41.7
por ciento. En conjunto, 19% no disponía de este servicio.

Utilizadores
Utilización general de servicios de salud ambulatorios (curativos
y preventivos) y hospitalarios
Entre los principales resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
2006 (ENSANUT 2006) se encuentran los correspondientes a las tasas generales
de utilización de servicios de salud ambulatorios, tanto curativos como preventivos,
durante los 15 días previos a la fecha en que se realizó la encuesta. La utilización
de servicios de salud incluye a un utilizador seleccionado de forma aleatoria
entre todas las personas del hogar (sanas o enfermas) que solicitaron atención
durante el periodo de referencia. En el caso de los servicios hospitalarios, se tomó
en cuenta a todas las personas del hogar que se hospitalizaron durante el año
previo a la fecha de la entrevista. La demanda de servicios debida a eventos que
requirieron de hospitalización se evaluó mediante la pregunta: “Durante el año
previo, ¿alguna persona de este hogar estuvo hospitalizada o internada?” Es importante
destacar que en esta sección, a diferencia de la indagación sobre morbilidad
en los últimos 15 días, no se interrogó de manera directa a la persona involucrada
en la hospitalización, sino que la información se obtuvo de la persona responsable
del hogar.
Entre los resultados de la ENSANUT 2006 resaltan las tasas de utilización general
de servicios de salud. En el ámbito nacional, la figura 2.1 muestra que el grupo de
0 a 4 años entre los menores de edad y el de 60 a 69 años entre los adultos son los
que utilizan más los servicios de salud, formando una “U”. Los servicios de salud
curativos tienen mayores tasas de utilización que los servicios preventivos, pero la
utilización de estos servicios disminuye a partir de los 70 años, en contraste con
los servicios hospitalarios, cuya utilización muestra un incremento a partir de la
edad reproductiva, permanece constante en los grupos menores de 60 años y aumenta
en los grupos de adultos mayores.
45
■ Figura 2.1
Tasas* de utilización de servicios ambulatorios (curativos
y preventivos) y hospitalarios, según grupo de edad.
México, ENSANUT 2006
B
B
B
B
B
B
B
B B
B
J
J
J J
J
J
J
J
J
J
H
H H
H H H H
H
H
H
0 a 4
5 a 9
10 a 19
20 a 29
30 a 39
40 a 49
50 a 59
60 a 69
70 a 79
80 o más
0
5
10
15
%
B Preventivos J Curativos H Hospitalarios
Nota: Las tasas de utilización de servicios de salud ambulatorios
preventivos y curativos, corresponden a las dos semanas previas al
levantamiento
La tasa de utilización de servicios hospitalarios corresponde a los 12
meses previos al levantamiento
* Tasas por 1000 habitantes
46 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
La tasa de utilización general de servicios ambulatorios en el país fue de 5.8 por
cada cien habitantes, igual a la registrada en la Encuesta Nacional de Salud II
(ENSAII), en la que se utilizó el mismo periodo de referencia (dos semanas previas
a la entrevista). No fue así con la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA
2000), cuya tasa de utilización no es comparable con la actual, ya que se calculó
con reportes de los utilizadores de servicios respecto de diversos periodos (semanas,
meses y un año).
A escala nacional, del total de la población que utilizó servicios de salud en los 15
días previos al levantamiento de la encuesta, 37.6% acudió a los servicios privados,
28.1% a los servicios de seguridad social (23.1% al IMSS y 5% al ISSSTE) y
26.9% acudió a los servicios estatales de salud (Sesa). Las demás personas que
utilizaron servicios acudieron a otras instituciones públicas para población abierta
(1.2%) y, en igual porcentaje, a otras instituciones de seguridad social (figura 2.2).
Los resultados de la ENSA 2000 indican como las principales instituciones prestadoras
de servicios curativos ambulatorios a: servicios privados (31%), SSA (29.1%, a través
de los Sesa), IMSS (25.9%), ISSSTE (4.8%) e IMSS-Solidaridad (4%).
En contraste, los resultados reportados en la ENSA II nos indican que a nivel
nacional, del total de la población que utilizó servicios de salud en los 15 días
previos al levantamiento de la encuesta, 40% acudió a la seguridad social (31.9%
al IMSS, 5.7% al ISSSTE, 1.2% a Pemex, Sedena y Semar); 33% a la medicina
privada y 18.6% a la Secretaría de Salud (SSA). Las demás personas que utilizaron
servicios acudieron a otras instituciones públicas para población abierta. Entre
ellas, 2.8% acudió al IMSS-Solidaridad.
Los resultados muestran que la tendencia actual es utilizar más los servicios privados,
en segundo término los servicios médicos de los Sesa y en tercer lugar las
instituciones con servicios de seguridad social.
Los tiempos de espera para los servicios de salud curativos en México siguen siendo
muy largos para los utilizadores, de acuerdo con los resultados de la ENSANUT
2006. El IMSS es la institución con mayor tiempo de espera para recibir consulta
(91.7 min); seguida del ISSSTE (federal y estatal), con 78.7 min; los Sesa, con
71.1 min; IMSS-Oportunidades, 63.9 min; otras instituciones de seguridad social
(Sedena, Semar y Pemex), con 53.3 min, y otras instituciones públicas (entre ellas
DIF, GDF e INI), con 35.1 min de espera. Finalmente, el tiempo de espera para
recibir consulta en las instituciones privadas fue de 29.9 min (figura 2.3).
IMSS
SESA
ISSSTE/ISSSTE Estatal
Privado
Otro
Varios*
23.1%
26.9%
5%
37.6%
1.2% 1.2%
■ Figura 2.2
Distribución porcentual de utilizadores de servicios
curativos, según institución de atención. México,
ENSANUT 2006
* Incluye Sedena, Semar, Pemex, IMSS-Oportunidades y NE
Nota: El periodo de utilización de servicios ambulatorios preventivos y
curativos fue de dos semanas previas al levantamiento
■ Figura 2.3
Tiempo promedio de espera en consulta de los usuarios
de servicios curativos, según institución de atención.
México, ENSANUT 2006
IMSS
ISSSTE/ISSSTE Estatal
Sesa
IMSS-Oportunidades
Otras de seguridad social**
Otros
Privado
5
15
25
35
45
55
65
75
85
95
Minutos
**Incluye Sedena, Semar, Pemex
Nota: El periodo de utilización de servicios ambulatorios preventivos y
curativos fue de dos semanas previas al levantamiento
salud / utilizadores 47
En la ENSA 2000, el tiempo promedio de espera en el país para recibir atención
ambulatoria curativa fue de 52.5 min. Éste fue mayor que el reportado para la
atención ambulatoria preventiva (33.2 min). Los tiempos de espera para recibir
atención curativa, por institución, fueron los siguientes: IMSS, 86 min; ISSSTE,
81 min; IMSS-Solidaridad, 62 min; SSA, 47 min, y servicios privados, 26 min. En
conjunto, 26% de los usuarios de atención ambulatoria curativa esperaron más de
una hora y media para recibir el servicio.
También en la ENSA 2000 se estimó que para los 16.4 millones de personas que
utilizaron servicios ambulatorios curativos, el tiempo promedio de traslado y espera
fue de más de una hora y cuarto (77.5 min).
Por institución, el tiempo promedio de traslado y espera para recibir atención
curativa fue: IMSS, 111 min; ISSSTE, 110 min; IMSS-Solidaridad, 91 min; SSA,
69 min, y servicios privados, 52 min.
Para conocer el aspecto de calidad de la atención, se tomó información de varios
tipos: a) los resultados en salud obtenidos por el utilizador (conocer si hubo mejoría
después de la consulta), b) los motivos por los que el utilizador no regresaría a
solicitar atención en el mismo lugar, c) la percepción de la calidad y dominio
conceptual de la calidad y d) el tipo de razones que el utilizador tiene para definir
la percepción de la calidad como buena o mala atención. Todos estos aspectos
deben ser analizados de acuerdo con el tipo de institución donde se atendió.
En la figura 2.4 se observa que 81.2% de los usuarios calificaron como muy buena y
buena la calidad de la atención en general, y la categoría de Otras instituciones de
seguridad social (Pemex, Sedena, Semar), cuya población asegurada es menor, obtuvo
el mejor resultado por institución, con 96.6% de usuarios que así la perciben. En
segundo lugar se encuentran las instituciones privadas, con 91.1%, seguidas de Otras
instituciones públicas no clasificadas anteriormente, con 84.6%, y de los Sesa, con 78.5%.
En el otro extremo, en el caso de las percepciones sobre calidad de la atención
mala y muy mala, las instituciones que recibieron más altos porcentajes de esta
calificación fueron, por cantidad de usuarios que así lo reportaron, el ISSSTE, con
6.4%; el programa del Seguro Popular, con 5.5%; los Sesa, con 2.9%, y Otras
instituciones de seguridad social, con 2.4 por ciento.
A modo de comparación, se observó que en la ENSA 2000 la proporción de la
población que utilizó servicios ambulatorios curativos y tuvo una buena percepción
de ellos se distribuyó por institución de la manera siguiente: privados, 91%;
SSA-Sesa, 87%; IMSS-Solidaridad, 79%; ISSSTE, 71%, e IMSS, 68%.
■ Figura 2.4
Percepción de los usuarios de servicios curativos sobre
la calidad de la atención, según institución. México,
ENSANUT 2006
Nota: El periodo de utilización de servicios ambulatorios preventivos y
curativos fue de dos semanas previas al levantamiento
Otros
Privados
Otras de seguridad social
ISSSTE/ISSSTE Estatal
Seguro Popular
Sesa
IMSS
IMSS-Oportunidades
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
%
Muy buena y buena Regular Mala y muy mala
48 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
En la misma encuesta, la proporción de la población que utilizó servicios ambulatorios curativos
y tuvo una percepción regular, mala o muy mala, se distribuyó por institución de la
manera siguiente: primero el IMSS, con 31.2%; en segundo lugar el ISSSTE, con 29%; en
tercero, el IMSS-Solidaridad, con 21%; luego la SSA-Sesa, con 13%, y finalmente los servicios
privados, con 8 por ciento. Sólo cabe aclarar que en la ENSA 2000 los periodos de
utilización de servicios de salud ambulatorios que se tomaron en cuenta para la percepción
de los utilizadores fueron: dos semanas (como el contemplado en la ENSANUT 2006), más
de dos semanas, meses y hasta un año previo a la fecha de la entrevista.
En el caso de la ENSA II, la percepción de la calidad de la atención fue igual a la actual:
81.2% de los utilizadores declaró que la calidad de la atención fue muy buena y buena, y
18.8% la calificó como regular, mala y muy mala. Por institución, se analizó solo la percepción
de mala calidad de la atención, y 26.5% de los utilizadores del IMSS le dieron esta
calificación, seguidos de 18.9% para Otras instituciones públicas; 18.1% percibieron así a la
SSA –hoy Sesa–, y 10.1% a las instituciones privadas. En conjunto, la percepción de mala
calidad de la atención en la seguridad social fue el doble que en las instituciones privadas, y
1.8 veces mayor respecto de Otras instituciones públicas.
Con respecto a la utilización de los servicios hospitalarios durante los 12 meses previos al levantamiento
de la ENSANUT 2006, en la distribución porcentual por motivo de atención y por
sexo, el porcentaje más alto (37.5%) fue el de tratamientos no quirúrgicos por enfermedad, con
un componente mayor de hombres (46.3%) que de mujeres (32.8%). La segunda causa fueron las
cirugías, con 26.2%, también mayor para los hombres (31.2%) que para las mujeres (23.4%). Un
tercer motivo de utilización de servicios hospitalarios fue el relacionado con la salud reproductiva
de la mujer. Aquí se cuentan los partos, con 13%, las cesáreas, con 5.7%, y problemas de embarazo
y puerperio, con 2.1 por ciento. En cuarto sitio están las lesiones por accidentes (8.2%), con
diferencia importante entre hombres (14.3%) y mujeres (4.9%), mientras que en quinto están
otros motivos no especificados (5.8%), con una distribución similar para hombres y mujeres (5.5
y 5.9%, respectivamente). Por último, están los exámenes y chequeos, con 1.1%, con porcentaje
mayor para los hombres (1.6%) que para las mujeres (0.8%), y las lesiones por agresión, con 0.5
por ciento (figura 2.5).
Los resultados de la ENSA 2000 revelan que la mitad de las hospitalizaciones en mujeres
fueron por atención del embarazo y parto. Uno de cada cinco internamientos entre la población
femenil fue por motivos quirúrgicos diferentes a los obstétricos. Una proporción menor
fue por tratamiento médico (18%), seguida de lesiones por accidentes (3.7%) y lesiones por
violencia (0.2%). En el caso de los hombres, más de una tercera parte de hospitalizaciones
fue por tratamientos médicos (38.6%). Siguieron a este motivo las razones quirúrgicas
(30.6%), las lesiones por accidentes (13.5%) y las lesiones por violencia (1.7%).
salud / utilizadores 49
Los principales motivos referidos como causas de hospitalización en la ENSA
2000 fueron: a) cirugía, con 687 122 casos (23.5%), que representó una tasa de
6.9 y 9.3 por 1 000 habitantes para hombres y mujeres, respectivamente; b) enfermedad,
con 847 409 casos (28.9%), y tasas de 7.01 para los hombres y 11.3 para
las mujeres, y c) parto, con 676 955 hospitalizaciones (23.1 %), lo que representó
una tasa anual de 31.4 por mil mujeres.
Los resultados de la ENSA II indican la distribución de acuerdo con la institución
que prestó el servicio, y se ordenó de la siguiente manera: 38.8% de las hospitalizaciones
se realizaron en el IMSS, lo que implicó cerca de 1 139 892 internamientos
en todo el país. Las instituciones del sector privado aparecieron en segundo lugar
de frecuencia, con 730 840 hospitalizaciones (25% del total nacional). La Secretaría
de Salud fue mencionada como proveedor para 409 120 hospitalizaciones
(14% del total), mientras que para el ISSSTE se reportaron 179 571 casos, lo que
representó 6% del total.
Con respecto al tipo de institución donde se atendieron los usuarios de los servicios
hospitalarios, 36.2% lo hicieron en el IMSS, 31.6% en los Sesa, 20.9% se hospitali-
■ Figura 2.5
Distribución porcentual de utilizadores de servicios hospitalarios durante los últimos 12 meses,
según sexo y motivo de atención. México, ENSANUT 2006
Nota: El periodo de utilización de servicios hospitalarios fue de 12 meses previos al levantamiento
0
10
20
30
40
50
%
Hombres Mujeres Total
Tratamiento de
enfermedad no quirúrgico
Cirugía
Parto
Lesiones por accidente
Otros motivos / NE
Cesárea
Problemas de embarazo
y puerperio
Lesiones por agresión
Examen o chequeo
50 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
zaron en instituciones privadas, 5.4% en el ISSSTE, 3.1% en otro tipo de instituciones
(no de seguridad social), 1.6% en otras instituciones de seguridad social, y sólo
1.3% se atendió en el programa IMSS-Oportunidades. Las tres primeras instituciones
concentran a 88.7% de los utilizadores de servicios hospitalarios (figura 2.6).
Los datos de la ENSA 2000 indican que las instituciones que concentraron mayor
número de pacientes hospitalizados fueron: el IMSS, con 1.2 millones de personas
(35.8%); la SSA, con 894 mil (25%), y los servicios privados, con 825 mil pacientes
(23.9%). En conjunto, estas tres instituciones concentraron 85.6% de los pacientes
internados.
Patrones de utilización de los servicios de salud
ambulatorios (curativos y preventivos)
De la combinación de cuatro elementos en el uso de los servicios de salud (motivo
de utilización, recurso médico que lo atendió, nivel e institución) se obtuvieron
32 patrones de utilización descritos por la población de la encuesta a nivel nacional
(figura 2.7) El patrón de utilización más frecuente se caracteriza por que el
motivo de atención fue curativo (por enfermedad) y recibió atención ambulatoria
por personal médico del primer nivel de instituciones privadas, con 30.9%. También
el segundo patrón es curativo, por parte de personal médico de primer nivel
en los Sesa, y agrupa a 21.0% de los usuarios. En el tercero, se mantuvo el motivo
curativo (por enfermedad), por personal médico del primer nivel de la seguridad
social, con 15.1 por ciento. En cuarto término se presenta la atención curativa en
unidades de segundo nivel de la propia seguridad social, que agrupa a 10.6% de la
población. Es hasta el quinto patrón que se encuentran como motivo de utilización
los servicios preventivos en los Sesa, con una tasa de 5.1%. La suma de los
cinco patrones agrupa a 55.7% del total de la utilización de servicios de salud.
Como referencia para la comparación, en la ENSA II el patrón de mayor frecuencia
se caracterizó por que el motivo de la atención fue curativo (por enfermedad),
con atención ambulatoria por parte de personal médico y en instituciones de seguridad
social (24.2% de los usuarios); el segundo patrón en frecuencia incluyó la
utilización por enfermedad, ser atendido en servicios ambulatorios por personal
médico y en instituciones del sector privado (22.2%); el tercer uso más frecuente,
pero con un porcentaje considerablemente menor (9.8%), fue el de servicios curativos
(por enfermedad), con recurso humano médico y en unidades de primer
nivel ambulatorio de los Sesa; en el cuarto patrón de utilización cambió el motivo
de la atención, hacia servicios preventivos, proporcionados por personal médico,
a nivel ambulatorio y en entidades de seguridad social (5.4%), y finalmente, el
quinto patrón en importancia fue similar al anterior, excepto en que los servicios
■ Figura 2.6
Distribución porcentual de utilizadores de servicios
hospitalarios, según institución. México, ENSANUT 2006
**Incluye Sedena, Semar, Pemex
Nota: El periodo de utilización de servicios hospitalarios fue de los 12
meses previos al levantamiento
IMSS-Oportunidades / NE
IMSS
Sesa
ISSSTE/ISSSTE Estatal
Otras de seguridad social**
Privado
Otros
36.2%
31.6%
5.4%
20.9%
3.1% 1.3%
1.6%
salud / utilizadores 51
fueron proporcionados en la iniciativa privada (5.3%). La suma de los cinco patrones correspondió
a 66.8% del total de la utilización de los servicios de salud.
Desde entonces se observa un incremento en la utilización de los servicios privados, a los
que siguen los Sesa, y pasan a tercer lugar los servicios de salud de las instituciones de seguridad
social.
El cuadro 2.1 muestra los principales seis patrones de utilización de los servicios de salud
ambulatorios preventivos enocntrados en la ENSANUT 2006, con tasas menores a 6% en
todos los casos. Estos resultados son similares a los obtenidos en la ENSA II y en la ENSA
2000, lo que nos revela que a pesar de los esfuerzos realizados durante la última década, los
servicios ambulatorios preventivos son poco utilizados.
En el cuadro 2.2 se muestran los principales seis patrones de utilización de los servicios de salud
curativos, entre los cuales el patrón dominante tiene una tasa de 30.8% y el sexto lugar una de
■ Figura 2.7
Patrones de utilización de los servicios de salud ambulatorios: curativos y preventivos. México, ENSANUT 2006
Curativo
87.3%
Motivo
Preventivo
12.7%
Recurso
humano
Médico
85.6%
No médico
2.3%
Médico
85.6%
No médico
1.7%
Nivel de unidad
de atención 1° 2° y 3° 1° 2° y 3° 1° 2° y 3° 1° 2° y 3°
7.8% 2.5% 1.9% .4% 68.3% 17.3% 1.5% 0.2%
Tipo de institución
Seguridad Social 2.5% 1.9% 0.3% 0.3% 15.1% 10.7% 0.1% 0.1%
Sesa 5.1% 0.7% 1.3% 0.1% 21.0% 4.7% 0.9% 0.1%
Privado 1.9% 0.2% 0.1% 0.01% 30.9% 1.7% 0.5% 0.02%
Otra 0.1% 0.0% 0.1% 0.0% 1.3% 0.2% 0.0% 0.0%
Nota: El periodo de utilización de servicios ambulatorios curativos y preventivos fue de las dos semanas previas al levantamiento de la encuesta
52 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
1.7%, lo que guarda similitud con los resultados de la ENSA II y la ENSA 2000, y es
un reflejo de la utilización clásica de los servicios ambulatorios curativos.
Patrones de utilización de los servicios de salud hospitalarios
De la combinación de dos elementos (motivo de utilización e institución) y las
percepciones que tienen los usuarios sobre la atención (percepción sobre la calidad
de la atención y satisfacción de la atención) se obtuvieron 32 patrones de
utilización de servicios hospitalarios declarados por la población de la encuesta a
nivel nacional. Estos patrones se muestran en la figura 2.8.
En la primera dimensión del patrón de utilización a identificar, del total de
utilizadores, 80.1% manifestó utilizar los servicios por enfermedad, en contraste
■ Cuadro 2.1
Patrones dominantes de la utilización de servicios de salud ambulatorios preventivos.* México,
ENSANUT 2006
Patrón
dominante Recurso Unidad
Lugar % Motivo humano de atención Institución
1 5.1 Preventivo Médico 1er. nivel Instituciones para población abierta (Sesa)
2 2.5 Preventivo Médico 1er. nivel Seguridad social**
3 1.9 Preventivo Médico 1er. nivel Privado
4 1.9 Preventivo No médico 2o. y 3er. nivel Seguridad social**
5 1.3 Preventivo Médico 1er. nivel Instituciones para población abierta (Sesa)
6 0.9 Preventivo No médico 2o. y 3er. nivel Instituciones para población abierta (Sesa)
* El periodo de referencia es de dos semanas previas a la fecha de la entrevista
** Incluye IMSS, ISSSTE, Semar, Sedena y Pemex
Fuente: INSP. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Cuestionario de utilización. México, 2005
■ Cuadro 2.2.
Patrones dominantes de la utilización de servicios de salud ambulatorios curativos.* México,
ENSANUT 2006
Patrón Nivel de la
dominante Recurso unidad
Lugar % Motivo humano de atención Institución
1 30.9 Curativos Médico 1er. nivel Privada
2 21.0 Curativos Médico 1er. nivel Instituciones para población abierta (Sesa)
3 15.1 Curativos Médico 1er. nivel Seguridad social**
4 10.6 Curativos Médico 2o. y 3er. nivel Seguridad social**
5 4.7 Curativos Médico 2o. y 3er. nivel Instituciones para población abierta (Sesa)
6 1.7 Curativos Médico 2o. y 3er. nivel Privada
* El periodo de referencia es de dos semanas previas a la fecha de la entrevista
** Incluye IMSS, ISSSTE, Semar, Sedena y Pemex
salud / utilizadores 53
con 19.9% que dijo haberlos utilizado sin enfermedad de por medio (para chequeos,
revisiones anuales, parto, cesáreas, etcétera).
La segunda dimensión fue el tipo de institución en la que se atendieron, donde se
consideraron cuatro categorías: seguridad social, Sesa, privadas y otro tipo de instituciones.
En este nivel, 36.3% de los entrevistados dijo haberse atendido por
enfermedad en instituciones de seguridad social; 24.5% en los Sesa; 17.0% en
instituciones privadas y sólo 2.3% en otras instituciones no clasificadas anteriormente.
Por otra parte, 6.4% de los entrevistados correspondió a no enfermos que
se atendieron en instituciones de seguridad social; 8.4% en los Sesa; 4.6% en
instituciones privadas, y sólo 0.4% en otras instituciones.
Lo que se tomó en cuenta como tercer nivel de estratificación fue la medición de
la percepción que tienen los encuestados sobre la calidad de la atención que reci-
■ Figura 2.8
Patrones de utilización de los servicios de salud hospitalarios.* México, ENSANUT 2006
* El periodo de referencia es de 12 meses previos a la fecha de la entrevista
** Incluye al IMSS, ISSSTE, Semar, Sedena, Pemex
B Buena calidad
M Mala calidad
Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No Si No
25.8% 1.8% 3.8% 4.4% 18.1% 1.2%2.6% 2.5% 12.9% 2.1%.8% 1.1% 1.7% 0.1%0.1% 0.2% 4.5% 0.3% 0.6% 0.9% 6.6% 0.5%0.7% 0.6% 3.4% 0.5% 0.1% 0.6% 0.3% 0.0% - 0.1%5
Motivo de
atención
Institución
Calidad de la
atención
Satisfacción de
la atención
Seguridad Seguridad
Social** Sesa Privados Otros Social** Sesa Privados Otros
Enfermos No enfermos
80.1% 19.9%
36.3% 24.5% 17.0% 2.3% 6.4% 8.4% 4.6% 0.4%
B M B M B M B M B M B M B M B M
27.7% 8.4% 19.3% 5.1% 15.1% 1.9% 1.9% 0.3% 4.8% 1.6% 7.1% 1.3% 3.8% 0.7% 0.3% 0.1%
54 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
bieron en los servicios hospitalarios, donde los datos indican que 27.7% de los
utilizadores corresponde a los que se atendieron por enfermedad en las instituciones
de seguridad social y calificaron su atención como de buena calidad, y 8.4%
que bajo el mismo patrón de atención, calificaron la atención como mala. En
cuanto a los Sesa, 19.3% de los usuarios se atendieron en ellos por enfermedad y
consideraron sus servicios como de buena calidad, en tanto que 5.1% los consideró
de mala calidad. A las instituciones privadas, 15.1% de los usuarios las calificaron
como de buena calidad y 1.9% como de mala. A las demás instituciones se les
calificó como de buena calidad por parte de 1.9% de los usuarios y como mala por
0.3% de los mismos.
La última dimensión que se utilizó para estratificar a la población fue la percepción
sobre el nivel de satisfacción de los utilizadores, de acuerdo al tipo de atención que
se les brindó durante su hospitalización. En interés de la claridad se presentarán
exclusivamente los patrones de utilizadores que fueron hospitalizados por enfermedad
o cirugía, ya que representan la mayoría de este grupo. Los utilizadores de la
seguridad social representaron el principal patrón de utilización, con 29.7% que se
consideraron satisfechos. En contraste, 6.3% se consideró insatisfecho. Los enfermos
que utilizaron los Sesa y se consideraron satisfechos representaron 20.7% y los
insatisfechos, 3.7 por ciento. En cuanto a las instituciones privadas, la proporción de
satisfechos alcanzó 13.7%, y 3.2% la de insatisfechos. Por último, otras instituciones
recibieron una calificación satisfactoria por parte de 1.8% del total, y 0.3% se mostraron
insatisfechos con la atención recibida en ellas.
En el cuadro 2.3 se pueden observar los cinco patrones de utilización de servicios
hospitalarios más frecuentes. El primer patrón se caracteriza por que el motivo de
■ Cuadro 2.3
Principales patrones de utilización de servicios de salud hospitalarios.* México, ENSANUT 2006
Patrón Buena calidad Satisfacción de
dominante de la atención la atención
Lugar % Motivo Institución
1 36.3 Enfermedad Seguridad social* 27.7 25.8
2 24.5 Enfermedad Sesa 19.3 16.1
3 17.0 Enfermedad Privados 15.1 12.9
4 8.4 No enfermedad Sesa 7.1 6.6
5 6.4 No enfermedad Seguridad social* 4.8 4.5
* El periodo de referencia es de 12 meses previos a la fecha de la entrevista
** Incluye IMSS, ISSSTE, Semar, Sedena
salud / utilizadores 55
atención fue enfermedad, de tipo hospitalario, en instituciones de seguridad social
(36.3%), con percepción de buena calidad (27.7%) y satisfacción con el servicio
por parte de los usuarios (25.8%). El segundo patrón también fue por
enfermedad, en servicios estatales de salud (24.5%), con calificación de buena
calidad (19.3%) y satisfacción con el servicio (18.1%). El tercer patrón se caracteriza
por que el motivo de la atención fue enfermedad, en instituciones privadas
(17%), con buena calidad en el servicio (15.1%) y declaración de satisfacción por
12.9% del total de usuarios. El cuarto patrón se caracterizó por la atención de los
no enfermos en los servicios estatales de salud (8.4%), la cual fue de calidad (7.1%)
y con la que declararon estar satisfechos (6.59%). Por último, el quinto patrón
dominante de utilización correspondió a aquellos no enfermos que se atendieron
en instituciones de seguridad social (6.4%), calificaron la atención como buena
(4.8%) y se mostraron satisfechos con la misma (4.5%). La suma de los cinco
patrones corresponde a 65.9% de los utilizadores de servicios hospitalarios, tanto
por enfermedad como por no enfermedad.

Niños
De acuerdo con los resultados del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, en
el país residían en ese entonces alrededor de 10.6 millones de niños de 0 a 4 años y
11.2 millones de 5 a 9 años.a
Las frecuencias ponderadas en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT
2006) refieren un total de 20 213 900 niños de 0 a 9 años, los cuales comprenden cerca de
una cuarta parte de los residentes totales registrados en la encuesta. La distribución por sexo
de esta población infantil muestra un discreto predominio de hombres (50.4%) en relación
con mujeres (49.6%) (cuadro 3.1).
a inegi.gob.mx
Hombre Mujer Total
Edad Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* %
Menos de un año 907.8 8.9 824.2 8.2 1 732.1 8.6
Un año 880.8 8.6 907.3 9.0 1 788.1 8.8
Dos años 972.1 9.5 929.8 9.3 1 902.0 9.4
Tres años 1 052.7 10.3 1 005.7 10.0 2 058.5 10.2
Cuatro años 1 038.9 10.2 1 008.6 10.1 2 047.5 10.1
Cinco años 1 122.6 11.0 1 112.7 11.1 2 235.4 11.1
Seis años 1 020.9 10.0 1 045.8 10.4 2 066.7 10.2
Siete años 1 024.0 10.1 964.6 9.6 1 988.6 9.8
Ocho años 1 060.4 10.4 1 111.3 11.1 2 171.7 10.7
Nueve años 1 105.6 10.9 1 117.1 11.1 2 222.8 11.0
Total 10 186.3 50.4 10 027.6 49.6 20 213.9 100.0
■ Cuadro 3.1
Distribución porcentual de la población de 0 a 9 años, por edad y sexo. México, ENSANUT 2006
* Frecuencia en miles
57
58 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
b Secretaría de Salud, Programa de acción: Arranque parejo en la vida, www.ssa.gob.mx
El cambio demográfico que ha venido presentando el país como consecuencia de
la disminución en la tasa de natalidad se manifiesta en la reducción de la población
menor de un año de edad. Así, por ejemplo, en la ENSANUT 2006 los menores
de un año y los de un año representan 17.4% del total de la población
menor de 10 años, mientras que según información del Censo, en el año 2000
estas edades concentraban 18.7% de la población en el mismo rango de edad.
La distribución por edad de los menores de 10 años –con excepción del grupo de
siete años– revela un crecimiento conforme aumenta la edad. La diferencia entre
el grupo de menor y mayor edad es de casi medio millón de niños.
Como una medida para reducir y prevenir la morbilidad y mortalidad maternas, el
programa de acción Arranque Parejo en la Vida incorporó a su propósito lograr
una cobertura universal y condiciones igualitarias de atención con calidad a las
mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio.b Vale la pena subrayar que,
aun cuando una mujer aparentemente sana haya seguido una adecuada atención
de su embarazo, puede verse en una situación de riesgo, por lo que las intervenciones
más efectivas de prevención son la atención del parto por personal calificado
y el diagnóstico para el tratamiento oportuno de las complicaciones.
La ENSANUT 2006 señala que 93.4% de las mujeres con un hijo menor de un
año fueron atendidas por un médico al momento del parto. La figura 3.1 revela
que existen diferenciales importantes en el interior del país, los cuales indican una
situación de desigualdad en el acceso a los servicios de salud. Las entidades que
destacan por haber implementado con mayor éxito esta acción son: Sinaloa,
Tlaxcala, Querétaro, Jalisco, Baja California, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas,
Nuevo León, Distrito Federal, Colima y Baja California Sur. En ellas, entre 98.1 y
100% de las mujeres señalaron haber sido atendidas por un médico. En el extremo
opuesto se encuentran Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Quintana Roo, con proporciones
que van de 61.9 a 86.7%.
La distribución geográfica de mujeres que fueron atendidas por un médico al momento
del parto muestra que las entidades con cobertura de 98% o superior se
ubican en el centro-norte del país. Los estados con coberturas entre 94 y 97% se
distribuyen en las tres regiones del país. Una excepción se identifica en las entidades
con porcentajes inferiores a 93.9%, en dónde sólo dos (Aguascalientes y Estado
de México) de las nueve se sitúan en el centro del país, y el resto al sur.
salud / niños 59
Para el año 2000, en México se estimó que de los 2.5 millones de embarazos que se
registran al año, 370 000 mujeres no tienen acceso a una atención profesional al
momento del parto. Las cifras de mortalidad subrayan que de las 1 400 muertes
anuales ligadas a problemas del embarazo, el parto y el puerperio, prácticamente
70% se concentran en los estados del centro y el sureste del país.c
En relación con la posesión de la Cartilla Nacional de Vacunación (CNV), en el
cuadro 3.2 se observa que 83.3% de las madres o responsables de los niños mostró
la CNV, 14.1% señaló tenerla pero no la mostró y 2.5% declaró no contar con
dicho documento.
En la ENSANUT 2006 se transcribieron de la CNV las vacunas que aparecían
como aplicadas en los niños menores de cinco años. Para estimar la cobertura de
vacunación, se consideró el esquema básico de vacunación en población de un
año de edad, el cual incluye la aplicación de ocho dosis de vacunas (tres dosis de
c Secretaría de Salud, Programa de acción: Arranque parejo en la vida, www.ssa.gob.mx
Fuente: INSP. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Cuestionario de niños. México, 2005
■ Figura 3.1
Porcentaje de mujeres atendidas por un médico al momento del parto, según entidad federativa.
México, ENSANUT 2006
De 61.9 a 86.7%
De 89.2 a 93.9%
De 94.1 a 97.5%
De 98.1 a 100%
60 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
la vacuna Sabin, una dosis de BCG, tres dosis de la vacuna Pentavalente, y una
dosis de la vacuna Triple Viral, SRP).
El esquema completo de vacunación al año de edad fue definido como el número
de dosis de cada vacuna que debe recibir la población, de acuerdo con su edad. Es
importante aclarar que por considerar años cumplidos, en los resultados que aquí
se presentan se incluye a los niños que tienen de 12 a 23 meses de edad.
En la cobertura al año de edad de las vacunas BCG, Sabin y Pentavalente se
observan logros importantes. Los resultados nacionales de la ENSANUT 2006
señalan que 96.8% de los niños de un año cuentan con la vacuna BCG, una proporción
similar (96.1%) tiene la vacuna Sabin y 92.9% la Pentavalente. Por otra
parte, los esfuerzos invertidos en la aplicación de la vacuna SRP han sido insuficientes.
La cobertura nacional indica que apenas 78.4% de los niños de 12 a 23
meses recibieron una dosis de este biológico (cuadro 3.3).
La diferencia en la cobertura entre las entidades del país en cuanto a las vacunas
BCG y Sabin alcanza 9 y 11 puntos porcentuales, respectivamente. En contraste,
la disparidad en la cobertura con la vacuna SRP al interior de los estados asciende
hasta 19.3%, lo cual cobra relevancia si se considera que la cobertura con este
último biológico en ningún estado alcanza al total de los niños.
La baja cobertura con la vacuna SRP es la principal causa de que el esquema completo
de vacunación al año de edad caiga a 78.4% a nivel nacional. Estados como Tamaulipas,
Puebla, Estado de México y Coahuila representan los casos extremos, con esquemas
completos inferiores a 65%. Al evaluar este mismo esquema en la población hasta los
35 meses de edad, la cobertura aumenta a 84.7 por ciento. Lo anterior significa que se
está vacunando a los niños tardíamente.
* Frecuencia en miles
Mostró Tiene pero No tiene No especificado Total
no mostró
Edad Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* %
Cero años 1 427.3 82.4 239.5 13.8 62.4 3.6 2.8 0.2 1 732.1 18.2
Un año 1 515.1 84.7 224.4 12.6 45.0 2.5 3.5 0.2 1 788.1 18.8
Dos años 1 592.6 83.7 276.0 14.5 30.5 1.6 2.7 0.1 1 902.0 20.0
Tres años 1 714.2 83.3 289.6 14.1 52.7 2.6 1.9 0.1 2 058.5 21.6
Cuatro años 1 684.5 82.3 310.2 15.2 47.5 2.3 5.2 0.3 2 047.5 21.5
Total 7 933.8 83.3 1 339.9 14.1 238.3 2.5 16.3 0.2 9 528.4 100.0
■ Cuadro 3.2
Distribución de la población de 0 a 4 años, según posesión de la Cartilla Nacional de Vacunación y edad.
México, ENSANUT 2006
salud / niños 61
A pesar de los avances, las enfermedades infecciosas siguen siendo un reto para los sistemas
de salud. Las enfermedades del rezago epidemiológico –diarreas, infecciones respiratorias y
desnutrición– siguen provocando 15% de los fallecimientos en menores de un año.d
Un año Hasta dos años*
Esquema Esquema
Entidad BCG Sabin Pentavalente SRP completo completo
federativa % % % % % %
Aguascalientes 93.2 98.4 97.6 84.3 78.8 80.4
Baja California 100.0 97.2 92.9 88.9 81.8 79.7
Baja California Sur 95.5 91.8 85.0 73.8 73.7 76.8
Campeche 100.0 98.7 95.2 87.8 86.2 92.2
Coahuila 94.5 89.2 81.7 70.0 64.3 76.8
Colima 97.6 98.9 93.6 72.8 73.7 76.9
Chiapas 92.8 97.3 95.6 77.3 71.2 80.7
Chihuahua 91.4 94.7 93.9 87.7 83.5 87.8
Distrito Federal 95.5 95.5 95.5 85.3 85.3 83.8
Durango 100.0 98.3 98.3 79.5 79.5 88.8
Guanajuato 96.1 96.1 96.1 93.3 93.3 95.5
Guerrero 100.0 98.1 97.4 92.3 89.7 91.7
Hidalgo 98.0 94.8 93.5 83.1 84.4 90.0
Jalisco 91.6 95.1 94.8 67.0 64.2 73.9
México 98.7 96.0 86.8 74.7 72.7 83.8
Michoacán 99.2 96.3 95.7 88.0 87.4 89.2
Morelos 96.3 96.3 93.9 81.4 76.6 89.2
Nayarit 93.8 96.2 87.1 83.8 77.6 88.5
Nuevo León 98.4 96.7 96.9 84.1 79.2 86.6
Oaxaca 97.8 98.6 95.0 86.1 86.1 89.8
Puebla 97.0 94.4 88.8 70.7 63.0 81.4
Querétaro 99.0 91.9 91.9 87.8 87.8 88.6
Quintana Roo 100.0 100.0 98.2 80.9 75.8 82.7
San Luis Potosí 97.1 100.0 96.2 87.4 80.7 84.6
Sinaloa 98.0 98.0 96.9 87.1 86.1 84.8
Sonora 97.5 97.9 96.7 85.8 82.1 87.5
Tabasco 100.0 97.2 93.5 91.3 89.5 95.0
Tamaulipas 100.0 91.5 77.9 61.9 53.7 67.9
Tlaxcala 97.7 95.8 94.2 90.9 87.6 89.1
Veracruz 96.1 96.1 94.7 75.1 75.1 85.0
Yucatán 100.0 100.0 97.2 90.4 88.5 89.2
Zacatecas 91.2 93.3 85.1 78.5 70.3 78.1
Total 96.8 96.1 92.9 81.2 78.4 84.7
* Incluye a los niños de 1 y 2 años cumplidos y considera las vacunas que debe tener un niño al año de edad
■ Cuadro 3.3
Porcentaje de la población de 1 y 2 años que mostró la Cartilla Nacional de Vacunación, según esquema
completo de vacunación al año de edad, por entidad federativa. México, ENSANUT 2006
d SSA. Salud: México 2004. http://evaluacion.salud.gob.mx/saludmex2004/sm2004.pdf
62 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
En la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA 2000) la prevalencia de diarrea
(eventos en las dos semanas previas) en niños menores de cinco años fue de 11.5%
y en la ENSANUT 2006 es de 12.9 por ciento. A pesar de los esfuerzos realizados
por las autoridades sanitarias del país, no se ha logrado impactar la frecuencia de
este padecimiento, que continuará siendo uno de los grandes retos para el sistema
de salud (cuadro 3.4).
Tuvo enfermedad No tuvo enfermedad
Entidad diarreica diarreica No especificado Total
federativa Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* %
Aguascalientes 10.4 9.4 100.6 90.6 - - 111.0 100.0
Baja California 43.3 14.7 251.0 85.0 0.1 0.3 295.2 100.0
Baja California Sur 5.5 13.1 36.8 86.9 - - 42.3 100.0
Campeche 7.4 10.9 60.2 88.6 0.3 0.5 67.9 100.0
Coahuila 18.7 8.0 215.9 92.0 . . 234.6 100.0
Colima 7.7 15.7 41.6 84.3 . . 49.3 100.0
Chiapas 90.4 21.1 336.6 78.6 1.2 0.3 428.3 100.0
Chihuahua 20.9 6.3 312.6 93.7 . . 333.5 100.0
Distrito Federal 104.7 16.8 520.4 83.2 . . 625.2 100.0
Durango 15.8 11.1 125.9 88.5 0.4 0.3 142.1 100.0
Guanajuato 52.3 11.1 418.4 88.9 . . 470.8 100.0
Guerrero 49.4 14.4 293.6 85.5 0.4 0.1 343.5 100.0
Hidalgo 28.0 12.8 191.1 87.2 . . 219.2 100.0
Jalisco 94.4 15.4 517.8 84.6 . . 612.2 100.0
México 180.3 15.2 1 004.8 84.8 . . 1 185.2 100.0
Michoacán 31.3 8.4 339.4 91.3 1.1 0.3 371.9 100.0
Morelos 16.2 11.6 124.8 88.4 . . 141.1 100.0
Nayarit 10.3 12.1 74.6 87.9 . . 84.9 100.0
Nuevo León 24.2 6.4 352.7 93.6 . . 376.9 100.0
Oaxaca 46.0 12.7 316.3 87.0 1.1 0.3 363.4 100.0
Puebla 90.1 16.8 446.7 83.1 0.6 0.1 537.5 100.0
Querétaro 10.8 7.7 130.4 92.3 . . 141.3 100.0
Quintana Roo 15.3 13.5 98.4 86.5 . . 113.7 100.0
San Luis Potosí 17.5 7.9 203.7 92.1 . . 221.2 100.0
Sinaloa 28.0 11.6 213.7 88.4 . . 241.7 100.0
Sonora 26.1 11.5 200.7 88.5 . . 226.9 100.0
Tabasco 29.7 16.1 155.1 83.9 . . 184.9 100.0
Tamaulipas 27.1 9.6 252.2 89.5 2.4 0.9 281.8 100.0
Tlaxcala 13.9 12.4 98.3 87.6 . . 112.2 100.0
Veracruz 79.5 11.9 589.2 88.1 . . 668.7 100.0
Yucatán 21.2 12.5 148.6 87.5 . . 169.9 100.0
Zacatecas 7.5 5.9 119.6 94.1 . . 127.1 100.0
Total 1 225.2 12.9 8,293.0 87.0 8.8 0.1 9 527.1 100.0
* Frecuencia en miles
■ Cuadro 3.4
Porcentaje de la población menor de cinco años que presentó diarrea en las dos semanas previas a la
entrevista, por entidad federativa. México, ENSANUT 2006
salud / niños 63
La ENSANUT 2006 señala que en el interior del país la frecuencia de diarrea en
menores de 5 años continúa presentando diferenciales importantes. Por ejemplo,
mientras en Zacatecas la prevalencia es de 5.9%, en Chiapas es de 21.1 por ciento.
Las entidades que presentaron una prevalencia por arriba de la media nacional
son: Chiapas, Distrito Federal, Puebla, Tabasco, Colima, Jalisco, México, Baja
California, Guerrero, Quintana Roo y Baja California Sur.
La prevalencia de diarrea según edad y sexo señala que a mayor edad menor frecuencia
de diarrea. En la población de un año o menos se presentaron las proporciones
más altas de este síntoma. En la misma población, las diferencias por sexo
son pequeñas (17.5% de prevalencia en niños, 15.9% en niñas). Cerca de una
cuarta parte de la población de un año –independientemente del sexo– estuvo
enferma. A partir de los dos años, la prevalencia de diarrea disminuye
consistentemente en ambos sexos, pasando de 14.4 a 6.3% en niños de 2 y 4 años,
respectivamente. En las niñas, los porcentajes se reducen de 10.9 a 6.2% en las
mismas edades (figura 3.2).
La frecuencia de diarreas reportada por la ENSA 2000 era mayor para las niñas
que para los niños, relación que se invierte en los resultados de la ENSANUT.
La atención eficaz y oportuna de la enfermedad diarreica comprende acciones
orientadas a evitar la deshidratación y la desnutrición: la administración de líquidos
en forma de infusiones, aguas de fruta, cocimientos de cereal y Vida Suero
Oral (VSO), así como mantener la alimentación habitual. Una tercera acción
está orientada a que la madre o responsable del niño aplique una atención adecuada
en el hogar e identifique oportunamente la presencia de complicaciones,
para que solicite atención en forma oportuna.
La ENSANUT 2006 investigó las tres acciones señaladas. Sin embargo, en el
presente documento sólo se describe el tipo de líquidos y la cantidad de alimentos
suministrados por parte de la madre o responsable del cuidado del menor.
En relación con el tipo de líquidos administrados durante la atención de la diarrea,
se observa que el consumo de VSO y agua (sola o de fruta) constituyen las
principales medidas de hidratación. En los menores de un año estos líquidos fueron
señalados por 41.5% y por 36.9% de la población, respectivamente. Al año de
edad, el consumo de estos líquidos asciende a 46%, mientras que a los tres años,
casi la mitad de la población tomó VSO y 38.3% agua. En las edades de dos y
cuatro años el consumo de VSO fue menor, pues sólo 33%, aproximadamente, de
la población responsable de estos grupos de edad refirió su ingesta (cuadro 3.5).
■ Figura 3.2
Distribución de la población de 0 a 4 años, según
presencia de enfermedad diarreica, por edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
0 años 1 año 2 años 3 años 4 años Total
ENSANUT
2006
Total
ENSA
2000
0
5
10
15
20
25
%
Hombres Mujeres Total
64 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Se identifica, además, que 6.2% de la población total de menores de cinco años
que presentó diarrea no consumió ningún tipo de líquidos. La proporción de quienes
señalaron esta situación tiende a disminuir con la edad, pasando de 8.6% en
los menores de un año a 1.8% en los de cuatro años.
En relación con la cantidad de alimentos suministrados durante el último episodio
de diarrea (cuadro 3.6), se observa que cerca de la mitad de los niños de dos y
cuatro años mantienen su alimentación habitual, mientras que esta misma conducta
se identificó en más de una tercera parte del resto de la población. La disminución
de alimentos fue más común entre los niños de tres años (49.5%), y fue la
segunda conducta alimentaria más referida por el resto de la población.
0 años Un año Dos años Tres años Cuatro años Total
Tipo de líquido Frecuencia* %** Frecuencia* %** Frecuencia* %** Frecuencia* %** Frecuencia* %** Frecuencia* %**
Vida Suero Oral 118.6 41.5 164.2 46.0 80.5 33.3 105.0 49.9 43.9 34.3 512.4 41.8
Suero comercial/casero 36.2 12.6 39.8 11.2 40.1 16.6 40.1 19.1 25.9 20.2 182.3 14.9
Agua sola y de fruta 106.5 36.9 162.3 45.5 103.4 42.8 80.6 38.3 65.2 50.8 518.1 42.3
Té, atole 48.1 16.7 75.5 21.2 55.5 23.0 31.2 14.9 36.8 28.7 247.3 20.2
Leche 39.5 13.7 39.7 11.1 18.4 7.6 12.3 5.9 4.1 3.2 114.2 9.3
Otro 21.1 7.3 59.1 16.6 31.9 13.2 38.0 18.1 31.9 24.9 182.2 14.9
Ninguno 24.7 8.6 21.6 6.1 16.0 6.7 11.3 5.4 2.2 1.8 76.0 6.2
No especificado 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 0.4 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 0.1
*Frecuencia en miles
** Los porcentajes suman más de cien porque se incluyó más de una opción
■ Cuadro 3.5
Distribución de la población menor de cinco años que presentó diarrea en las dos semanas previas a la entrevista, según tipo de líquidos administrados.
México, ENSANUT 2006
Cantidad de 0 años Un año Dos años Tres años Cuatro años Total
alimentos Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* % Frecuencia* %
La misma cantidad 105.5 36.6 148.6 41.7 117.4 48.6 80.9 38.5 61.9 48.2 514.4 42.0
Más cantidad 38.6 13.4 41.2 11.6 14.7 6.1 19.4 9.2 10.7 8.4 124.8 10.2
Menos cantidad de alimentos 108.5 37.6 155.1 43.5 104.5 43.3 104.0 49.5 52.6 41.1 524.8 42.8
Suspendió todos los alimentos 9.2 3.2 7.0 2.0 4.8 2.0 5.0 2.4 2.2 1.8 28.4 2.3
Aún no le da
otro tipo de alimentos 26.0 9.0 2.9 0.8 0.0 0.0 0.8 0.4 0.0 0.0 29.7 2.4
No especificado 0.4 0.1 1.7 0.5 0.0 0.0 0.0 0.0 0.6 0.5 2.7 0.2
Total 288.4 100.0 356.7 100.0 241.5 100.0 210.2 100.0 128.3 100.0 1.225.2 100.0
*Frecuencia en miles
■ Cuadro 3.6
Distribución de la población menor de cinco años que presentó diarrea en las dos semanas previas a la entrevista, según cantidad de alimentos administrados,
México, ENSANUT 2006
salud / niños 65
Las infecciones respiratorias agudas (IRA), junto con otras enfermedades de la
infancia, como las diarreicas y las deficiencias de la nutrición, son en México la
principal causa de demanda de atención médica en los menores de cinco años.
En la ENSANUT 2006 se encontró que la prevalencia general de IRA en los
niños con menos de 10 años fue de 42.7 por ciento. Aproximadamente uno de
cada dos niños de un año o menos las presenta, y su frecuencia desciende conforme
aumenta la edad. Sin embargo, aun a los nueve años, una tercera parte de los
niños se ve afectado por estas enfermedades (figura 3.3).
En general, una cantidad importante de complicaciones y muertes por IRA se
pueden prevenir si los niños son atendidos oportunamente. De aquí la relevancia
de que las madres o responsables del cuidado de los niños proporcionen una atención
adecuada en el hogar e identifiquen apropiadamente la presencia de signos
de alarma.
Al preguntar a las madres o responsables de los menores de diez años sobre las
molestias que debería presentar su hijo para tomar la decisión de llevarlo al médico,
destacaron las siguientes razones: 35.6% refirió que tomaría dicha determinación
si lo veía más enfermo; 25.4% manifestó como indicador más de tres días con
calentura; 22.0% señaló el no comer ni beber; 14.5%, que el menor no pudiera
respirar, y 9.9% indicó como causa de atención médica el percibir que el menor
respiraba rápido (cuadro 3.7).
Los accidentes en niños de uno a cuatro años, según el Censo 2000, constituían
en México la cuarta causa de muerte, y son un problema de salud pública. Se
estima que estos eventos aumentan después del primer año de vida, y se encuentran
entre las primeras causas de muerte en los grupos de preescolares y escolares.e
Es importante destacar que la muerte no es la única consecuencia de los accidentes,
pues deben considerarse, en los casos no mortales, la pérdida de las actividades
cotidianas –escuela y trabajo– durante la hospitalización y convalecencia y las
secuelas –muchas veces incapacitantes de por vida–, que requieren programas de
rehabilitación prolongados y costosos.
La ENSANUT 2006 indica que durante el año previo a la encuesta la frecuencia
de accidentes en la población menor de 10 años fue diferente para cada sexo. En
las niñas, los accidentes se incrementan entre el año y los tres años de edad, pae
inegi.gob.mx
■ Figura 3.3
Distribución de la población de 0 a 9 años que presentó
al menos un accidente en el último año, por edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
%
Años
Hombre Mujer
Síntomas
de alarma* Frecuencia** %***
Respira rápido 1 996.4 9.9
No puede respirar 2 922.8 14.5
No come ni bebe 4 445.4 22.0
Se pone frío 718.4 3.6
Se ve más enfermo 7 185.9 35.6
Más de tres días
con calentura 5 132.3 25.4
Le sale pus del oído 245.9 1.2
Le aparecen puntos
blancos en la garganta 745.2 3.7
No especificado 296.8 1.5
* El 41.3% de la población refirió otro tipo de síntomas
**Frecuencia en miles
***Los porcentajes suman más de 100% porque incluyen más de una
opción
■ Cuadro 3.7
Porcentaje de población menor de 10 años, según
identificación por la madre de signos de alarma para
enfermedad respiratoria aguda. México, ENSANUT 2006
66 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
sando de 4 a 7 por ciento. Posteriormente tienden a disminuir y a partir de los seis
años se presenta una tendencia estable, con proporciones que oscilan entre 4 y 4.6
por ciento. En los niños, los accidentes son más frecuentes a las edades de dos y
seis años, con porcentajes que ascienden a 7.9 y 7.4%, respectivamente. Es importante
observar que estos porcentajes casi duplican lo reportado en la edad anterior.
La prevalencia de accidentes según sexo revela que, con excepción de los
menores de un año, los niños experimentan mayores situaciones que los ponen en
riesgo de sufrir un accidente en todas las edades (figura 3.4).
■ Figura 3.4
Distribución de la población de 0 a 9 años que presentó
al menos un accidente en el último año por edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
%
Años
Hombre Mujer
salud / adolescentes 67
Adolescentes
De acuerdo con la definición operativa de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
2006 (ENSANUT 2006), el grupo de adolescentes corresponde a la población de 10
a 19 años de edad. Este grupo tiene características de interés que obedecen a su dinámica
demográfica y a su creciente importancia en la salud pública. Se entrevistó a 25 056 adolescentes
de 10 a 19 años que, al aplicar factores de expansión, representaron a 22 874 970
jóvenes. De éstos, 50.8% son hombres y 49.2% mujeres, y se observa un ligero aumento en
las proporciones de hombres entre los 12 y 15 años de edad (cuadro 4.1); después los porcentajes
se invierten para encontrar un discreto aumento en las mujeres.
Si se define el tabaquismo como consumo de más de 100 cigarrillos en la vida de una persona,
la prevalencia de tabaquismo entre adolescentes de 10 a 19 años de edad fue de 7.6% (figura
67
Hombre Mujer Total
Edad n* % n* % n* %
10 años 1 237.3 10.7 1 239.4 11.0 2 476.7 10.8
11 años 1 186.3 10.2 1 219.6 10.8 2 406.0 10.5
12 años 1 267.4 10.9 1 157.4 10.3 2 424.8 10.6
13 años 1 303.5 11.2 1 250.2 11.1 2 553.7 11.2
14 años 1 330.6 11.5 1 098.7 9.8 2 429.4 10.6
15 años 1 241.4 10.7 1 163.8 10.3 2 405.2 10.5
16 años 1 090.4 9.4 1 082.7 9.6 2 173.2 9.5
17 años 1 103.9 9.5 1 060.1 9.4 2 164.1 9.5
18 años 982.4 8.5 1 001.7 8.9 1 984.2 8.7
19 años 868.2 7.5 989.1 8.8 1 857.3 8.1
Total 11 611.8 50.8 11 263.1 49.2 22 874.9 100.0
*Cantidad en miles
■ Cuadro 4.1
Distribución de la población de 10 a 19 años de edad, según edad y sexo. México, ENSANUT 2006
68 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
4.1). Los resultados muestran diferencias en la prevalencia de tabaquismo entre hombres
y mujeres conforme aumenta la edad; en los hombres del grupo de 13 a 15 años,
la prevalencia fue de 4.6%, y es cinco veces mayor para las edades de 16 a 19 años
(25.9%), mientras que en las mujeres de 13 a 15 años se observa una prevalencia
relativamente baja (de 2.4%), pero que se cuadruplica para el rango de 16 a19 años
(9.5%).
Tomando en cuenta el tamaño de la localidad, los resultados señalan que la prevalencia
de tabaquismo en las zonas metropolitanas sobrepasa la prevalencia de las zonas
urbanas y rurales. Así, mientras que en zonas metropolitanas fue de 10.6%, la prevalencia
en zonas rurales fue de 3.7% (figura 4.2). Al analizar por grupos de edad, la
mayor proporción de tabaquismo (23%) se encontró en poblaciones metropolitanas
de 16 a 19 años, lo que equivale a casi 1 millón de fumadores adolescentes (968 124).
La información acerca del consumo de alcohol en la población adolescente mostró
que 17.7% de la misma ha ingerido bebidas que contienen alcohol. La mayor
prevalencia (21.4%) corresponde a los hombres, en tanto que 13.9% de las mujeres
ha consumido alcohol.
El consumo de bebidas alcohólicas es aceptado socialmente y tiene un efecto adverso
a la salud cuando se realiza sin moderación. Al examinar la frecuencia de consumo
de cinco copas o más en una ocasión en los adolescentes que reportaron que
habían consumido alcohol, se encontró que, independientemente de la frecuencia
de consumo de alcohol por ocasión y por grupo de edad (figura 4.3), hay una tendencia
sostenida a aumentar la ingesta con la edad, tanto en hombres como en
mujeres. Sin embargo, las diferencias por sexo en el grupo de adolescentes de 16 a19
años son más evidentes en el consumo al menos una vez por semana, pues 21% de
los hombres reportaron consumo semanal de cinco o más copas de alcohol en una
ocasión, mientras que en las mujeres, sólo 10% reportaron este mismo dato.
En cuanto a las relaciones sexuales, 14.4% de los adolescentes del país refieren haberlas
tenido; y existe un aumento considerable conforme aumenta la edad, pues de los 12 a
los 15 años, 2% de adolescentes reportan haber iniciado su vida sexual, mientras que
en el grupo de 16 a 19 años, son 29.6% los que refieren ya haberla iniciado.
Del total de adolescentes que tuvieron relaciones sexuales, se observa que el porcentaje
de utilización de algún método anticonceptivo en la primera relación sexual
es más alto en los hombres (cuadro 4.2). En efecto, 63.5% de ellos declaró haber
utilizado condón; cerca de 8% indicó el uso de hormonales, y 29% no utilizó ningún
método. En las mujeres la utilización reportada es menor: sólo 38% de las
■ Figura 4.1
Distribución porcentual de adolescentes de 10 a 19 años
de edad según tabaquismo, por grupo de edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años
0
5
10
15
20
25
30
%
Hombres Mujeres Total
■ Figura 4.2
Distribución porcentual de adolescentes de 10 a 19 años
de edad según tabaquismo, por grupo de edad y tamaño
de localidad. México, ENSANUT 2006
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años
0
5
10
15
20
25
30
%
Rural Urbana Metropolitana
salud / adolescentes 69
adolescentes mencionó que su pareja usó condón y 56.6% declaró no haber utilizado métodos
anticonceptivos en la primera relación sexual.
Entre las repercusiones de las prácticas sexuales sin protección que enfrentan los adolescentes se
encuentran los embarazos no deseados y el incremento de las infecciones de transmisión sexual,
Hombres Mujeres
■ Figura 4.3
Porcentaje de adolescentes de 10 a 19 años que han ingerido bebidas alcohólicas, según consumo excesivo,* por grupo de edad y sexo. México, ENSANUT
2006
* Consumo de cinco copas o más en una ocasión
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años
0
10
20
30
40
%
1 a 6 veces al año 1 o más al mes 1 o más a la semana
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años
0
10
20
30
40
%
1 a 6 veces al año 1 o más al mes 1 o más a la semana
12 a 15 años 16 a 19 años Total
Edad n* % n* % n* %
Hombres
Condón 85.9 69.8 835.2 62.9 921.1 63.5
Hormonales** 1.6 1.4 109.3 8.2 110.9 7.6
Otros*** 0.3 0.3 19.6 1.5 19.9 1.4
Nada 35.1 28.5 393.6 29.6 428.7 29.6
Total 122.9 2.4 1 327.6 32.8 1 450.4 15.8
Mujeres
Condón 26.1 27.9 408.4 38.9 921.1 38.0
Hormonales** 7.3 7.9 70.9 6.8 110.9 6.8
Otros*** 2.5 2.7 16.2 1.5 19.9 1.6
Nada 62.0 66.9 584.7 55.8 428.7 56.6
Total 93.5 2.0 1 048.7 25.4 1 142.1 13.0
Nota: El 14.4% del total de adolescentes de 12 a 19 años ha iniciado vida sexual
*Cantidad en miles
** Incluye pastillas o píldoras, inyecciones, pastillas de emergencia, Norplan
*** Incluye óvulos, jaleas, espumas o diafragma, ritmo, calendario, retiro, DIU, vasectomía u otro
Nota: Los porcentajes suman más de 100% por el uso de dos anticonceptivos
■ Cuadro 4.2
Porcentaje de adolescentes sexualmente activos de 12 a 19 años de edad, según uso de métodos
anticonceptivos en la primera relación sexual, por sexo y grupo de edad. México, ENSANUT 2006
70 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
por lo que se requiere mejorar la educación sexual de este grupo poblacional, así como
el conocimiento y formas de uso de métodos anticonceptivos, en especial en lo que
concierne a las mujeres jóvenes de nuestro país.
La tasa de embarazo en las adolescentes de 12 a 19 años de edad fue de 79 por cada
mil mujeres (cuadro 4.3). Considerando la expansión de esta muestra, se estima que
695 100 adolescentes entre 12 y 19 años han estado embarazadas alguna vez, lo que
indica la dimensión de este grupo en términos de demanda de servicios salud para la
atención del embarazo y parto. Las tasas de embarazo se incrementan en forma sustancial
en las jóvenes de nuestro país conforme aumenta la edad. Así, mientras la
tasa de embarazo en las adolescentes de 12 a 15 años fue de seis embarazos por cada
mil, el número aumentó en las jóvenes de 16 y 17 años a 101 embarazos por cada
mil, y el mayor incremento se observó en las adolescentes de 18 y 19 años, entre
quienes se alcanzó una tasa de 225 embarazos por cada mil mujeres. Estos resultados
ubican al embarazo en la adolescencia como un problema relevante en nuestro país,
sobre todo en las mujeres de 12 a 15 años, ya que en estas edades constituye un
elevado riesgo para la salud tanto de la madre como del hijo.
Al analizar la información del último hijo nacido vivo durante los cinco años
previos a la entrevista y el tipo de parto en las mujeres de 12 a 19 años, el porcentaje
de nacimientos por cesáreas programadas fue de 9.5%, y las cesáreas por urgencia
de 24.8 por ciento (cuadro 4.4).
El porcentaje de nacimientos por cesárea muestra importantes variaciones de acuerdo
con el tamaño de la localidad en que se encuentren las madres. El porcentaje
de cesáreas por urgencia en las adolescentes de 12 a 15 años es mayor en áreas
urbanas (48.1%), que en áreas metropolitanas (20%). Sin embargo, en las mujeres
de 16 a 19 años la situación se invierte, y el porcentaje de cesáreas por urgencia es
mayor en áreas metropolitanas que en el área urbana.
La presencia de conductas alimentarias de riesgo en la población adolescente se
ha convertido en un problema social. Los resultados señalan que 18.3% de los
jóvenes reconocieron que en los tres meses previos a la encuesta les preocupó
engordar, consumir demasiado o bien perdieron el control para comer (cuadro
4.5). Otras prácticas de riesgo son las dietas, ayunos y el exceso de ejercicio con el
objetivo de bajar de peso. A este respecto, 3.2% de los adolescentes indicó haber
practicado estas conductas en los últimos tres meses. En menor proporción se encuentra
la práctica del vómito autoinducido y la ingesta de medicamentos. Por
otra parte, se observó que la práctica de estas conductas alimentarias es una situación
que afecta a las mujeres en mayor proporción y, entre ellas, las más afectadas
son las del grupo de 16 a 19 años.
Total
de mujeres Embarazadas
Grupos de edad n* n* Tasa**
12 a 15 años 4 670 29.9 6.4
16 a 17 años 2 143 216.4 101.0
18 a 19 años 1 991 448.8 225.4
Total 8 804 695.1 79.0
* Cantidad en miles
** Tasa por mil
■ Cuadro 4.3
Tasa de embarazo en adolescentes de 12 a 19 años de
edad, por grupo de edad. México, ENSANUT 2006
salud / adolescentes 71
■ Cuadro 4.4
Porcentaje de mujeres de 12 a 19 años de edad cuyo último hijo nació vivo en los cinco años previos a la
entrevista, según tipo de parto y tamaño de localidad. México, ENSANUT 2006
Tipo de parto
Vaginal Cesárea Cesárea
Tamaño por urgencia programada
de localidad Grupo de edad n* % n* % n* %
Rural 12 a 15 años 7.7 100.0 - - - -
16 a 17 años 27.1 74.9 5.4 15.0 3.7 10.1
18 a 19 años 61.6 74.5 18.7 22.6 2.4 2.9
Urbana 12 a 15 años 1.3 30.1 2.1 48.1 0.9 21.8
16 a 17 años 31.2 79.8 5.3 13.5 2.6 6.7
18 a 19 años 55.6 65.0 18.9 22.1 11.0 12.9
Área metropolitana 12 a 15 años 4.5 80.0 1.1 20.0
16 a 17 años 36.3 57.5 19.2 30.3 7.7 12.2
18 a 19 años 93.6 58.3 49.4 30.8 17.5 10.9
TOTAL 12 a 15 años 13.4 76.6 3.2 18.1 0.9 5.3
16 a 17 años 94.6 68.3 29.9 21.6 14.0 10.1
18 a 19 años 210.7 64.1 87.1 26.5 30.9 9.4
Total 318.8 65.7 120.1 24.8 45.8 9.5
*Cantidad en miles
Sexo
Hombre Mujer Total
n* % n* % n* %
Ha perdido el control **
Sí 1 715.6 14.8 2 461.6 21.9 4 177.3 18.3
No 9 896.2 85.2 8 801.5 78.1 18 697.7 81.7
Vómito autoinducido
Sí 36.8 0.3 61.8 0.5 98.7 0.4
No 11 575.0 99.7 11 201.3 99.5 22 776.2 99.6
Ingesta de medicamentos***
Sí 25.6 0.2 69.9 0.6 95.5 0.4
No 11 586.2 99.8 11 193.3 99.4 22 779.4 99.6
Restricción en la conducta****
Sí 287.0 2.5 444.3 3.9 731.2 3.2
No 11 324.8 97.5 10 818.8 96.1 22 143.7 96.8
TOTAL 1 611.8 51.1 11 263.1 48.9 22 874.9 100.0
* Cantidad en miles
** Incluye preocupación por engordar, comido demasiado y pérdida del control para comer
*** Incluye pastillas, diuréticos, laxantes
**** Incluye dietas, ayuno, ejercicio
■ Cuadro 4.5
Distribución de adolescentes de 10 a 19 años de edad, según conductas alimentarias de riesgo, por sexo.
México, ENSANUT 2006
72 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
La prevalencia de accidentes en el año previo a la encuesta entre los adolescentes de 10 a 19 años
aumentó, al pasar de 6% según resultados de la ENSA 2000 a 8.8% en 2005 (figura 4.4). Al
analizar los porcentajes según sexo se observa incremento en la prevalencia tanto en mujeres
como en hombres. En las mujeres, esta proporción creció de 3.9% en 2000 a 6.6% en 2005. En el
caso de los hombres, los porcentajes crecieron de 8.1 a 10.9% durante el periodo analizado.
Por otra parte, los adolescentes que han sufrido un accidente registran su mayor frecuencia
entre los hombres de 10 a 12 años, rango en el que la prevalencia pasó de 9.9% en 2000 a
13% en 2005, mientras que en las mujeres, la mayor frecuencia de accidentes ocurre en el
grupo de 13 a 15 años.
El 2.3% de los adolescentes entre 10 y 19 años de edad ha sufrido algún robo, agresión o
violencia durante los 12 meses previos a la entrevista. Se observa que la prevalencia de robo,
agresión o violencia fue mayor en los hombres que en las mujeres (3.3 contra 1.3%).
De acuerdo con el motivo de la agresión –y el sexo de las víctimas– sobresale que 66.8% de
los hombres ha sufrido de golpes, patadas y puñetazos, mientras que 38.2% de las mujeres
fueron agredidas de esta misma forma (cuadro 4.6). Por otra parte, las mujeres sufren con
mayor frecuencia que los hombres agresión sexual, pues 15.9% de las adolescentes reportaron
haber sido violentadas de esta forma.
Con respecto al lugar donde ocurrió la agresión, se registró que los adolescentes han sufrido
agresión o violencia en los medios de transporte o la vía pública (58.9%), en la escuela (24.7%)
■ Figura 4.4
Distribución porcentual de adolescentes de 10 a 19 años de edad que sufrió daños a su salud por algún accidente en el último año, por grupo de edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años Total
0
5
10
15
20
%
Hombres Mujeres Total
10 a 12 años 13 a 15 años 16 a 19 años Total
0
5
10
15
20
%
Hombres Mujeres Total
ENSANUT 2006 ENSA 2000
salud / adolescentes 73
y en el hogar (10.7%). Los resultados señalan que las mujeres fueron agredidas o
violentadas con mayor frecuencia en su hogar que los hombres, pues 21.1% de ellas
declaró haber sufrido agresión o violencia en su propia casa. En el caso de los hombres,
éstos sufren mayor agresión en el transporte o la vía pública.
La prevalencia de intento de suicidio en adolescentes fue de 1.1%, con porcentaje
mayor para las mujeres (cuadro 4.7). Asimismo, la conducta suicida se manifestó
sobre todo cuando los adolescentes tenían entre 16 y 19 años de edad (1.9%), edades
coincidentes con los últimos años de secundaria o preparatoria. Los resultados
permiten identificar que la prevalencia de intento de suicidio aumenta en aquellos
adolescentes que viven con su pareja (3.1%), en los que consumen alcohol (3.0%)
y en los que sufrieron algún tipo de violencia en los últimos 12 meses (4.1%).
Sexo
Hombres Mujeres Total
Variable n* % n* % n* %
Motivo de la agresión
Arma de fuego 34.1 8.8 1.7 1.2 35.8 6.8
Objetos cortantes 28.9 7.5 14.9 10.3 43.8 8.3
Golpes, patadas, puñetazos 257.2 66.8 55.5 38.2 312.7 59.0
Agresión sexual 1.1 0.3 23 15.9 24.1 4.6
Otras agresiones o maltrato 37.1 9.7 30.3 20.9 67.5 12.7
Otro 26.4 7.0 19.3 13.5 46.0 8.7
Lugar de la agresión o violencia
Hogar 26.3 6.8 30.6 21.1 56.9 10.7
Escuela 94.6 24.6 36.1 24.9 130.7 24.7
Transporte o vía pública 240.7 62.5 71.2 49.1 311.9 58.9
Campo 5.8 1.5 5.2 3.5 11.0 2.1
Lugar de recreo o deportivo 6.4 1.7 0.2 0.2 6.6 1.3
Establecimiento comercial 7.8 2.0 0.9 0.7 8.7 1.5
Otro 3.1 0.9 0.7 0.5 3.9 0.8
Total 385.1 3.3 145.1 1.3 530.3 2.3
* Cantidad en miles
Nota: Los porcentajes suman más de 100% por doble motivo de agresión
■ Cuadro 4.6
Distribución de adolescentes de 10 a 19 años de edad que sufrió daños a la salud por alguna violencia en el
último año, según variables seleccionadas, por sexo. México, ENSANUT 2006
74 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Variables Hombres Mujeres Total
% % %
Edad
10 a 12 años 0.4 0.4 0.4
13 a 15 años 0.2 1.9 1.0
16 a 19 años 1.2 2.7 1.9
Escolaridad
Sin escolaridad 1.1 2.2 1.6
Primaria 0.4 0.8 0.6
Secundaria 0.8 2.1 1.4
Preparatoria 0.6 3.0 2.0
Estado civil
Vive con su pareja 2.1 3.8 3.1
Casado(a) 1.3 1.3 1.3
Soltero(a) 0.7 2.0 1.3
Consumo de alcohol
Sí 1.6 5.2 3.0
No 0.3 1.1 0.7
Violencia
Sí 2.5 8.5 4.1
No 0.5 1.6 1.1
Prevalencia 0.6 1.7 1.1
Total* 69.3 191.0 260.3
* Cantidad en miles
■ Cuadro 4.7
Porcentaje de adolescentes de 10 a 19 años de edad según intento de suicidio, por factores
predisponentes. México, ENSANUT 2006
salud / adultos 75
75
Adultos
El crecimiento de la edad poblacional en México, debido principalmente al
control directo e indirecto de las enfermedades infecciosas, influye en gran
medida en la frecuencia de enfermedades crónicas y, por consiguiente, en el uso de
los servicios médicos preventivos y curativos.
La distribución de la población que compone la muestra de adultos estudiados en
la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006) puede observarse
en la figura 5.1. Esta distribución muestra el proceso migratorio en edades
productivas de la población masculina y la magnitud de la población, la cual crece
en su edad promedio.
■ Figura 5.1
Distribución de la población de 20 años de edad o más, por grupo de edad y sexo. México,
ENSANUT 2006
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 o más
Millones
Hombres Mujeres
5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5
76 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Uno de los datos más importantes arrojados por la ENSANUT 2006 es el crecimiento
de los programas de detección de enfermedades, dado por el impulso de los
programas preventivos del IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular de la Secretaría de
Salud. Los resultados de la encuesta muestran, por ejemplo, que una mayor proporción
de mujeres de 20 años o más acudieron en los últimos 12 meses a realizarse una
prueba de detección de cáncer cervicouterino o de mama, en comparación con los
resultados de la Encuesta Nacional de Salud 2000 (ENSA 2000). Así, 36.1 % de las
mujeres de 20 años o más acudieron a un servicio médico para una prueba de
papanicolau durante el año previo al levantamiento de la ENSANUT 2006, mientras
que 27.4% lo había hecho el año previo al levantamiento de la ENSA 2000, lo
que resulta en un incremento de 31.8%. En el caso de la prueba de detección de
cáncer de mama, el estudio se realizó a 16.4% de las mujeres en el año previo a la
ENSANUT 2006, y menos de 10% lo había hecho en el año previo a la ENSA
2000, lo que significa un incremento de 69.1 por ciento.
Más de 22% de los adultos acudió a realizarse pruebas de determinación de glucosa en
sangre y mediciones de la tensión arterial en el año previo a la encuesta, en mayor
medida las mujeres, de las que casi 25% acudió a ambas pruebas, mientras que 19% de
los hombres acudió a pruebas de detección de diabetes y de hipertensión arterial (figura
5.2). Para las dos pruebas, el porcentaje de adultos que acudió en el año previo a la
ENSANUT 2006 fue mayor al porcentaje que había acudido en el año previo al
levantamiento de la ENSA 2000. En ese momento, 10.5% de los adultos había acudido
a detección de diabetes y 13.4% a detección de hipertensión arterial, lo que, en
términos de incrementos, representa 111% y 70.1%, respectivamente.
En cuanto a la detección de tuberculosis, 3% de los adultos de 20 años o más se
realizó la prueba correspondiente durante los doce meses previos al levantamiento
de la encuesta. Poco mayor, 3.6%, fue el porcentaje de hombres adultos que se realizó
la prueba de detección de cáncer de próstata en el mismo periodo (figura 5.2).
Entre adultos, la cantidad de hombres que fuman es tres veces mayor a la de las
mujeres fumadoras, independientemente de la edad que tengan. Puede observarse
un incremento en la proporción de mujeres que fuman al comparar la población por
grupo de edad entre la ENSA 2000 y la ENSANUT 2006. Así por ejemplo, en las
mujeres del grupo de 20 a 29 años, la proporción aumentó de 8.4 a 10.7%; en el de
50 a 59 años, de 9.4 a 10.1%, y en el de 70 a 79 años, de 5 a 6.3 por ciento (figura 5.3).
El consumo de alcohol entre los hombres también resulta mayor en casi tres veces al
consumo por parte de las mujeres. Se observa que en el grupo de 20 a 29 años, 60%
de los hombres consumen bebidas alcohólicas, al menos una vez al mes, cinco o más
salud / adultos 77
copas, mientras que poco más de 20% de las mujeres refieren el mismo consumo.
En ambos sexos, el porcentaje de personas que consume alcohol va disminuyendo
conforme el grupo de edad es mayor (figura 5.4).
Sobrepeso y obesidad son problemas que afectan a cerca de 70% de la población
(mujeres, 71.9 %, hombres, 66.7%) entre los 30 y 60 años, en ambos sexos. Sin
embargo, entre las mujeres existe un mayor porcentaje de obesidad –índice de
masa corporal igual o mayor a 30– que entre los hombres. La prevalencia de obesidad
en los adultos mexicanos ha ido incrementando con el tiempo. En 1993,
resultados de la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas (ENEC 1993) mostraron
que la prevalencia de obesidad en adultos era de 21.5%, mientras que con
datos de la ENSA 2000 se observó que 24% de los adultos en nuestro país la
padecían y, actualmente, con mediciones obtenidas por la ENSANUT 2006, se
encontró que alrededor de 30% de la población mayor de 20 años (mujeres, 34.5
%, hombres, 24.2%) tiene obesidad (figura 5.5). Este incremento porcentual debe
tomarse en consideración sobre todo debido a que el sobrepeso y la obesidad son
factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo
las cardiovasculares, diabetes y cáncer.
■ Figura 5.3
Distribución porcentual de la población de 20 años o
más, según tabaquismo actual, por grupo de edad y sexo.
México, ENSANUT 2006
B B B B
B B
B
J J
J J
J
J
J
20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 a 79 80 o más
0
10
20
30
40
50
60
%
Edad
B Mujer J Hombre
■ Figura 5.2
Porcentaje, por sexo, de población de 20 años o más que buscó o recibió atención médica en los
servicios preventivos en los últimos 12 meses, según tipo de servicio. México, ENSANUT 2006
Detección de
cáncer de
mama
Prevención
de diabetes
Prevención
de
hipertensión
arterial
Detección de
tuberculosis
Detección de
antígeno
prostático
0
10
20
30
40
50
60
%
Hombres Mujeres Total
Detección de
CaCu
78 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Entre la población masculina, los daños a la salud debidos a un accidente ocurrido
en el año previo a la encuesta fueron más frecuentes en los grupos de edad de los
extremos, es decir, los hombres entre 20 y 29 años y los de más de 80. Mientras que
las mujeres presentaron una prevalencia de daños a la salud por accidente
marcadamente mayor en el grupo de 80 o más años (figura 5.6).
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
%
3 veces o más al mes 1 vez al mes
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
%
2 a 3 veces al mes 3 veces o más al mes 2 a 3 veces al mes 1 vez al mes
■ Figura 5.4
Ingesta de alcohol (cinco copas o más por ocasión), según grupo de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Hombres Mujeres
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
%
IMC>=30 IMC de 25-29.9
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
%
IMC>=30 IMC de 25-29.9
■ Figura 5.5
Prevalencia de sobrepeso y obesidad, según grupo de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Hombres Mujeres
salud / adultos 79
Los adultos entre 20 y 49 años de edad con vida sexual activa y que usan algún
método de planificación familiar, lo hacen principalmente de forma definitiva
con ligadura en las mujeres (45.8%). El segundo método más usado es el dispositivo
intrauterino (19.3%) y en tercer lugar se usa el preservativo o condón (14.9%).
El promedio de mujeres cuyo último hijo nació vivo durante los cinco años previos
a la entrevista, y que lo tuvieron mediante cesárea, programada o por urgencia,
fue de 37.6% a escala nacional. La atención por cesárea ocurrió arriba de 40%
en las mujeres residentes de las siguientes entidades: Estado de México (41.2%),
Quintana Roo (42.6%), Tamaulipas (42.8%), Baja California Sur (44.8%), Jalisco
(46.1%), Nuevo León (46.4%) y, en el caso de Baja California, más de la mitad
de las mujeres (51.4%) fue atendida mediante cesárea (figura 5.7).
■ Figura 5.6
Distribución porcentual de la población de 20 años o más
que sufrió daño a su salud por algún accidente en el último
año, por grupo de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 a 79 80 o más
0
2
4
6
8
10
12
14
16
%
Edad
Mujer Hombre
■ Figura 5.7
Mujeres cuyo último hijo nació vivo en los cinco años previos a la entrevista, por cesárea, según
entidad federativa. México, ENSANUT 2006
Entre 25.4 y 31.5%
Entre 31.6 y 35.4%
Entre 35.4 y 37.8%
Entre 37.9 y 39.9%
Entre 40 y 51.4%
80 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
La prevalencia de diabetes por diagnóstico médico previo en los adultos a nivel
nacional fue de 7%, y fue mayor en las mujeres (7.3%) que en los hombres (6.5%).
En el grupo de 50 a 59 años, dicha proporción llegó a 13.5%, 14.2% en mujeres y
12.7% en hombres. En el grupo de 60 a 69 años, la prevalencia fue de 19.2%,
21.3% en mujeres y 16.8% en hombres. La prevalencia general de diabetes (que
incluye el hallazgo a partir de la encuesta) encontrada por ENSANUT 2006 será
presentada una vez que se cuente con el análisis de laboratorio de los sueros obtenidos
durante el levantamiento.
Por otro lado, la prevalencia de hipertensión arterial en la población de 20 años o
más resultó de 30.8 por ciento. En las mujeres, el porcentaje obtenido por diagnóstico
médico previo fue mayor (18.7%) que el mismo tipo de diagnóstico realizado
en los hombres (11.4%). Una relación inversa se observó en el hallazgo de
hipertensión por la encuesta, con 20.1% en hombres y 12.1% en mujeres. Más de
50% de los hombres a partir de los 60 años presenta hipertensión arterial, mien-
■ Figura 5.8
Prevalencia de hipertensión arterial, según grupo de edad, tipo de diagnóstico y sexo. México, ENSANUT 2006
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
70
%
Hallazgo Dx previo
20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80+
0
10
20
30
40
50
60
70
%
Hallazgo Dx previo
Hombres Mujeres
salud / adultos 81
tras que, en las mujeres, la afección se presenta en casi 60% para el mismo periodo
de edad. Es importante destacar que la mayor parte de los diagnósticos en las
mujeres eran ya conocidos por ellas, mientras que la mayor parte de los hombres
fueron diagnosticados en el levantamiento de esta encuesta (figura 5.8).
La distribución de la prevalencia de hipertensión arterial por entidad (figura 5.9)
nos muestra que los estados del sur presentan menor porcentaje de la población
con esta enfermedad, en comparación con los estados del centro y del noroeste.
Las entidades con las prevalencias más altas son: Nayarit, Zacatecas, Sinaloa,
Coahuila, Baja California Sur, Durango y Sonora.
El diagnóstico médico previo de colesterol alto fue referido por 8.5% de los adultos,
en mayor proporción por las mujeres (9.3%) que por los hombres (7.6%). El
hallazgo de niveles por arriba de los 200 μg/dl durante la ENSANUT 2006 lo
presentaron, adicionalmente, 18% de los adultos. En este caso también las mujeres
presentaron mayor prevalencia (19.5%) que los hombres (15.1%). Así, la prevalencia
general de hipercolesterolemia es de 26.5%, con 28.8% correspondiente
a mujeres y 22.7% a hombres.
■ Figura 5.9
Prevalencia de hipertensión arterial, según entidad federativa. México, ENSANUT 2006.
Entre 23.4 y 26.8%
Entre 26.9 y 29.9%
Entre 30.0 y 32.4%
Entre 32.5 y 34.9%
Entre 35.0 y 42.3%
82 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Figura 5.10
Prevalencia de hipercolesterolemia, según entidad federativa. México, ENSANUT 2006
Entre 25.4 y 31.5%
Entre 31.6 y 35.4%
Entre 35.4 y 37.8%
Entre 37.9 y 39.9%
Entre 40 y 51.4%
Las entidades con prevalencias de hipercolesterolemia mayores a 30% son:
Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Quintana Roo, Baja california Sur, Jalisco
y Sinaloa (figura 5.10).
nutrición
2.
84 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
nutrición / estado nutricio 85
Estado nutricio
La nutrición a lo largo del curso de la vida es una de las principales determinantes de la
salud, del desempeño físico y mental y de la productividad.
La desnutrición durante la gestación y los primeros 2 a 3 años de vida aumenta el riesgo de
morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas, y afecta el crecimiento y el desarrollo
mental durante dicho periodo crítico; además, la desnutrición temprana tiene efectos
adversos a lo largo de la vida, como disminución del desempeño escolar, aumento en el
riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles y reducción de la capacidad de trabajo y
del rendimiento intelectual.1
La mala nutrición (tanto la desnutrición como el exceso en la ingesta) tiene causas complejas
que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y culturales. La desnutrición
en el niño es el resultado directo de una dieta inadecuada, en cantidad o calidad, y del efecto
acumulativo de episodios repetidos de enfermedades infecciosas o de otros padecimientos.
Estos factores tienen su origen en el acceso insuficiente a alimentos nutritivos, servicios de
salud deficientes, saneamiento ambiental inadecuado y prácticas inapropiadas de cuidado
en el hogar.2 Las causas subyacentes de estos problemas son la distribución desigual de recursos,
de conocimientos y de oportunidades entre los miembros de la sociedad.
La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre la ingestión y el gasto energético. Este
desequilibrio es frecuentemente consecuencia de la ingestión de dietas con alta densidad
energética y bajas en fibra, y de bebidas azucaradas, en combinación con una escasa actividad
física. Esta última se ha asociado a la urbanización, al crecimiento económico y a los
cambios en la tecnología para la producción de bienes y servicios, así como a los estilos de
vida y de recreación.3
En el ámbito poblacional, tanto la desnutrición como el sobrepeso y la obesidad son cuantificados
mediante el uso de indicadores antropométricos, basados principalmente en la com-
85
86 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
binación del peso y la estatura o talla (considerando generalmente edad y sexo) y en el caso
de la obesidad en la circunferencia de cintura.
En México, la información más reciente acerca del estado de nutrición de la población antes
de esta encuesta fue proporcionada por la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 (ENN
1999),4 la cual informó una prevalencia de desmedro de 17.8%, de emaciación de 2.1% y de
bajo peso para la edad de 7.6% en menores de cinco años. En niños escolares se encontró
una prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad de 19.5% y para mujeres en edad adulta
(18-49 años) la prevalencia fue de casi 60 por ciento.5
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006) incluye entre sus
objetivos actualizar la prevalencia de los distintos indicadores del estado nutricio y comparar
sus tendencias en el tiempo, utilizando los datos producidos en las dos encuestas nacionales
probabilísticas previas.
Metodología
Durante el levantamiento de la ENSANUT 2006 se midió el peso y la talla (o longitud en
niños <2 años) a preescolares, escolares, adolescentes y adultos. En los adultos mayores de
20 años también se midió la circunferencia de cintura, mediante procedimientos aceptados
internacionalmente,6 y se capacitó y estandarizó al personal de campo utilizando protocolos
convencionales.7
La talla se midió con estadímetros marca Dynatop con capacidad de 2 m y con una precisión
de 1 mm. Para la medición de la longitud en los niños pequeños se utilizaron infantómetros
portátiles de construcción local con igual precisión. El peso corporal se midió utilizando
balanzas electrónicas marca Tanita, con una precisión de 100 g, y la circunferencia de cintura
con cintas métricas rígidas (Gulick, Foto Arte, México) con capacidad de hasta 1.5 m y
precisión de 1 mm.
Preescolares y escolares
El estado nutricio se evaluó mediante índices antropométricos construidos con base en las
mediciones de peso, talla y edad. Los tres indicadores utilizados fueron el peso esperado para
la edad, la talla esperada para la edad y el peso esperado para la talla. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado utilizar como referencia internacional una
población de niños sanos y bien alimentados de Estados Unidos [OMS/NCHS (National
Center for Health Statistics)/CDC (Centers for Disease Control)] para construir los
indicadores antropométricos.
nutrición / estado nutricio 87
Se clasificó con baja talla a los niños que tenían una talla esperada para la edad debajo de -2
desviaciones estándar (DE) (puntaje z <-2) de la media de población de referencia internacional
mencionada. La baja talla es un indicador de los efectos negativos acumulados debidos
a periodos de alimentación inadecuada en cantidad o calidad y a los efectos deletéreos de las
infecciones agudas repetidas. A este retardo en el crecimiento lineal se le conoce también
como desnutrición crónica o desmedro. Cuando el peso esperado para la talla o el peso esperado
para la edad se ubican por debajo de -2 desviaciones estándar (unidades z) de la referencia
internacional, se clasifica al niño con emaciación o con bajo peso, respectivamente. La
emaciación es un indicador de desnutrición aguda. El bajo peso es un indicador mixto influido
tanto por el desmedro como por la emaciación. Para todos los indicadores antropométricos de
desnutrición utilizados, se esperaría encontrar alrededor de 2.5% de niños por debajo de -2
desviaciones estándar en una población bien nutrida.
Tanto en las encuestas de 1988 como en la de 1999 y en esta nueva encuesta de 2006 se
utilizaron los patrones de referencia de la OMS/NCHS/CDC, en uso desde hace años. Recientemente
se concluyó la construcción de las nuevas normas internacionales de crecimiento,
desarrolladas por la OMS, las cuales ofrecen una serie de ventajas sobre las anteriores,
especialmente porque se basan en niños alimentados al seno materno, de acuerdo con las
recomendaciones de la OMS. Debido a que uno de los objetivos de la ENSANUT 2006 es
comparar las tendencias de la desnutrición en el tiempo, se optó por utilizar en esta publicación
las referencias de crecimiento utilizadas en 1988 y 1999, dada la familiaridad que los
especialistas en nutrición y salud y los interesados en el desarrollo social tienen con las
prevalencias publicadas en esos años. En futuras publicaciones se harán las comparaciones
de acuerdo con las nuevas normas de crecimiento.
Se consideraron como valores válidos para el indicador peso para la edad los datos entre -5.0
y +5.0 puntos z del peso para la edad; entre -5.5 y +3.0 puntos z de la talla para la edad, y
entre -4.2 y +5.0 puntos z del peso para la talla, respecto de la media de la población de
referencia.
Se eliminó del análisis la información de individuos con información incompleta en peso o talla.
En el caso de la población preescolar, cuando el puntaje z de alguno de los indicadores se ubicó
fuera del intervalo de valores válidos, se eliminó toda la serie de puntajes z de dicho individuo.
En la población escolar se calculó, además, el índice de masa corporal [IMC= peso (kg)/talla al
cuadrado (m2)]. Este índice es útil para clasificar escolares tanto con desnutrición como con
sobrepeso u obesidad. Para la clasificación de niños en diversas categorías de estado IMC se
utilizaron las distribuciones de IMC y los criterios propuestos por el International Obesity Task
Force (IOTF).8 Dicho sistema de clasificación emplea valores específicos para edad y sexo, basados
en una población internacional de referencia, la cual incluye datos de diversos países. El
sistema identifica puntos de corte de IMC específicos para cada edad y sexo, correspondientes a
88 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
una trayectoria que confluye, a los 18 años de edad, con los valores de IMC de los adultos. Es
decir, los puntos de corte específicos para cada edad o sexo en menores de 18 años equivalen a
valores específicos de IMC en la edad adulta; por ejemplo, 25 (sobrepeso) y 30 (obesidad), lo que
permite clasificar a los menores de 18 años en las categorías que se utilizan desde hace muchos
años en los adultos. Se consideraron como datos válidos todos los valores de IMC que estuvieran
entre 10 y 38 kg/m2, excluyéndose del análisis aquellos que estuvieran fuera de estos límites.
Se realizó un análisis comparativo de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los escolares
estudiados en la ENSANUT 2006 con los estudiados en la ENN 1999 usando el sistema de
clasificación del IOTF.
Adolescentes
El estado nutricio de la población de 12 a 19 años de edad se evaluó calculando el IMC
mediante la distribución y puntos de corte propuestos por el IOTF.8 Se utilizaron estos mismos
criterios para comparar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en las mujeres de 12 a 19 años
de edad incluidas en la ENN 1999 con las incluidas en la ENSANUT 2006.
Adicionalmente, para comparar la población de la ENSANUT 2006 con la población de la
ENN 1999, se calculó el puntaje z de talla para la edad, con el fin de estimar la prevalencia
de baja talla en las mujeres de 12 a 17 años de edad; para ello, se consideró como punto de
corte <-2 unidades z, en la población de referencia de la NCHS/OMS/CDC. Debido a que la
población de referencia incluye únicamente personas menores de 18 años, no fue posible
estimar prevalencias de baja talla en mujeres de 18 y 19 años de edad.
Se consideraron como datos válidos del IMC entre 10 y 58 kg/m2 y datos válidos de talla
para la edad entre -5.5 y +3.0 unidades z. Se eliminaron los datos que estuvieron fuera de los
intervalos válidos para ambos indicadores. Se eliminó el dato de IMC cuando el puntaje z de
talla para la edad fue <-5.5 unidades z de la media de la población de referencia.
Adultos
La evaluación del estado nutricio de la población mayor de 20 años de edad se realizó mediante
dos indicadores; el IMC, descrito antes para niños y adolescentes, y la circunferencia
de cintura.
La clasificación basada en el IMC utilizó como puntos de corte los propuestos por la OMS:
desnutrición (IMC <18.5); estado nutricio adecuado (IMC de 18.5 a 24.9); sobrepeso (IMC de
25.0 a 29.9); y obesidad (IMC ≥30.0). Se incluyeron como datos válidos todos aquellos valores
de IMC entre 10 y 58. Se consideraron como valores válidos de talla los datos comprendidos
nutrición / estado nutricio 89
■ Figura 6.1
Comparativo de la prevalencia nacional de bajo peso, baja
talla y emaciación en menores de cinco años por grupos
de edad de la ENN 1988, ENN 1999 y ENSANUT 2006.
México
Bajo peso Baja talla Emaciación
0
5
10
15
20
25
%
ENN 1988 ENN 1999 ENSANUT 206
■ Figura 6.2
Prevalencia nacional de baja talla en menores de cinco
años de la ENN 1988, ENN 1999 y ENSANUT 2006, por
grupos de edad. México
0-11 12-23 24-35 36-47 48-59
0
5
10
15
20
25
30
%
Edad en meses
ENN 1988 ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Figura 6.3
Prevalencia nacional de emaciación en menores de cinco
años de la ENN 1988, ENN 1999 y ENSANUT 2006, por
grupos de edad, México
0-11 12-23 24-35 36-47 48-59
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
%
Edad en meses
ENN 1988 ENN 1999 ENSANUT 2006
entre 130 y 200 cm. Se excluyeron del análisis los datos que estuvieron fuera de los
límites aceptados y los datos de IMC cuando la talla fue <130 cm.
Para la circunferencia de cintura se utilizaron dos clasificaciones: a) la propuesta por
un panel de expertos convocados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados
Unidos (ATPIII),9 la cual define como punto de corte en hombres >102 cm y en
mujeres >88 cm como indicadores de riesgo de síndrome metabólico y que ha sido
propuesta también como punto de corte indicador de alto riesgo de enfermedades
crónicas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS);a y b) la propuesta por la
Secretaría de Salud (SSA), que clasifica como circunferencia abdominal saludable
≤80 cm en mujeres y ≤90 cm en hombres. Se consideraron como datos válidos de la
circunferencia de cintura los que estuvieron entre 50 y 180 cm para ambos sexos.
Los resultados de las mujeres de 20 a 49 años de edad de la ENSANUT 2006 se
compararon con los resultados de la ENN 1999. Para el caso de los hombres mayores
de 20 años, se compararon con los resultados de la Encuesta Nacional de
Salud 2000 (ENSA 2000) bajo los mismos puntos de corte mencionados.
Resultados
Preescolares
Se analizó la información de 7 722 menores de cinco años de edad, que al aplicar
los factores de expansión representan a 9 442 934 niños en todo el país.
Desnutrición
Las figuras 6.1 a la 6.4 muestran la prevalencia nacional de bajo peso, baja talla y
emaciación, por grupos de edad, en los menores de cinco años. En ellas se ha
comparado la información de las encuestas nacionales de nutrición 1988 y 1999
con la de la ENSANUT 2006. El tipo de diseño, polietápico y por conglomerado,
de estas tres encuestas nacionales permite hacer comparaciones entre ellas, además
de ser representativas de la población nacional.
Los resultados muestran que, en 2006, 472 890 niños menores de cinco años se
clasificaron con bajo peso (5%); 1 194 805 con baja talla (12.7%) y alrededor de
153 mil niños como emaciados (1.6%) en todo el país.
a El IMSS considera como circunferencia de cintura saludable <80 cm en mujeres y <94 cm en hombres. No se
presentan prevalencias detalladas de acuerdo con estos puntos de corte. Sólo se presentan las prevalencias globales.
90 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Figura 6.4
Prevalencia de baja talla en menores de cinco años por
región en 1988, 1999 y 2006. México
Norte Centro Ciudad de México Sur Nacional
0
5
10
15
20
25
30
35
%
ENN 1988 ENN 1999 ENSANUT 2006
A 18 años de haber realizado la primera ENN 1988, la tendencia en las prevalencias
de desnutrición, evaluada por los tres indicadores de estado de nutrición, es a la
baja, por lo que podemos afirmar que la prevalencia ha disminuido.
En el ámbito nacional, la prevalencia de las distintas formas de desnutrición en
niños menores de cinco años disminuyó entre las encuestas de nutrición de 1988,
1999 y 2006, como se expone a continuación.
La prevalencia de emaciación o desnutrición aguda, la cual pone al niño que la
padece en alto riesgo de muerte, disminuyó de 6 a 1.6% (reducción de 73%) entre
1988 y 2006. El mayor descenso ocurrió entre 1988 (prevalencia de 6%) y 1999
(prevalencia de 2.1%); esta última prevalencia se encontraba ya dentro del intervalo
esperado en una distribución normal de niños bien alimentados. Es decir, en
1999 y nuevamente en 2006, la desnutrición aguda ha dejado de ser un problema
de salud pública en el país, aunque es sabido que siguen existiendo casos de este
padecimiento, especialmente en regiones en extrema pobreza, que deben ser atendidos
por el sistema de salud para asegurar su rehabilitación.
La baja talla disminuyó 10.1 puntos porcentuales (pp) entre 1988 y 2006 (0.56 pp/
año). El descenso entre 1988 y 1999 fue de 5 pp (0.45 pp/año) y entre 1999 y 2006
fue de 5.1 pp (0.73 pp/año). Es decir, la tasa de disminución de la baja talla por año
fue 60% superior en el periodo1999-2006 que en el periodo 1988-1999. El bajo
peso disminuyó 8.2 pp de 1988 a 2006. Esta disminución es un reflejo de los descensos
tanto de emaciación como de baja talla.
La mejoría en los indicadores de desnutrición entre 1988 y 2006 ha respondido
seguramente a la combinación de intervenciones de salud que han tenido también
efectos positivos contra la mortalidad de los menores de cinco años, tales como la
alta cobertura de vacunación alcanzada, la administración de megadosis de vitamina
A, el programa de desparasitación y el programa de agua limpia, junto con acciones
dirigidas a mejorar la ingestión de alimentos con alto valor nutritivo y
posiblemente la mayor disponibilidad de alimentos durante dicho periodo. También
es factible que estos efectos puedan atribuirse a programas de desarrollo social
como Progresa y Oportunidades. Sin embargo, no es posible cuantificar, con los
datos de las encuestas, el impacto específico que cada uno de estos programas y
fenómenos ha tenido en la disminución de la desnutrición.
La mayor disminución en la prevalencia de baja talla a partir de 1999 podría estar
asociada con la reorientación de las acciones de varios programas de nutrición
pública, focalizados hacia los grupos más vulnerables desde el punto de vista biológico
y social: del periodo de gestación a los dos primeros años de vida y los hogares
pobres. Una de las secciones de esta publicación aborda el estudio de los progranutrición
/ estado nutricio 91
mas sociales y de salud de elevada cobertura, los cuales incluyen la prevención y el control
de la desnutrición, como uno de sus principales objetivos.
A pesar de las disminuciones observadas en los distintos indicadores de desnutrición, la prevalencia
de baja talla en menores de cinco años sigue siendo elevada y el número absoluto de
niños con esta condición (casi 1.2 millones) es preocupante.
Las figuras 6.2 y 6.3 presentan las prevalencias de baja talla y emaciación por edad en 1988,
1999 y 2006. Llama la atención que aunque en 2006 la prevalencia de baja talla (figura 6.3)
sigue siendo mayor en niños de 12-23 meses, la diferencia con los menores de 12 meses no es
tan grande como lo era en 1988 y especialmente en 1999. En relación con la ENN 1999, las
prevalencias disminuyeron en todas las edades con excepción de los menores de 12 meses,
en quienes hubo un pequeño aumento de 2.1 pp, lo que requiere mayor profundización para
establecer las razones de este aparente aumento.
La figura 6.4 presenta la prevalencia de baja talla por región en 1988, 1999 y 2006. Cabe
destacar el extraordinario descenso de la prevalencia de baja talla entre 1999 y 2006, en la
región sur (10.9 pp o 1.56 pp/año), especialmente si se compara con la disminución de las
prevalencias en dicha región en el periodo de 1988 a 1999 (4.9 pp o 0.45 pp/año) y con los
cambios ocurridos en el resto de las regiones entre 1999 y 2006: norte (0 pp), Ciudad de
México (1.2 pp o 0.17 pp/año), centro (3.7 pp o 0.53 pp/año). Llama la atención el descenso
nulo en el norte y el pequeño descenso en la Ciudad de México, a pesar de que dichas
regiones distan de haber alcanzado prevalencias satisfactorias.
La figura 6.5 presenta la prevalencia de bajo peso, baja talla y emaciación por región y tipo de
localidad urbana o rural en 1999 y 2006. No fue posible incluir información de 1988, debido a
que dicha encuesta no fue representativa para zonas urbanas y rurales en las regiones.
Salvo el sur, la desnutrición en zonas urbanas se estancó durante el periodo de estudio. Se
observaron disminuciones muy modestas en el centro y la Ciudad de México (menos de 0.2
pp/año) y un aumento en el norte. Mientras, el sur experimentó el mayor descenso (3.9 pp
o 0.55 pp/año), aunque la disminución fue menor que el promedio nacional. Llama la atención
el poco avance en el norte urbano, la zona con menor rezago en cuanto a desnutrición.
El estancamiento de la desnutrición urbana puede deberse a fenómenos de migración de
zonas rurales a zonas urbanas, a fenómenos de urbanización (localidades clasificadas como
rurales en 1999 pudieron considerarse urbanas en 2006) o a un deterioro de las condiciones
de vida en el ámbito urbano.
En zonas rurales, se aprecian descensos importantes en el sur y en el norte, y descensos modestos
en el centro. Aunque la región sur rural continúa presentando la prevalencia de baja talla
más alta (25.6%), fue la que experimentó el mayor descenso durante el periodo de estudio:
92 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Figura 6.6
Prevalencia de sobrepeso (ZPT>2) en niños menores de
cinco años, por región en 1999 y 2006. México
Norte Centro Ciudad de México Sur Nacional
0
2
4
6
8
10
%
ENN 1999 ENSANUT 2006
15.9%, el equivalente al 38.3 por ciento. Este descenso representa 2.3 pp/año, casi
tres veces el descenso observado para el ámbito nacional. Esta tasa de reducción es
muy elevada, aun si se compara con países considerados exitosos en el combate a la
desnutrición.
La combinación de menores disminuciones en zonas urbanas y mayores disminuciones
en zonas rurales, especialmente en la zona más rezagada (el sur rural), tuvo como
consecuencia una disminución en la inequidad en materia de estado nutricio entre
regiones y zonas urbanas y rurales. Mientras en 1999 la diferencia entre los estratos con
menor y mayor prevalencia (norte-urbano: 6.6%, sur-rural: 41.5%) era de 6.8 veces,
en 2006 la diferencia (norte-urbano: 6.9%, sur-rural: 25.6%) es de 3.7 veces.
La figura 6.6 muestra la comparación de la prevalencia de sobrepeso (puntaje z de
peso para la talla >2) en niños menores de cinco años, en el ámbito nacional, y
por las diferentes regiones del país en 1999 y 2006.
En el periodo de 1999 a 2006, a escala nacional hubo un pequeño decremento de
0.2 pp en la prevalencia de sobrepeso en niños menores de cinco años. Esta situación
se comporta de manera similar al desagregar la información por regiones;
tanto la Ciudad de México como la región sur experimentaron disminuciones
■ Figura 6.5
Comparativo de la prevalencia nacional de baja talla en menores de cinco años por región y
estrato en 1999 y 2006. México, ENSANUT 2006
Urbano Rural Urbano Rural Urbano Urbano Rural Urbano Rural
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
%
1999 2006
Norte Centro Ciudad
de México Sur Nacional
nutrición / estado nutricio 93
menores a 1% en sobrepeso, mientras que en la región norte la disminución fue de
2.4 pp (de 7.4 a 5.0%). Cabe destacar que en la región centro el sobrepeso aumentó
1 pp en el mismo periodo.
Escolares
Se analizó la información de 15 111 niños y niñas de 5 a 11 años de edad, que al
aplicar los factores de expansión representan a 15 815 600 escolares en todo el país.
Al igual que en el grupo de preescolares, algunos análisis incluyen la comparación
de la información de la ENN 1999 con la recolectada en la ENSANUT 2006.
Cabe aclarar que la ENN 1988 no recabó información de escolares, por lo que no
fue posible hacer esta comparación.
ENN 1999
Masculino Femenino
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
5 847 1 130.9 18.6 (15.69, 21.47) 878 1 242.3 23.0 (19.92, 25.98)
6 847 1 172.9 16.2 (13.77, 18.66) 794 1 091.9 15.7 (12.93, 18.41)
7 773 1 070.2 18.8 (15.76, 21.78) 837 1 209.0 13.6 (10.82, 16.36)
8 888 1 145.4 14.5 (12.14, 16.78) 830 1 163.0 11.3 (9.32, 13.32)
9 763 1 055.6 11.5 (9.10, 13.86) 856 1 148.5 12.7 (10.61, 14.87)
10 776 1 094.2 17.7 (14.74, 20.72) 832 1 111.4 17.9 (14.84, 20.92)
11 713 936.1 15.4 (12.59, 18.13) 704 932.6 17.7 (14.4, 20.95)
Total 5 607 7 605.3 16.1 (14.79, 17.44) 5 731 7 898.8 16.0 (14.55, 17.41)
ENSANUT 2006
Masculino Femenino
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
5 988 1 117.9 15.3 (11.2, 20.53) 985 1 107.1 12.8 (7.75, 20.34)
6 961 1 037.6 11.9 (9.02, 15.62) 1 029 1 133.6 7.5 (5.43, 10.34)
7 1 001 1 014.5 9.0 (6.65, 12.05) 971 931.2 10.8 (7.54, 15.18)
8 1 099 1 075.1 8.0 (5.91, 10.79) 1 062 1 060.0 5.5 (3.85, 7.89)
9 1 170 1 200.3 7.6 (5.53, 10.32) 1 123 1 227.5 9.2 (6.25, 13.26)
10 1 194 1 268.6 10.9 (8.38, 14.1) 1 174 1 216.1 11.5 (8.88, 14.84)
11 1 121 1 151.9 10.1 (6.93, 14.37) 1 177 1 239.8 9.1 (6.96, 11.79)
Total 7 534 7 865.9 10.4 (9.12 , 11.82) 7 521 7 915.3 9.5 (8.15, 11.03)
■ Cuadro 6.1
Comparación de la prevalencia de desmedro (ZTE <-2), por grupos de edad y sexo en la población de 5 a 11 años de la
ENN 1999 y la ENSANUT 2006. México
■ Figura 6.7
Comparación de la prevalencia nacional de desmedro
(ZTE<-2) en la población de 5 a 11 años de la ENN
1999 y ENSANUT 2006, por sexo. México
ENN 1999 ENSANUT 2006
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
%
Masculino Femenino
94 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Figura 6.8
Comparativo de la prevalencia nacional de sobrepeso y
obesidad en población de 5 a 11 años de edad de la
ENN 1999 y ENSANUT 2006, por sexo, de acuerdo con
los criterios propuestos por el International Obesity Task
Force (IOTF). México
Masculino Femenino Masculino Femenino
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
%
Sobrepeso Obesidad
ENN 1999 ENSANUT 2006
Desnutrición
La prevalencia de baja talla en niños de 5 a 11 años de edad disminuyó en el sexo
masculino 5.7 pp (de 16.1 a 10.4%) y en el sexo femenino 6.5 pp (de 16.0% a
9.5%) entre 1999 y 2006. En los datos de la ENSANUT 2006 la prevalencia de
baja talla varió muy poco por edad y sexo (cuadro 6.1 y figura 6.7). El descenso en
retardo en estatura es congruente con la disminución encontrada en niños menores
de cinco años entre 1988 y 1999. Los niños que eran menores de cinco años en
1999 tienen ahora entre 7 y 11 años de edad.
Sobrepeso y obesidad
La prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad en niños de 5 a 11 años,
utilizando los criterios de la IOTF, fue de alrededor de 26%, para ambos sexos, 26.8%
■ Cuadro 6.2
Prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en la población de 5 a 11 años, por grupos de edad y sexo. México,
ENSANUT 2006
Masculino
Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
5 117 145.3 12.9 (9.26, 17.63) 78 54.7 4.8 (3.51, 6.65)
6 126 150.4 14.5 (11.27, 18.37) 86 101.5 9.8 (6.53, 14.36)
7 141 137.2 13.4 (10.69, 16.76) 100 79.3 7.8 (6 .00, 9.99)
8 169 150.4 13.9 (11.11, 17.25) 130 133.0 12.3 (9.46, 15.82)
9 235 256.9 21.2 (16.70, 26.54) 123 132.7 11.0 (8.14, 14.58)
10 246 212.2 17.0 (14.12, 20.44) 134 107.7 8.6 (6.74, 11.03)
11 245 245.4 21.2 (17.69, 25.27) 123 130.3 11.3 (8.82, 14.31)
Total 1 279 1 297.7 16.5 (15.09, 17.93) 774 739.0 9.4 (8.42, 10.43)
Femenino
Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
5 158 140.6 12.6 (9.91, 15.92) 80 96.1 8.6 (5.49, 13.28)
6 131 155.9 13.7 (10.40, 17.87) 84 79.6 7.0 (5.09, 9.58)
7 162 150.8 16.1 (12.83, 20.04) 94 93.7 10.0 (7.55, 13.17)
8 189 186.7 17.5 (14.30, 21.32) 99 95.3 8.9 (6.85, 11.62)
9 236 284.4 23.2 (18.36, 28.84) 114 104.0 8.5 (6.45, 11.07)
10 254 242.8 20.0 (16.74, 23.74) 112 125.2 10.3 (7.64, 13.82)
11 262 271.2 21.8 (18.33, 25.83) 101 95.7 7.7 (5.97, 9.89)
Total 1 392 1 432.4 18.1 (16.62, 19.58) 684 689.6 8.7 (7.62, 9.91)
nutrición / estado nutricio 95
en niñas y 25.9% en niños (figura 6.8), lo que representa alrededor de 4 158 800 escolares en el
ámbito nacional con sobrepeso u obesidad (cuadro 6.2). La prevalencia combinada de sobrepeso
y obesidad en 1999, bajo el mismo criterio, fue de 18.6%, 20.2% en niñas y 17% en niños. El
aumento entre 1999 y 2006 fue de 1.1 pp/año o 39.7% en tan sólo siete años para los sexos
combinados; el aumento en niñas fue de 0.9 pp/año o 33% y en niños de 1.27 pp/año o 52 por
ciento. El aumento en la prevalencia de sobrepeso en niños fue de 4.8 pp o 41% y en niñas de 3.8
pp o 27 por ciento. El incremento más alarmante fue en la prevalencia de obesidad en los niños,
pasando de 5.3 a 9.4% (77%); en las niñas este aumento fue de 5.9 a 8.7% (47%) (figura 6.8).
La prevalencia de sobrepeso aumentó progresivamente entre los 5 y los 11 años de edad,
tanto en niños (de 12.9 a 21.2%) como en niñas (de 12.6 a 21.8%). La prevalencia de
obesidad aumentó entre las mismas edades 6.5 pp en niños (de 4.8 a 11.3%) y 3.3 pp en
niñas (de 7.0 a 10.3%). Cabe señalar que este último aumento no se comportó de manera
sistemática (cuadro 6.2).
En resumen, entre 1999 y 2006, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en los
sexos combinados aumentó un tercio; los mayores aumentos se dieron en obesidad y en el
sexo masculino. Los resultados señalan la urgencia de aplicar medidas conducentes a la
prevención de obesidad en los escolares.
Adolescentes
La ENSANUT 2006 analizó la información de 14 578 adolescentes (12 a 19 años de edad).
Al aplicar los factores de expansión, la cifra anterior representa a 18 465 136 adolescentes
con datos válidos de peso y talla para valorar el estado nutricio mediante el IMC según la
edad y el puntaje z de talla relativo a la edad para valorar la prevalencia de baja talla.
■ Cuadro 6.3
Comparación de la prevalencia nacional de desmedro (baja talla) en mujeres de 12 a 17 años de la ENN 1999 y
ENSANUT 2006. México
ENN 1999 ENSANUT 2006
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
12 86 117.0 11.5 (9.60 , 13.79) 59 80.4 6.5 (4.43 , 9.40)
13 136 187.4 17.7 (15.43 , 20.31) 110 118.2 8.8 (6.75 , 11.32)
14 131 205.9 20.6 (17.39 , 24.30) 110 134.9 11.5 (8.99 , 14.69)
15 130 198.8 20.9 (17.61 , 24.51) 116 173.0 14.0 (10.99 , 17.71)
16 126 193.3 21.5 (18.36 , 25.12) 145 177.4 15.1 (11.70 , 19.36)
17 161 236.8 26.0 (22.55 , 29.76) 176 205.5 19.7 (16.05 , 23.87)
Total 770 1 139.2 19.5 (18.04 , 21.13) 716 889.4 12.3 (10.99 , 13.83)
96 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Las ENN 1988 y 1999 contienen información de este grupo de edad únicamente para mujeres,
por lo que las comparaciones a lo largo del tiempo se harán sólo para este grupo de
población.
Desnutrición
La prevalencia de baja talla en las mujeres de 12 a 17 años de edad disminuyó entre 1999 y
2006 de 19.5 a 12.3% (7.2 pp, 1.2 pp/año) (cuadro 6.3). Al igual que en 1999, en 2006 la
prevalencia de baja talla aumentó progresivamente con la edad. Así, en las mujeres de 12
años la prevalencia fue de 6.5% aumentando hasta 19.7% en las de 17 años.
Este fenómeno puede tener diferentes explicaciones. La primera es que las generaciones más
jóvenes disfrutaron de mejores condiciones de salud y nutrición que sus predecesoras; la
segunda podría referirse a algunos factores nutricionales, como las deficiencias de
■ Cuadro 6.4
Prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en la población de 12 a 19 años, por edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Masculino
Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
12 250 301.1 22.1 (18.06, 26.71) 137 145.7 10.7 (8.21, 13.78)
13 267 371.2 24.9 (20.90, 29.30) 130 132.0 8.8 (6.77, 11.48)
14 201 256.5 18.4 (14.76, 22.59) 115 183.8 13.2 (6.83, 23.82)
15 223 291.2 22.9 (19.08, 27.34) 91 93.5 7.4 (5.58, 9.67)
16 169 194.4 17.8 (14.29, 21.90) 89 89.4 8.2 (5.93, 11.18)
17 171 209.9 21.7 (17.51, 26.52) 77 95.0 9.8 (7.19, 13.26)
18 122 150.2 17.0 (13.23, 21.67) 75 82.2 9.3 (6.84, 12.60)
19 138 173.5 24.7 (19.59, 30.65) 64 99.6 14.2 (9.12, 21.40)
Total 1 541 1 948.1 21.2 (19.68, 22.91) 778 921.3 10.0 (8.53, 11.80)
Femenino
Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
12 261 297.6 24.0 (20.20, 28.36) 100 93.1 7.5 (5.46, 10.27)
13 263 319.7 23.8 (20.27, 27.79) 88 94.5 7.0 (5.13, 9.60)
14 254 287.0 24.7 (20.93, 28.80) 98 106.3 9.1 (6.60, 12.50)
15 240 293.4 23.9 (19.67, 28.63) 89 143.7 11.7 (8.43, 15.99)
16 227 259.2 22.1 (18.17, 26.71) 77 76.2 6.5 (4.75, 8.85)
17 188 215.2 20.6 (16.95, 24.79) 89 114.2 10.9 (8.08, 14.63)
18 211 270.3 24.2 (19.85, 29.19) 98 128.0 11.5 (8.10, 16.01)
19 188 221.7 22.3 (18.05, 27.31) 85 101.9 10.3 (7.56, 13.82)
Total 1 832 2 164.1 23.3 (21.84, 24.78) 724 857.9 9.2 (8.17, 10.41)
nutrición / estado nutricio 97
■ Figura 6.9
Comparación de la prevalencia de sobrepeso y obesidad
entre 1999 y 2006 en mujeres de 12 a 19 años de edad
de acuerdo con los criterios propuestos por el IOTF.
México
ENN 1999 ENSANUT 2006
0
5
10
15
20
25
%
Sobrepeso Obesidad
International Obesity Task Force (IOTF)
micronutrimentros que podrían interferir con un óptimo brote de crecimiento
puberal; finalmente, la tercera podría ser un crecimiento puberal limitado, determinado
genéticamente, como lo han sugerido Bogin y colaboradores en 2002, en
población maya-americana.10
Sobrepeso y obesidad
En 2006, de acuerdo con los resultados de la ENSANUT, uno de cada tres hombres
o mujeres adolescentes tiene sobrepeso u obesidad. Esto representa alrededor
de 5 757 400 adolescentes en el país (cuadro 6.4).
No hay claras tendencias del sobrepeso y la obesidad en relación con la edad, salvo una
ligera tendencia de mayor obesidad a mayor edad en el caso de las mujeres (cuadro 6.4).
Se comparó la prevalencia de sobrepeso y obesidad de las mujeres de 12 a 19 años
en 2006 con la de 1999, utilizando los criterios propuestos por la IOTF. Se observa
un incremento modesto en sobrepeso de 21.6 a 23.3 (7.8%) y un aumento absoluto
pequeño, pero elevado en términos relativos, en obesidad: de 6.9 a 9.2 (33.3%)
(figura 6.9).
Adultos
La ENSANUT 2006 recabó información de 33 624 hombres y mujeres mayores de
20 años de edad, que al aplicar los factores de expansión representan a 58 942 777
adultos en todo el país, con datos válidos de peso y talla para valorar el estado de
nutrición, empleando el IMC; y 32 221 datos válidos de circunferencia de cintura,
representativos de 56 018 455 adultos en México.
Las ENN 1988 y 1999 recabaron información únicamente de mujeres en edad
fértil: 12 a 49 años. La ENSANUT 2006, en cambio, aporta información tanto de
hombres como de mujeres mayores de 20 años de edad, por lo que es factible hacer
comparaciones de la información de las mujeres entre las tres encuestas. En el
caso de los hombres, se comparará la ENSANUT 2006 con la ENSA 2000.
La figura 6.10 y el cuadro 6.5 muestran la distribución del estado nutricio de acuerdo
con el IMC, nacional y por grupos de edad, estratificados por sexo, en la población
mayor de 20 años de edad.
En el ámbito nacional, la prevalencia de sobrepeso fue más alta en hombres (42.5%)
que en mujeres (37.4%, 5 pp mayor); en cambio, la prevalencia de obesidad fue
mayor en mujeres (34.5%) que en hombres (24.2%, 10 pp mayor). Al sumar las
prevalencias de sobrepeso y de obesidad, 71.9% de las mujeres mayores de 20 años
Desnutrición Adecuado Sobrepeso Obesidad
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
%
Masculino Femenino
■ Figura 6.10
Distribución del estado nutricio, de acuerdo con el IMC,
por sexo ENSANUT 2006. México
98 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Cuadro 6.5
Distribución porcentual del IMC (OMS) en población adulta, por sexo y grupos de edad. México, ENSANUT 2006
Masculino
Desnutrición Adecuado Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 76 194.6 3.3 (2.3, 4.6) 1224 2 687.4 45.2 (42.1, 48.3) 1 047 2 056.2 34.6 (31.6, 37.7) 502 1 004.5 16.9 (14.9, 19.2)
30 a 39 27 49.0 0.9 (0.5, 1.6) 909 1 501.3 27.7 (25.0, 30.6) 1 506 2 479.6 45.7 (43.1, 48.3) 878 1 394.3 25.7 (23.3, 28.3)
40 a 49 21 32.5 0.7 (0.4, 1.2) 630 1 071.5 22.5 (20.0, 25.1) 1 324 2 260.1 47.4 (44.4, 50.4) 786 1 406.1 29.5 (26.8, 32.3)
50 a 59 13 26.5 0.7 (0.3, 1.9) 463 898.1 24.6 (20.7, 28.9) 789 1 557.6 42.6 (38.6, 46.8) 527 1 171.7 32.1 (27.5, 37.1)
60 a 69 15 27.1 1.1 (0.6, 2.0) 401 726.6 29.3 (25.6, 33.3) 593 1 122.6 45.3 (41.3, 49.4) 318 601.6 24.3 (20.8, 28.2)
70 a 79 14 20.7 1.4 (0.7, 2.7) 327 545.7 36.6 (31.6, 41.8) 364 659.3 44.2 (38.8, 49.7) 150 266.7 17.9 (14.0, 22.5)
80 o más 26 21.9 4.0 (2.5, 6.5) 198 272.0 49.9 (42.4, 57.4) 135 202.3 37.1 (29.8, 45.0) 41 49.1 9.0 (6.1, 13.0)
Total 192 372.3 1.5 (1.2, 1.9) 4152 7 702.5 31.7 (30.2, 33.2) 5 758 10 337.8 42.5 (41.1, 44.0) 3202 5 894.1 24.2 (23.0, 25.6)
Femenino
Desnutrición Adecuado Sobrepeso Obesidad
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 110 265.7 3.1 (2.1, 4.6) 1 872 3 635.1 42.8 (40.5, 45.2) 1 521 2 849.5 33.6 (31.1, 36.2) 1 064 1 735.4 20.5 (18.7, 22.3)
30 a 39 34 40.0 0.5 (0.3, 0.8) 1 384 2 196.4 25.4 (23.5, 27.4) 2 324 3 405.8 39.4 (37.1, 41.8) 2 120 3 000.5 34.7 (32.7, 36.8)
40 a 49 17 23.7 0.3 (0.2, 0.6) 754 1 297.7 18.0 (16.3, 19.9) 1 536 2 719.0 37.8 (35.3, 40.3) 1 770 3 152.6 43.8 (41.3, 46.4)
50 a 59 14 41.0 0.9 (0.4, 2.1) 399 699.5 15.4 (13.3, 17.9) 907 1 780.8 39.3 (36.2, 42.5) 1 112 2 008.3 44.3 (40.9, 47.8)
60 a 69 26 46.8 1.5 (0.9, 2.5) 345 557.3 18.0 (15.5, 20.7) 625 1 181.5 38.1 (33.7, 42.7) 735 1 313.5 42.4 (38.3, 46.5)
70 a 79 23 20.8 1.1 (0.7, 1.8) 342 528.2 27.3 (22.9, 32.2) 454 762.6 39.4 (34.4, 44.7) 351 622.7 32.2 (27.6, 37.1)
80 o más 23 39.0 5.2 (3.1, 8.6) 213 334.2 44.5 (37.5, 51.7) 155 255.8 34.0 (27.2, 41.7) 90 122.5 16.3 (12.1, 21.5)
Total 247 477.0 1.4 (1.1, 1.8) 5 309 9 248.5 26.7 (25.6, 27.8) 7 522 12 955.0 37.4 (36.1, 38.7) 7242 11 955.5 34.5 (33.4, 35.7)
nutrición / estado nutricio 99
de edad (alrededor de 24 910 507 mujeres en todo el país) y 66.7% de los hombres (representativos
de 16 231 820 hombres) tienen prevalencias combinadas de sobrepeso u obesidad. La
prevalencia de desnutrición en ambos sexos fue menor a 2% (figura 6.9).
La prevalencia de sobrepeso, pero especialmente la de obesidad, tendieron a incrementarse
con la edad hasta los 60 años; en edades de 60, 70 y más de 80 años la tendencia de ambas
condiciones disminuyó, tanto en hombres como en mujeres. De manera concordante, la prevalencia
de IMC compatible con desnutrición alcanzó hasta 1.4% en los hombres y 1.1% en
mujeres entre 70 y 79 años, mientras que en adultos de 80 años o más llegó hasta 4.0% en
hombres y 5.2% en mujeres. En el grupo de edad de 20 a 29 años la prevalencia de desnutrición
se ubicó en más de 3% en hombres y en mujeres, mientras que en la población de hombres y
mujeres de 30 a 59 años la prevalencia varió entre 0.3 y 0.9% (cuadro 6.5).
La disminución en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en las décadas más tardías de la vida
puede explicarse por varias razones; la primera es el mayor riesgo de muerte en los que tienen
sobrepeso y obesidad, lo que llevaría, por selección, a mayor sobrevivencia de los sujetos con
IMC adecuado; la segunda es la pérdida de peso ocasionada por enfermedades crónicas y
■ Cuadro 6.6
Prevalencia de circunferencia de cintura de mayor riesgo para síndrome metabólico en hombres y mujeres, por grupos de
edad, de acuerdo con los puntos de corte propuestos por ATPIII* y adoptados por el IMSS. México, ENSANUT 2006
Masculino
Adecuada (≤102 cm) De mayor riesgo (>102 cm)
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 2 043 4 141.2 85.9 (83.66, 87.86) 341 680.1 14.1 (12.14, 16.34)
30 a 39 2 582 4 177.1 78.3 (75.80, 80.54) 691 1 160.2 21.7 (19.46, 24.20)
40 a 49 1 996 3 421.5 73.7 (71.17, 76.17) 708 1 217.9 26.3 (23.83, 28.83)
50 a 59 1 209 2 370.5 65.6 (60.57, 70.32) 562 1 242.5 34.4 (29.68, 39.43)
60 a 69 869 1 667.8 68.8 (64.73, 72.51) 433 757.9 31.2 (27.49, 35.27)
70 a 79 612 1 113.1 75.8 (71.07, 79.99) 234 355.2 24.2 (20.01, 28.93)
80 o más 321 441.2 81.6 (75.02, 86.75) 73 99.5 18.4 (13.25, 24.98)
Total 9 632 17 332.4 75.9 (74.56, 77.13) 3 042 5 513.4 24.1 (22.87, 25.44)
Femenino
Adecuada (≤88cm) De mayor riesgo (>88cm)
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 2 396 4 566.6 59.5 (56.98, 62.00) 1 750 3 106.7 40.5 (38.00, 43.02)
30 a 39 2243 3 476.7 42.2 (40.02, 44.48) 3 382 4 755.4 57.8 (55.52, 59.98)
40 a 49 1 220 2 186.2 30.9 (28.27, 33.64) 2 796 4 891.4 69.1 (66.36, 71.73)
50 a 59 552 1 123.0 25.2 (21.88, 28.74) 1 853 3 341.8 74.8 (71.26, 78.12)
60 a 69 359 626.6 20.3 (17.50, 23.51) 1 361 2 453.8 79.7 (76.49, 82.50)
70 a 79 266 410.5 21.8 (17.99, 26.16) 885 1 472.8 78.2 (73.84, 82.01)
80 o más 156 239.3 31.4 (25.37, 38.23) 328 521.7 68.6 (61.77, 74.63)
Total 7 192 12 629.0 38.1 (36.73, 39.43) 12 355 20 543.7 61.9 (60.57, 63.27)
* Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
100 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
degenerativas como la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson, entre otras, que son altamente
prevalentes en adultos mayores; la tercera es la desnutrición carencial debida a menor
protección social o a la depresión y el deterioro fisiológico que suele suceder durante la senectud.
El cuadro 6.6 muestra la prevalencia de la circunferencia de cintura de adultos hombres y
mujeres, clasificada como de alto riesgo para síndrome metabólico mediante los puntos de
corte propuestos por ATPIII y adoptados por el IMSS. Se observa una prevalencia de 24.1%
en hombres y de 61.9% en mujeres. Esta discrepancia tan elevada en las prevalencias de
circunferencia de cintura elevada entre ambos sexos indica la necesidad de validar distintos
puntos de corte para hombres y mujeres mexicanos, usando como patrón de comparación
diversos riesgos de enfermedades crónicas.
El cuadro 6.7 muestra las prevalencias de circunferencia de cintura excesiva, bajo los criterios
propuestos por la SSA (>80 en mujeres y >90 en hombres). Los resultados mostraron
que 83.6% de las mujeres en el ámbito nacional tuvieron una circunferencia de cintura de
■ Cuadro 6.7
Prevalencia de circunferencia de cintura excesiva utilizando los criterios propuestos por la SSA en hombres y mujeres, por
grupos de edad. México, ENSANUT 2006
Masculino
Adecuada (≤90 cm) Excesiva (>90 cm)
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 1 323 2 843.9 59.0 (55.9 , 62.0) 1 061 1 977.4 41.0 (38.0 , 44.1)
30 a 39 1 226 2 036.9 38.2 (35.2 , 41.2) 2 047 3 300.5 61.8 (58.8 , 64.7)
40 a 49 759 1 222.6 26.4 (23.8 , 29.0) 1 945 3 416.8 73.6 (70.9 , 76.1)
50 a 59 457 840.4 23.3 (19.8 , 27.1) 1 314 2 772.6 76.7 (72.8 , 80.2)
60 a 69 355 668.6 27.6 (23.8 , 31.5) 947 1 757.1 72.4 (68.4 , 76.1)
70 a 79 274 426.3 29.0 (24.4 , 34.1) 572 1 041.9 71.0 (65.8 , 75.5)
80 o más 173 228.0 42.2 (35.1 , 49.5) 221 312.7 57.8 (50.4 , 64.8)
Total 4 567 8 266.8 36.2 (34.7 , 37.6) 8 107 14 579.0 63.8 (62.3 , 65.2)
Femenino
Adecuada (≤80 cm) Excesiva (>80 cm)
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 29 1 280 2 446.6 31.9 (29.5, 34.3) 2 866 5 226.6 68.1 (65.7, 70.5)
30 a 39 879 1 472.5 17.9 (16.2, 19.8) 4 746 6 759.6 82.1 (80.2, 83.8)
40 a 49 399 698.5 9.9 (8.5, 11.4) 3 617 6 379.1 90.1 (88.6, 91.5)
50 a 59 163 319.7 7.2 (5.6, 9.2) 2 242 4 145.2 92.8 (90.8, 94.4)
60 a 69 139 237.4 7.7 (6.1, 9.7) 1 581 2 843.0 92.3 (90.3, 93.9)
70 a 79 108 164.5 8.7 (6.0, 12.5) 1 043 1 718.8 91.3 (87.5, 94.0)
80 o más 64 95.8 12.6 (9.1, 17.2) 420 665.3 87.4 (82.8, 90.9)
Total 3 032 5 435.0 16.4 (15.4, 17.4) 16 515 27 737.6 83.6 (82.6, 84.6)
nutrición / estado nutricio 101
riesgo (>80 cm), mientras que en los hombres el porcentaje con cintura de riesgo
(>90 cm) fue de 63.8 por ciento.
Por grupos de edad, la prevalencia con una circunferencia de cintura excesiva fue
incrementándose en los hombres a medida que la edad fue progresando; la prevalencia
de riesgo fue de 41% en el grupo de edad más joven (20 a 29 años), alcanzó
su máximo en el grupo de 50 a 59 años (76.7%), y comenzó a disminuir a partir de
los 60 años de edad.
De manera similar, en mujeres de 20 a 59 años se observó un incremento en la
prevalencia de circunferencia de cintura excesiva a medida que progresó la edad. La
prevalencia menor se observó en las mujeres entre 20 y 29 años de edad (68.1%) y
la más alta se observó en las mujeres de 50 a 59 años de edad (92.8%). A partir de los
60 años la prevalencia disminuyó hasta llegar al 87.4% en el grupo de edad de 80
años o más (cuadro 6.7).
En general, esta tendencia de mayores valores al avanzar la edad fueron también
observados en los resultados basados en el criterio ATPIII.
La ENN 1999 recabó información de la circunferencia de cintura en las mujeres en
edad fértil (12 a 49 años de edad). Con fines de comparación, es posible observar
que para 2006, con los datos de la ENSANUT, el promedio de circunferencia de
cintura en mujeres de 20 a 49 años de edad aumentó poco más de 10 cm (91.1 cm)
en comparación con el promedio obtenido en 1999, de 81.0 cm (figura 6.11).
Con el propósito de evaluar las tendencias del sobrepeso en el tiempo, se llevó a
cabo un análisis de la distribución del estado nutricio de acuerdo con la clasificación
basada en el IMC en mujeres de 20 a 49 años de edad para 1988, 1999 y 2006
(figura 6.12).
Utilizando el criterio propuesto por la OMS, la prevalencia de la suma de sobrepeso
y obesidad aumentó de 34.5% en 1988 a 61% en 1999 (26.5 pp, 2.4 pp/año) y a
69.3% en 2006 (8.3 pp respecto de 1999, 1.4 pp/año) (figura 6.12). Es decir, hubo
una desaceleración de la tasa de aumento de sobrepeso y obesidad de 42% en el
periodo 1999-2006 en comparación con 1988-1999.
Al comparar los datos de la ENSA 2000 con los de la ENSANUT 2006, en hombres
mayores de 20 años de edad, la prevalencia de sobrepeso y obesidad incrementó de
59.7% en 2000 a 66.7% en 2006 (7 pp, 1.2 pp/año), que es una tasa de incremento
ligeramente inferior a la observada en mujeres (figura 6.13).
■ Figura 6.11
Comparación del promedio nacional de circunferencia de
cintura en mujeres de 20 a 49 años de edad de la ENN
1999 y ENSANUT 2006. México
ENN 1999 ENSANUT 2006
60
65
70
75
80
85
90
95
100
%
■ Figura 6.12
Comparación de la distribución de estado nutricio de
acuerdo con el IMC, en mujeres de 20 a 49 años de edad
de la ENN 1988, ENN 1999 y ENSANUT 2006. México
Desnutrición Adecuado Sobrepeso Obesidad
0
10
20
30
40
50
60
%
Edad en meses
ENN 1988 ENN 1999 ENSANUT 2006
102 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
La media nacional de talla del grupo de mujeres de 20 a 49 años de edad pasó entre
1999 y 2006 de 153.1 cm a 153.7 cm (0.6 cm). La media nacional de talla para los
hombres fue de alrededor de 165 cm (cuadro 6.8).
El aumento en la prevalencia de obesidad en los últimos siete años en México es
alarmante, ya que ocurre en todos los grupos de edad. Es urgente aplicar estrategias
y programas dirigidos a la prevención y control de la obesidad del niño, el
adolescente y el adulto.
* Para el análisis de la ENSA 2000 la categoría de adecuado incluye
también la categoría de desnutrición
■ Figura 6.13
Comparación del estado nutricio, de acuerdo con el IMC,
en hombres mayores de 20 años de edad de la ENSA
2000* y ENSANUT 2006. México
Desnutrición Adecuado Sobrepeso Obesidad
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
%
ENSA 2000 ENSANUT 2006
■ Cuadro 6.8
Comparativo de las medias poblacionales de talla (cm), de acuerdo con la ENN 1999 y ENSANUT 2006
para mujeres y ENSA 2000 y ENSANUT 2006 para hombres. México
Mujeres
ENN 1999 ENSANUT 2006
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) Media IC95% número (miles) Media IC95%
20 a 29 5 095 8 202.5 153.6 (153.3, 153.8) 4 576 8 498.9 154.7 (154.3, 155.1)
30 a 39 4 565 7 286.5 153.1 (152.9, 153.3) 5 875 8 663.3 153.6 (153.3, 153.9)
40 a 49 3 135 5 038.1 152.4 (152., 152.6) 4 084 7 204.3 152.8 (152.5, 153.1)
Total 12 795 20 527.1 153.1 (152.9, 153.3) 14 535 24 366.6 153.7 (153.5, 153.9)
Hombres
ENSA 2000 ENSANUT 2006
Edad Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
en años número (miles) Media IC95% número (miles) Media IC95%
20 a 29 3 502 7 950.3 166.9 (166.4, 167.5) 2 852 5 946.5 168.2 (167.8, 168.7)
30 a 39 3 161 5 893.4 165.6 (164.9, 166.2) 3 325 5 436.9 166.8 (166.3, 167.4)
40 a 49 2 462 3 898.2 164.7 (164.2, 165.3) 2 765 4 777.5 165.5 (165.1, 165.9)
50 a 59 1 840 2 498.5 163.7 (163.0, 164.4) 1 795 3 656.0 164.5 (163.8, 165.2)
60 a 69 1 404 1 609.2 162.7 (161.9, 163.4) 1 328 2 485.1 163.5 (162.9, 164.0)
70 a 79 867 834.4 160.9 (159.7, 162.0) 856 1 493.1 161.6 (160.8, 162.4)
80 o más 325 320.4 159.4 (157.9, 160.9) 400 545.3 158.9 (157.8, 159.9)
Total 13 561 23 004.5 165.3 (164.9, 165.6) 13 321 24 340.6 165.7 (165.4, 165.9)
nutrición / estado nutricio 103
Referencias
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104 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
nutrición / actividad física en adolescentes 105
La inactividad física y la ingestión excesiva de energía y macronutrimentos están asociadas
con la aparición de problemas de salud que incluyen obesidad, enfermedad coronaria,
diabetes, varios tipos de cáncer y mortalidad por causas múltiples.1 Debido a los cambios
demográficos y de estilo de vida que México experimenta, dichas enfermedades se han convertido
en la principal causa de muerte en adultos y la obesidad ha alcanzado altas tasas de
prevalencia.2,3
La actividad e inactividad física son los componentes más variables del gasto energético y
están, hasta cierta medida, bajo control voluntario.4 La mayoría de los habitantes de los
países de ingresos medios y altos realizan actividad moderada o vigorosa durante periodos
muy breves en el día, debido a que tanto las actividades laborales, como el transporte y la
recreación se han convertido en tareas con muy baja demanda energética. Un ejemplo es el
cambio de los patrones de recreación que actualmente favorecen ver televisión o usar
videojuegos, particularmente en niños y adolescentes. En un estudio de estudiantes mexicanos
de la Ciudad de México,5 encontraron que éstos pasaban en promedio cerca de dos
horas y media viendo televisión y más de hora y media jugando videojuegos. El estudio antes
mencionado y otros más han documentado la asociación entre el tiempo de ver televisión y
la obesidad.6,7 Ver televisión durante muchas horas puede aumentar el riesgo de obesidad,
tanto por la reducción en el gasto de energía como por cambios en la dieta.8 Por otra parte,
se ha demostrado que la obesidad en la infancia y en la adolescencia es un factor pronóstico
de la obesidad en la vida adulta.9 Dada la importancia de la actividad física de los adolescentes,
se tomó la decisión de incluir su estudio en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
2006 (ENSANUT 2006).
Para este propósito, se utilizó una adaptación abreviada del cuestionario del International
Physical Activity Questionnaire (IPAQ), un instrumento de medición internacional de la
actividad física para población de 15 a 69 años, el cual ha sido validado internacionalmente y
es adecuado para los estudios de prevalencia basados en poblaciones nacionales. Además, se
incluyeron algunas variables del cuestionario validado por Hernández y colaboradores en 1999,
Actividad física
en adolescentes
105
106 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
relacionadas con el tiempo destinado a estar frente a pantallas y a desarrollar actividad física
en población escolar. Este cuestionario incluye ocho preguntas diseñadas para medir la actividad
física vigorosa o moderada y la inactividad o tiempo en que se está frente a pantallas. De
igual modo, identifica la actividad realizada entre semana y en el fin de semana.
Metodología
El cuestionario de actividad física fue aplicado a un total de 24 921 adolescentes entre 10 y
19 años de edad (12 520 mujeres, 12 401 hombres). Permitió captar información sobre las
horas semanales en que los adolescentes realizaban actividad física o permanecían inactivos.
Se preguntó sobre: a) la actividad física vigorosa, definida como actividades que requieren
un gasto de energía equivalente a cinco MET/hora* (unidad de gasto energético por actividad
física), es decir, que demandan un gasto de energía considerable, incluyendo actividades
vigorosas, tales como jugar futbol, basquetbol, voleibol, karate o artes marciales, conducir
bicicleta, patinar o usar patineta, bailar o tomar clases de baile, correr, hacer gimnasia, aerobics
o ballet, nadar y otros juegos o deportes o actividades en las que es necesario correr o agitarse;
b) actividades moderadas que requieren un gasto menor de energía, como limpiar o arreglar
la casa, caminar (incluso a la escuela) cargando cosas en el campo; c) actividades
sedentarias que requieren un gasto menor de energía: horas en que se ve televisión, películas,
videos o se usan videojuegos. Se investigó sobre el tiempo dedicado a cada una de estas
categorías de lunes a viernes y durante el fin de semana.
La metodología no permite reconstruir las actividades durante las 24 horas del día. Solamente
se identifica el tiempo dedicado a la actividad moderada y vigorosa, y el dedicado a actividades
sedentarias. Se excluyen las horas de sueño. El conocimiento catalogado de estas actividades
permite, de manera sencilla, identificar patrones de vida activos o sedentarios.
Resultados
Se clasificó a los adolescentes, de acuerdo con el tiempo que dedican a realizar actividades
moderadas o vigorosas, en activos, moderadamente activos e inactivos, conforme a los siguientes
criterios: los adolescentes que informaron realizar al menos siete horas a la semana de
actividad moderada y/o vigorosa fueron clasificados como activos;10 los que informaron realizar
menos de siete horas y al menos cuatro, como moderadamente activos, y como inactivos a
los que realizan menos de cuatro horas a la semana de actividad vigorosa y/o moderada.
* Un equivalente metabólico (MET) representa un múltiplo de la cantidad de oxígeno consumida en estado de reposo, la cual
a su vez corresponde a 3.5 ml O2 /kg min-1. Si al hacer cierto ejercicio una persona tiene un gasto de 10 MET, por ejemplo,
significa que ha consumido 10 veces la cantidad de oxígeno que normalmente consumiría si estuviera en reposo.
nutrición / actividad física en adolescentes 107
De acuerdo con lo anterior, 35.2% de los adolescentes son activos, 24.4% son
moderadamente activos y 40.4% son inactivos (cuadro 7.1).
También se clasificó el tiempo que los adolescentes pasan frente a una pantalla, ya
sea viendo la programación televisiva, películas o jugando videojuegos. Se consideró
como tiempo adecuado hasta 12 horas a la semana en promedio de estar
frente al televisor; es decir, aproximadamente una hora con 20 minutos al día;
más de 12 horas y menos de 21 como poco adecuado (en promedio dos horas con
15 minutos por día) y más de 21 horas a la semana (tres horas o más al día), como
inadecuado (cuadro 7.2). Más de 50% de los adolescentes pasa más de dos horas
diarias frente a un televisor y de éstos más de una cuarta parte hasta tres horas por
día en promedio.
Finalmente, se clasificó a los adolescentes de acuerdo con el tipo de actividad que
realizan y el tiempo que pasan frente al televisor. No se encontró diferencia importante
entre los adolescentes activos, moderadamente activos e inactivos, ya
que aproximadamente 50% de cada grupo refirió pasar menos de 12 horas frente
al televisor (47.1, 48.7 y 50.7%, respectivamente). Lo mismo sucedió con los adolescentes
que pasan más de 12 horas y menos de 21; en los tres grupos fue alrededor
de 23%, y para los que pasan más de 21 horas a la semana frente al aparato de
televisión los resultados fueron: activos, 29.2%; moderadamente activos, 27.6%;
e inactivos, 26.3% (cuadro 7.3).
Conclusiones y recomendaciones
Los resultados de la ENSANUT 2006 indican que los adolescentes mexicanos realizan
menos actividad física moderada y vigorosa que la deseable. Sólo la tercera
parte realiza el tiempo recomendado (35.2%). A esto debe agregarse que más de la
mitad de los adolescentes dedica más de 12 horas a la semana frente a pantallas.
■ Cuadro 7.1
Distribución porcentual de actividad física en adolescentes.
México, ENSANUT 2006
Expansión
Clasificación de Muestra Número
actividad física número (miles) % IC95%
Inactivo 10 388 9 185 40.4 (39.2,41.5)
Moderadamente activo 5 978 5 551 24.4 (23.6,25.2)
Activos 8 555 8 008 35.2 (34.1,36.4)
Total 24 921 22 744 100.0
■ Cuadro 7.2
Distribución porcentual del tiempo frente a un aparato de
televisión en adolescentes. México, ENSANUT 2006
Expansión
Clasificación del Muestra Número
tiempo frente a número (miles) % IC95%
un aparato de TV
≤ a 12 horas a la
semana 12 273 11 135 49.0 (47.6,50.3)
> a 12 horas a la
semana 6 042 5 321 23.4 (22.5,24.3)
≥ 21 horas a la
semana 6 606 6 288 27.6 (26.5,28.9)
Total 24 921 22 744 100.0
■ Cuadro 7.3
Distribución porcentual de actividad física y tiempo frente a un aparato de televisión en adolescentes. México, ENSANUT 2006
Tiempo frente a un aparato de televisión
(> 12 horas a la semana y
(≤ 12 horas a la semana) < 21 horas a la semana) (≥ a 21 horas a la semana)
Expansión Expansión Expansión
Clasificación de Muestra Número Muestra Número Muestra número
actividad física número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% Número (miles) % IC95%
Inactivo 5 445 4 658 50.7 (49.0,52.5) 2 448 2 114 23.0 (21.8,24.2) 2 495 2 412 26.3 (24.7,27.9)
Moderadamente activo 2 872 2 702 48.7 (46.5,50.8) 1 468 1 314 23.7 (22.0,25.4) 1 638 1 534 27.6 (25.8,29.6)
Activos 3 956 3 775 47.1 (45.3,49.0) 2 126 1 892 23.6 (22.2,25.1) 2 473 2 341 29.2 (27.5,31.0)
108 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Las recomendaciones disponibles sobre actividad física en escolares y adolescentes
varían en distintos países. En Estados Unidos e Inglaterra existe consenso en
que los niños y adolescentes acumulen al menos 60 minutos al día de actividad
moderada a vigorosa. En Canadá se recomienda no sólo aumentar la actividad
física moderada y vigorosa, sino que también se recomienda reducir el tiempo
dedicado a actividades sedentarias.11,12
El tiempo subóptimo que dedican los adolescentes a actividad física moderada o
vigorosa y el tiempo excesivo dedicado a actividades sedentarias explican parcialmente
del incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en este grupo de
edad en México.
La promoción de actividad física moderada o vigorosa y la disminución de la actividad
física sedentaria, junto con la promoción de una dieta saludable, son acciones
indispensables para la prevención y el control del sobrepeso y obesidad en la
adolescencia y, por consiguiente, del riesgo de enfermedades crónicas en la juventud
y la edad adulta.
Cada vez hay más consenso en el sentido de que, además de poner a disposición de
niños y adolescentes información para promover estilos de vida saludable, debe
procurarse un entorno promotor de actividad física, así como una dieta saludable
que sustituya al ambiente actual que promueve el sedentarismo y el consumo de
alimentos con alta densidad energética, altos en grasa y azúcares simples, y bajos
en fibra.
Las acciones deben incluir el ámbito escolar, el hogar y la comunidad y deben
contar con el concurso del gobierno y la sociedad civil.
Dado el aumento de la obesidad y las enfermedades crónicas en México y sus
consecuencias sociales, la promoción de actividad física y los estilos de vida saludable
en los adolescentes deben constituirse en una prioridad para el gobierno y la
sociedad.
nutrición / actividad física en adolescentes 109
Referencias
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110 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
nutrición / anemia 111
La anemia es un problema mundial de salud pública que afecta principalmente a niños y
a mujeres en edad fértil. En la mayoría de los casos, la anemia es causada por deficiencia
de hierro, aunque una proporción menor se produce por deficiencias de otros micronutrimentos
como el folato o las vitaminas A y B12.1 Algunas enfermedades que se acompañan
de pérdida de sangre junto con infecciones parasitarias como la filiaríasis y la diarrea crónica
también causan anemia.2
La anemia en niños menores de cinco años es particularmente importante por el impacto negativo
que tiene sobre su desarrollo mental y su futuro desempeño social en etapas posteriores. Los
niños que padecen anemia durante los primeros dos años de vida tienen un desarrollo cognitivo
más lento, menor desarrollo psicomotor, y cuando ocurre en la edad adulta, menor capacidad de
trabajo.3 La anemia severa durante el embarazo aumenta el riesgo de muerte materna.
México cuenta con información de dos encuestas nacionales de nutrición previas (ENN 1988
y ENN 1999), información que puso de manifiesto la magnitud y la distribución de dicho
problema de salud. Esta sección tiene como propósito describir la prevalencia y la distribución
de la anemia en niños menores de cinco años, niños de 5 a 11 años de edad y mujeres de 12 a
49 años, en el ámbito nacional y para zonas urbano/rural. Además, se realizan comparaciones
con la información obtenida en la ENN 1999, para estimar las tendencias de este fenómeno,
con base en la información obtenida en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006
(ENSANUT 2006).
De igual modo, por primera ocasión se cuenta con información probabilística respecto de las
prevalencias de anemia en población masculina y adultos.
Metodología
Para medir las concentraciones de hemoglobina, se obtuvo una muestra de sangre capilar y se
utilizó un fotómetro portátil marca Hemocue para su determinación. Se eliminaron los valores
Anemia
111
112 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
menores de 40.0 y mayores de 185.0 g/dl en niños de 6 meses a 16 años y de mujeres de 12 a 49
años de edad por considerarlos no plausibles. En el caso de los hombres mayores de 12 años se
eliminaron los valores menores de 40.0 y mayores de 200.0 g/dl.
Los valores de corte utilizados para clasificar anemia son los propuestos por la OMS:4
Grupo de población Grupo de edad Punto de corte para
diagnóstico de anemia (g/l)
Preescolares (ambos sexos) 6 a 11 meses <95.0
12 a 59 meses <110.0
Escolares (ambos sexos) 5 años <110.0
6 a 11 años <120.0
Mujeres en edad reproductiva (no embarazadas) 12 a 49 años <120.0
Mujeres en edad reproductiva (embarazadas) 12 a 49 años <110.0
Hombres 12 a 14 años <120.0
15 o más <130.0
Mujeres adultas 50 años o más <120.0
Los puntos de corte se ajustaron de acuerdo con la altura sobre el nivel del mar en metros de la
población de residencia de cada sujeto. No se realizó ningún ajuste en los datos correspondientes
a localidades situadas a 1 000 metros o menos sobre el nivel del mar.
El ajuste por metros sobre el nivel del mar para los datos de hemoglobina de niños preescolares,
escolares y mujeres en edad reproductiva se hizo mediante la ecuación de Ruiz-
Argüelles.5 Para hombres mayores de 12 años y mujeres mayores de 49 años se utilizó la
fórmula propuesta por Cohen-Hass.6
La información de hemoglobina fue procesada en el paquete estadístico Statistical Program for
Social Sciences. (versión 14.0. Chicago: SPSS Inc (SPSS) para Windows).
Resultados
Preescolares
Se obtuvieron datos válidos de hemoglobina de 6 618 niños de 12 a 59 meses de edad. La
prevalencia de anemia observada en este grupo de edad en el ámbito nacional fue de 23.7 por
ciento. Aplicando los factores de expansión, se calcula que aproximadamente 1 862 985 niños
preescolares padecen anemia en todo el país.
Desagregando la información por grupos de edad, el grupo de niños de 12 a 23 meses tuvo la
más alta prevalencia de anemia (37.8%) en comparación con los otros grupos (cuadro 8.1).
nutrición / anemia 113
La prevalencia nacional de anemia encontrada en la ENSANUT 2006 en este
grupo de población disminuyó 4.3 puntos porcentuales (pp) o 15.3%, comparada
con los datos de la ENN 1999. La prevalencia en el grupo de 12 a 23 meses de
edad tuvo la disminución más importante entre 1999 y 2006 (11.1 pp o 22.7%),
seguida por la del grupo de 24 a 35 meses (6.4 pp o 19.9%).
Para los demás grupos de edad la disminución en la prevalencia de anemia en este
periodo fue marginal, cercana a 2 pp (figura 8.1).
Al desagregar la información por región geográfica se observan diferencias importantes
entre las prevalencias de 1999 y las de 2006. En las regiones norte, centro y
Ciudad de México hay reducciones en la prevalencia de anemia que fluctúan
entre 4.9 y 6.6 pp. En cambio, la reducción en la prevalencia de anemia en los
niños preescolares que habitan en la región sur sólo ha disminuido 0.4 pp en estos
siete años (figura 8.2).
La estratificación de los datos en zonas urbanas y rurales permite ver que los niños
del medio rural presentaron mayores prevalencias de anemia tanto en 1999 como
en 2006. Sin embargo, la disminución en la prevalencia de anemia ha sido mayor
en zonas rurales (4.1 pp) que en zonas urbanas (3.7 pp) (figura 8.3).
Escolares
Se analizó la información de 14 666 datos válidos de niños de 5 a 11 años de edad
(escolares). La prevalencia nacional de anemia en este grupo de población fue de
16.6%, lo cual significa que alrededor de 2 615 902 niños en edad escolar, en todo
el país, tienen anemia. La mayor prevalencia de anemia se observó en el grupo de
6 a 7 años (24.9 y 22.6%, respectivamente) (cuadro 8.2).
Norte Centro Cd. de México Sur
0
5
10
15
20
25
30
%
Región geográfica
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Figura 8.2
Prevalencia nacional de anemia en niños preescolares de
ambos sexos. Estratificada por región geográfica.
Comparación con la ENN 1999. México
■ Figura 8.1
Prevalencia nacional de anemia en niños preescolares de
ambos sexos. Comparación con la ENN 1999. México
%
50
45
40
35
30
25
20
15
10
12 a 23 24 a 35 36 a 47 48 a 59
Edad en meses
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Cuadro 8.1
Prevalencia nacional de anemia en niños preescolares. México, ENSANUT 2006
Grupos de Muestra Expansión
edad (meses) número Número (miles) % IC95%
12 a 23 1 467 1 705.8 37.8 (33.94, 41.86)
24 a 35 1 562 1 833.0 25.7 (22.5, 29.26)
36 a 47 1 734 2 192.8 20.1 (17.32, 23.19)
48 a 59 1 855 2 129.1 14.2 (11.99, 16.77)
Total 6 618 7 860.7 23.7 (22.01, 25.4)
■ Figura 8.3
Prevalencia nacional de anemia en niños preescolares de
ambos sexos por estrato rural y urbano. Comparación
con la ENN 1999. México
Urbano Rural
0
5
10
15
20
25
30
%
Estrato
ENN 1999 ENSANUT 2006
114 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
En el ámbito nacional, la prevalencia de anemia en este grupo de edad disminuyó
2.9 pp, a seis años de la última encuesta. Comparando los datos de la ENSANUT
2006 con los de la ENN 1999, se observó que la prevalencia disminuyó marginalmente
en los niños de 6 a 11 años de edad entre 2 y 5 pp. Sin embargo, continúa siendo
muy alta, especialmente en los niños de 6 a 7 años de edad (figura 8.4).
Desagregando la información por región geográfica y comparando con los datos
reportados en la ENN 1999, puede observarse que en la región norte se obtuvo
una disminución más grande (6.1 pp) en la prevalencia de anemia, seguida de la
centro (3.6 pp) y la sur (2.7 pp). No obstante, en la región Ciudad de México
hubo un aumento de 3.8 pp en la prevalencia de anemia en comparación con la
reportada en la ENN 1999. Asimismo, cabe señalar que la región sur presenta la
prevalencia más alta de anemia en el grupo de niños en edad escolar (figura 8.5).
La información de la ENN 1999 permitió observar la marcada diferencia en la
prevalencia de anemia en los niños en edad escolar entre las zonas rural y urbana.
En dicha encuesta se observó que las zonas rurales presentaban una prevalencia de
anemia mayor a la de las zonas urbanas (3.6 pp). En la ENSANUT 2006 se observa
nuevamente una mayor prevalencia en zonas rurales, aunque la diferencia se ha
reducido a la mitad (1.8 pp) (figura 8.6).
Adolescentes
Aquí, se presenta información válida de 13 951 adolescentes de 12 a 19 años de edad
de ambos sexos. La prevalencia nacional de anemia en adolescentes de ambos sexos
fue de 11.5%, lo cual representa a 2 116 582 adolescentes anémicos en todo el país.
Desagregando la información por sexo, se observó que en México 12.3% de los
adolescentes del sexo masculino padece anemia, lo que representa 1 108 943 jóve-
■ Figura 8.4
Prevalencia nacional de anemia en niños escolares de
ambos sexos. Comparación con la ENN 1999. México
%
30
25
20
15
10
5 6 7 8 9 10 11
Edad en años
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Cuadro 8.2
Prevalencia nacional de anemia en niños escolares de ambos sexos
Grupos de Muestra Expansión
edad (años) número Número (miles) % IC95%
5 1 939 2 244.7 11.7 (8.72, 15.51)
6 1 944 2 155.7 24.9 (22.07, 27.94)
7 1 931 1 964.2 22.6 (19.78, 25.74)
8 2 104 2 132.8 18.9 (16.46, 21.72)
9 2 233 2 418.3 15.8 (13.32, 18.62)
10 2 298 2 497.6 12.4 (10.54, 14.58)
11 2 217 2 345.0 11.8 (10.04, 13.91)
Total 14 666 15 758.4 16.6 (15.55, 17.73)
■ Figura 8.6
Prevalencia nacional de anemia en niños escolares de
ambos sexos, por estrato rural y urbano. Comparación
con la ENN 1999. México
Urbano Rural
0
5
10
15
20
25
30
%
Estrato
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Figura 8.5
Prevalencia nacional de anemia en niños escolares de
ambos sexos, estratificada por región geográfica.
Comparación con la ENN 1999. México
Norte Centro Cd. de México Sur
0
5
10
15
20
25
30
%
Región geográfica
ENN 1999 ENSANUT 2006
nutrición / anemia 115
nes. En este grupo de población, la prevalencia de anemia disminuyó en la medida
en que aumentó la edad. Los adolescentes de 12 años de edad tuvieron la prevalencia
más alta (28.6%).
Dicha información es de gran relevancia, debido a que es la primera vez que se
reportan prevalencias de anemia en México, con representación nacional, en este
grupo de edad (12 a 19 años) en hombres.
En las adolescentes del sexo femenino, se encontró que 10.9% padece anemia, lo
cual indica que aproximadamente 1 006 135 mujeres adolescentes padecen actualmente
anemia (figura 8.7 y cuadro 8.3).
La prevalencia es mayor en el sexo masculino hasta los trece años de edad, periodo
en el que la menarca no ha ocurrido aún en un número importante de niñas.
Las líneas se cruzan a los catorce años y a partir de los 15 años la prevalencia es
mayor en las mujeres, lo que se explica por las pérdidas menstruales, una vez que la
mayor parte de las niñas han pasado la edad de la menarca. A partir de esta edad,
y durante su vida reproductiva, la mujer tiene mayores prevalencias de anemia
que los hombres.
Mujeres en edad reproductiva
En este apartado se expone información válida de 21 135 mujeres, con edades
entre 12 y 49 años. Del total anterior, 525 correspondieron a mujeres embarazadas
y 20 610 a no embarazadas. Se sabe que 20.6% de las mujeres embarazadas y 15.5%
de las no embarazadas resultaron anémicas.
■ Cuadro 8.3
Prevalencia nacional de anemia en adolescentes, estratificada por grupos de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Masculino Femenino Ambos sexos
Grupos de Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
edad (años) número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
12 1 094 1 371.0 28.6 (24.52 , 33.08) 1 022 1 280.7 8.2 (6.19, 10.89) 2 116 2 651.7 18.8 (16.46, 21.33)
13 1 094 1 469.8 17.2 (14.07, 20.9) 1 032 1 345.3 9.1 (6.97, 11.78) 2 126 2 815.0 13.3 (11.37, 15.58)
14 979 1 409.1 13.0 (9.97, 16.81) 941 1 188.6 14.3 (11.34, 17.97) 1 920 2 597.7 13.6 (11.4, 16.19)
15 945 1 217.5 7.6 (5.4, 10.52) 879 1 217.1 11.7 (8.67, 15.66) 1 824 2 434.6 9.6 (7.69, 12.03)
16 796 1 101.6 6.7 (4.48, 9.95) 868 1 147.7 11.0 (8.53, 14.1) 1 664 2 249.3 8.9 (7.2, 10.97)
17 737 911.2 4.4 (2.79, 6.9) 799 1 016.0 11.0 (8.31, 14.37) 1 536 1 927.2 7.9 (6.21, 9.92)
18 a 19 1 193 1 535.6 4.6 (3.11, 6.76) 1 572 2 035.3 11.1 (9.01, 13.64) 2 765 3 570.9 8.3 (6.93, 9.95)
Total 6 838 9 015.8 12.3 (11.09, 13.54) 7 113 9 230.6 10.9 (9.81, 12.07) 13 951 18 246.4 11.6 (10.75 , 12.44)
■ Figura 8.7
Prevalencia nacional de anemia en adolescentes,
estratificada por sexo. México, ENSANUT 2006
%
35
30
25
20
15
10
5
0
12 13 14 15 16 17 18 a 19
Edad en años
Hombres Mujeres
116 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Aplicando los factores de expansión, la información anterior representa a 176 933
mujeres embarazadas y a 5 112 365 mujeres no embarazadas con anemia en el país.
Al desagregar la información por grupos de edad se aprecia que las mujeres embarazadas,
cuyas edades se encuentran entre los 15 y 16 años, tienen mayores
prevalencias de anemia (42.4 y 34.3%, respectivamente) que las mujeres embarazadas
de mayor edad, aunque los tamaños de muestra en esta edad son pequeños,
por lo que los resultados deben tomarse con cautela. En el caso de las mujeres no
embarazadas, se observa una tendencia de aumento de la prevalencia de anemia a
medida que aumenta la edad (cuadro 8.4).
Al comparar la información reportada por la ENN 1999 y la encontrada en la
ENSANUT 2006, se observa una notable reducción en la prevalencia nacional
de anemia. A seis años de la última encuesta de nutrición, la prevalencia de anemia
en mujeres embarazadas ha disminuido 5.6 pp; en mujeres no embarazadas, la
disminución ha sido de 4.5 pp (figura 8.8).
La figura 8.9 representa los cambios ocurridos en cada región geográfica del país en
cuanto a la prevalencia de anemia en mujeres embarazadas. Tomando como referencia
la ENN 1999, se puede ver una notable disminución en la prevalencia de anemia
en la región norte (14.2 pp), seguida de la sur (9.9 pp) y la centro (2.9 pp).
Como puede observarse, la Ciudad de México registra un aumento en la prevalencia
de anemia de 9.4 pp. Sin embargo, se recomienda tomar con cautela dicha cifra, ya
que representa a nueve casos de un total de 16 embarazadas captadas en la región
■ Cuadro 8.4
Prevalencia nacional de anemia en mujeres embarazadas y no embarazadas. México, ENSANUT 2006
Embarazada No embarazada Total
Grupos de Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
edad (años) número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
12 1 0.6 0 (0 , 0) 1 022 1 280.7 8.2 (6.19, 10.89) 1 023.0 1 281.3 8.2 (6.19, 10.88)
13 - — - — 1 032 1 345.3 9.1 (6.97, 11.78) 1 032.0 1 345.3 9.1 (6.97, 11.78)
14 4 3.3 19.9 (2.43, 71.18) 941 1 188.6 14.3 (11.34, 17.97) 945.0 1 191.9 14.4 (11.36, 17.97)
15 5 15.4 42.4 (6.68, 88.31) 879 1 217.1 11.7 (8.67, 15.66) 884.0 1 232.5 12.1 (8.98, 16.11)
16 17 17.3 34.3 (11.8, 67.07) 868 1 147.7 11.0 (8.53, 14.1) 885.0 1 165.0 11.4 (8.86, 14.45)
17 19 24.8 8.6 (2.15, 28.48) 799 1 016.0 11.0 (8.31, 14.37) 818.0 1 040.8 10.9 (8.3, 14.24)
18 a 19 70 71.2 19.3 (10.89, 31.95) 1 572 2 035.3 11.1 (9.01, 13.64) 1 642.0 2 106.5 11.4 (9.33, 13.85)
20 a 30 283 527.8 18.6 (12.77, 26.4) 4 710 8 964.3 14.7 (12.99, 16.6) 4 993.0 9 492.1 14.9 (13.21, 16.81)
31 a 40 119 190.0 24.9 (15.67, 37.2) 5 473 8 630.3 18.5 (16.87, 20.34) 5 592.0 8 820.2 18.7 (17.03, 20.46)
41 a 49 7 8.5 24.9 (5.56, 65.13) 3 314 6 157.9 19.3 (17.16, 21.6) 3 321.0 6 166.4 19.3 (17.17, 21.6)
Total 525 858.9 20.6 (15.94 , 26.17) 20 610 32 983.0 15.5 (14.65, 16.38) 2 1135 33 841.9 15.6 (14.79, 16.5)
■ Figura 8.8
Prevalencia nacional de anemia en mujeres de 12 a 49
años embarazadas y no embarazadas. Comparación con
la ENN 1999. México
Embarazadas No embarazadas Total
0
5
10
15
20
25
30
%
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Figura 8.9
Prevalencia nacional de anemia en mujeres de 12 a 49
años embarazadas (comparación con la ENN 1999).
México
Norte Centro Cd. de México Sur
0
5
10
15
20
25
30
35
%
Región geográfica
ENN 1999 ENSANUT 2006
nutrición / anemia 117
Ciudad de México, lo cual hace que el tamaño de la población no sea representativo
de este estrato.
Respecto a la información correspondiente a las mujeres en edad reproductiva, no
embarazadas, se observa una disminución importante en la prevalencia de anemia
en cada una de las regiones geográficas incluidas en esta encuesta, comparando
con las prevalencias en 1999. La figura 8.10 muestra que la región sur tiene la
mayor disminución en la prevalencia de anemia (5.5 pp), aunque continúa siendo
la región con las máximas prevalencias, seguida de la región norte (4.3 pp).
Como puede observarse en la figura 8.11, sigue siendo alta la prevalencia de anemia
en mujeres embarazadas del estrato urbano a pesar de que en seis años haya
disminuido 4.9 pp.
Las cifras de anemia observadas en el grupo de mujeres no embarazadas deja ver
que en el año 2006 la diferencia entre zonas urbanas y rurales se ha reducido de
forma importante.
Adultos de 20 a 49 años
Se procesaron 8 551 datos de hemoglobina en hombres y 13 497 datos de mujeres
entre 20 y 49 años. Esta es la primera encuesta probabilística con datos sobre
anemia en adultos del sexo masculino.
En el ámbito nacional, se observó una prevalencia de anemia de 5.3% en hombres
y de 17.3% en mujeres, lo cual indica que en todo el país 854 031 hombres y 4 109
165 mujeres entre 20 y 49 años padecen anemia. En ambos sexos, la prevalencia
de anemia aumenta con la edad (cuadro 8.5 y figura 8.12).
Las diferencias entre hombres y mujeres confirman el mayor riesgo de anemia en
mujeres debido a las pérdidas de sangre causadas por la menstruación y por even-
■ Cuadro 8.5
Prevalencia nacional de anemia en adultos, divididos por grupos de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Masculino Femenino Ambos sexos
Grupos de Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
edad (años) número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
20 a 30 3 037 6 559.4 4.9 (3.85, 6.16) 4 710 8 964.3 14.7 (12.99, 16.6) 7 747 15 523.7 10.6 (9.42, 11.8)
31 a 40 3 227 5 421.2 5.4 (4.29, 6.77) 5 473 8 630.3 18.5 (16.87, 20.34) 8 700 14 051.5 13.5 (12.31, 14.72)
41 a 49 2 287 4 133.3 5.8 (4.61, 7.37) 3 314 6 157.9 19.3 (17.16, 21.6) 5 601 10 291.1 13.9 (12.43, 15.47)
Total 8 551 16 113.8 5.3 (4.61, 6.09) 13 497 23 752.4 17.3 (16.23, 18.4) 22 048 39 866.2 12.4 (11.68, 13.25)
Norte Centro Cd. de México Sur
0
5
10
15
20
25
30
%
Región geográfica
ENN 1999 ENSANUT 2006
■ Figura 8.10
Prevalencia nacional de anemia en mujeres de 12 a 49
años no embarazadas (comparación con la ENN 1999).
México
■ Figura 8.11
Prevalencia nacional de anemia en mujeres de 12 a 49
años por estrato rural y urbano (comparación con la
ENN 1999). México
Urbano Rural Urbano Rural
0
5
10
15
20
25
30
%
ENN 1999 ENSANUT 2006
Embarazadas No embarazadas
118 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
tos obstétricos. Se confirma también la idea generalizada de que la prevalencia de
anemia en hombres adultos es relativamente baja.
Adultos de 50 años o más
Se obtuvo por primera vez información en adultos de 50 años o más. Se proporciona
información sobre 4 212 hombres y 5 653 mujeres de 50 años o más. La prevalencia
nacional de anemia en este grupo de población fue de 13.9% en hombres y
31.4% en mujeres. Aplicando factores de expansión, se puede inferir que en todo
el país aproximadamente 1 145 943 hombres y 3 308 398 mujeres de cincuenta
años o más padecen anemia.
Estas cifras son aún mayores cuando se desagrega por grupos de edad. En los hombres
mayores de 80 años se observa que al menos uno de cada tres padece anemia y en las
mujeres de esta misma edad se encuentra que una de dos tiene el padecimiento.
La situación vuelve a ser más crítica en mujeres, ya que más de la mitad de ellas
padecen anemia a partir de los 80 años de edad.
Este dato es preocupante, pues, contrario a las tendencias que se han comentado
en este apartado, donde la prevalencia de anemia por grupos de población es comparable
a la esperada en países industrializados, en el caso de los adultos mayores
de 80 años esta prevalencia es mayor a la media reportada por la OMS en 2001
proveniente de diferentes países en vías en desarrollo (cuadro 8.6 y figura 8.13).
Conclusiones y recomendaciones
La prevalencia de anemia continúa siendo de magnitud elevada en México, especialmente
en menores de cinco años, escolares, mujeres y personas de la tercera edad, por
lo que debe considerarse un problema de salud pública en los grupos mencionados.
%
22
20
18
16
14
12
10
8
6
4
20 a 30 31 a 40 41 a 49
Edad en años
Hombres Mujeres
■ Cuadro 8.6
Prevalencia nacional de anemia en adultos mayores de 50 años, divididos por grupos de edad y sexo. México, ENSANUT 2006
Masculino Femenino Ambos sexos
Grupos de Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión Muestra Número Expansión
edad (años) número (miles) % IC95% número (miles) % IC95% número (miles) % IC95%
50 a 59 1 728 3 666.3 9.2 (7.29 , 11.54) 2 347 4 533.8 27.3 (24.23, 30.59) 4 075 8 200.0 19.2 (17.17, 21.41)
60 a 69 1 272 2 469.9 13.4 (10.55, 16.89) 1 685 3 129.3 30.2 (25.96, 34.85) 2 957 5 599.2 22.8 (20, 25.87)
70 a 79 840 1 516.9 18.7 (15.28, 22.77) 1 150 1 987.0 33.7 (28.82, 38.85) 1 990 3 503.9 27.2 (24.01, 30.64)
80 a 89 360 528.6 31.0 (24.26, 38.73) 451 717.0 51.0 (44.25, 57.72) 811 1 245.6 42.5 (37.64, 47.57)
90 o mas 45 62.6 48.5 (30.43, 67.02) 70 169.3 54.9 (32.31, 75.66) 115 231.9 53.2 (35.96, 69.7)
Total 4 245 8 244.2 13.9 (12.36, 15.62) 5 703 10 536.3 31.4 (29.36, 33.55) 9 948 18 780.6 23.7 (22.39, 25.13)
■ Figura 8.13
Prevalencia nacional de anemia en adultos de 50 años o
más de ambos sexos. México, ENSANUT 2006
%
60
50
40
30
20
10
0
50 a 59 60 a 69 70 a 79 80 a 89 90 o más
Edad en años
Hombres Mujeres
nutrición / anemia 119
Durante los siete años que separan la ENN 1999 y la ENSANUT 2006, la prevalencia
de anemia disminuyó notablemente en mujeres en edad fértil, tanto en embarazadas
como en no embarazadas, aunque el problema dista de haberse solucionado. En los
escolares la disminución fue modesta (alrededor de 15%) y el problema continúa afectando
a un gran número de niños en una etapa en la que dicho problema merma la
capacidad de aprendizaje. En los preescolares la disminución fue también modesta (poco
más de 15%) y la prevalencia actual de 23.7% debe ser motivo de preocupación, dados
los efectos adversos de esta condición sobre el desarrollo psicomotor de los niños. Un
hallazgo alentador es la disminución observada en el grupo de 12 a 23 meses, el de
mayor vulnerabilidad y en el que se observó un descenso de casi una cuarta parte, así
como las disminuciones en zonas rurales, lo que hace cada vez más estrecha la diferencia
con las zonas urbanas. Lo anterior posiblemente es resultado de programas de amplia
cobertura en población de bajos ingresos que incluyen estrategias para disminuir la
anemia, tales como el Programa Oportunidades y el Programa de Abasto de Leche
Liconsa Fortificada, que incluyen a niños menores de 5 años. Es posible que las reducciones
de anemia observadas en niños de 12 a 23 meses aumenten, ya que al momento
del levantamiento de la ENSANUT 2006, el Programa Oportunidades recientemente
había modificado la formulación del tipo de hierro utilizado para el enriquecimiento
del alimento Nutrisano, distribuido por el Programa, y ya utilizaba una forma química
más biodisponible que ha mostrado mejorar el estado de hierro. Aun con dicha mejoría,
la prevalencia en este grupo de edad es inaceptablemente elevada, por lo que se recomienda
redoblar esfuerzos y emprender acciones que permitan prevenir y controlar la
prevalencia de anemia.
Referencias
1. Iyengar GV, Nair PP. Global outlook on nutrition and the environment: meeting the challenges
of the next millennium. Sci Total Environ 2000;249:331-346.
2. Commission on the Nutrition Challenges of the 21st Century Ending. Malnutrition by 2020: an
agenda for change in the millennium. Final report to the ACC/SCN. Food Nutr Bull 2000; 21:3-
88.
3. Sayed NE, Gad A, Nofal L, Netti G. Assessment of the prevalence and potential determinants of
nutritional anemia in Upper Egypt. Food Nutr Bull 1999; 20:417-421.
4. WHO/UNICEF/UNU, eds. Iron deficiency anaemia, assessment, prevention and control: a guide
for programme managers. WHO/NHD/01.3. Geneva: WHO, 2001.
5. Ruiz-Argüelles G, Llorente-Peters A. Predicción algebraica de parámetros de serie roja de adultos
sanos residentes en alturas de 0 a 2670 metros. Rev Invest Clin 1981; 33:191-193.
6. Cohen J, Haas J. Hemoglobin correction factors for estimating the prevalence of iron deficiency
anemia in pregnant women residing at high altitudes in Bolivia. Rev Panam Salud Publica
1999;6(6):392-399.
120 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
nutrición / anemia 121
Introducción
A lo largo de la historia de nuestro país se han desarrollado e implementado diversas políticas
y programas de alimentación y nutrición, desde aquellas con carácter asistencial hasta
los programas condicionados a la inversión en desarrollo de capital humano. Diversos programas
han recurrido a distintas estrategias de apoyo, incluyendo los subsidios a la producción
de alimentos, los subsidios al consumo de alimentos, la distribución directa de canastas
de alimentos, la distribución de alimentos dirigidos a los grupos de edad vulnerable y la
orientación alimentaria. Varias de estas estrategias se han combinado en programas de coordinación
intersectorial. En diversos momentos, las políticas de apoyo a la producción o el
consumo de alimentos han transitado de los subsidios y apoyos generalizados a la focalización
de beneficios a grupos social y biológicamente vulnerables.1
La evolución de los programas y políticas de nutrición y alimentación en México ha sido el
resultado de un proceso de aprendizaje a partir de las experiencias nacional e internacional.
Actualmente se sabe mucho más acerca de las causas de desnutrición y de las acciones efectivas
para mejorar el estado nutricio de lo que se sabía tan sólo hace unas décadas. Esto se
refleja en los programas y políticas implementados mundialmente. Por ejemplo, se ha modificado
el uso aumento de peso en los niños por aumento de estatura como indicador de mejoría
en el estado nutricional infantil. Se ha incorporado entre los objetivos centrales de toda
intervención la mejoría en el estado de micronutrimentos, independientemente de la búsqueda
de efectos en el crecimiento y el desarrollo, y se ha entendido que las intervenciones
son más efectivas cuando incluyen componentes educativos y medidas integrales que comprenden
intervenciones de salud, desarrollo, educación y alimentación. Asimismo, se han
desarrollado más y mejores métodos y técnicas para realizar evaluaciones y tomar decisiones
con base en evidencia científica. El debate sobre alimentación y nutrición ha sido creciente;
en la actualidad se cuenta con información útil en el país para comprender mejor las necesidades
de salud y el funcionamiento de los programas.1
Programas de ayuda
alimentaria
121
122 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
Los programas de ayuda alimentaria forman parte de las estrategias gubernamentales para combatir
la pobreza que aflige a millones de mexicanos. Dichos programas generalmente incluyen
entre sus objetivos el abatimiento de la desnutrición que padecen con mayor frecuencia los
grupos vulnerables. Se sabe que los efectos adversos de la desnutrición sobre la salud y el
desempeño ocurren principalmente durante la gestación y los dos primeros años de vida y que
las acciones para la prevención de la desnutrición tienen sus mayores efectos precisamente en
dicha etapa, la cual se ha denominado la “venta de oportunidad” para las acciones de promoción
de la nutrición. Por esta razón, además de focalizar las acciones y programas hacia los
menores de dos años, se incluye también a las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
Las acciones dirigidas a estas etapas del ciclo reproductivo de la mujer no sólo tienen como
propósito beneficiar la salud y nutrición de sus hijos, sino también los de ella misma.
Las políticas y programas de alimentación y nutrición han tenido diversos efectos en la
población. Durante muchos años la asistencia alimentaria en lugar de estructurarse con
criterios de eficacia nutricional tuvo como eje el abasto de alimentos, mediante la entrega
de éstos o el subsidio de su precio. En épocas más recientes, los programas de alimentación y
nutrición han sido planeados a partir de diagnósticos oportunos y confiables, y han incluido
componentes de evaluación que han permitido retroalimentar la toma de decisiones sobre
el diseño y normatividad de dichos programas.
En 1999 se realizó la segunda Encuesta Nacional de Nutrición en México (ENN 1999), la
cual refirió que 23.0% de las familias a nivel nacional eran beneficiarias de algún programa
de ayuda alimentaria. A siete años de la encuesta de 1999, la Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición 2006 (ENSANUT 2006) consideró dentro de sus objetivos actualizar dicha información
y comparar los cambios en la cobertura y focalización de dichos programas durante
el periodo que separa a las dos encuestas.
Metodología
La ENSANUT 2006 obtuvo información sobre la participación de los hogares beneficiarios
de programas de ayuda alimentaria. En el caso específico de los programas Oportunidades y
Liconsa, se obtuvo la información de cada uno de los miembros del hogar. Esta información
fue recolectada en la totalidad de los hogares visitados.
La información de los hogares que reciben programas de ayuda alimentaria, se categorizó por
tercil de nivel socioeconómico (bajo, medio y alto), tipo y tamaño de localidad (urbana o
rural) y grupos de edad (preescolares, escolares, adolescentes y adultos).
El nivel socioeconómico se construyó a través de un índice de componentes principales, a partir
de variables sobre las condiciones de la vivienda y la posesión de enseres domésticos y otros
bienes, incluidas en el cuestionario de hogar, tales como el número de aparatos eléctricos en la
nutrición / programas de ayuda alimentaria 123
casa (televisión, radio, videocasetera, teléfono, computadora), el número de habitaciones en el
hogar (sin contar baño, cocina ni pasillos), la posesión de refrigerador, estufa de gas y lavadora, y
los materiales de construcción en piso y techo.
La información sobre los beneficios de los programas fue recopilada preguntando a la madre
de familia si alguien dentro del hogar recibía algún apoyo de cualquier programa de ayuda
alimentaria, fuese gubernamental o no; de ser así, se le solicitaba información detallada
sobre los programa y beneficios recibidos por distintos miembros de la familia.
Resultados
Cerca de 9 347 000 hogares en todo el país (representando al 40.2% de los casi 23 225 000
hogares en México) informaron recibir uno o más programas de ayuda alimentaria. De ellos,
cerca de 2 202 000 hogares (alrededor de 9.5% del total de los hogares en México) son
beneficiarios de más de un programa.
En la figura 9.1 y en el cuadro 9.1 se presenta información correspondiente a las familias
beneficiarias de los principales programas de ayuda alimentaria (o instituciones responsables
de su funcionamiento) en el ámbito nacional y por tipo y tamaño de localidad de residencia
(urbano/rural). El programa con mayor cobertura es Oportunidades, el cual beneficia
■ Figura 9.1
Porcentaje de hogares que reciben ayuda alimentaria, por tipo de programa, tipo de localidad y en el ámbito
nacional. México, ENSANUT 2006
Urbano Rural Nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
%
Despensas DIF
Cocinas Populares DIF
Desayunos Escolares DIF
PAL
Suplementos de Vitaminas y Minerales
ONG
Liconsa
Oportunidades
124 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
a 25% de los hogares entrevistados, seguido de diversos programas del DIF, que benefician
en conjunto a 10.5% de los hogares (Desayunos Escolares: 7.1%, Distribución de Despensas:
3.7%, Cocinas Populares: 0.3%); posteriormente sigue en importancia Liconsa, con una
cobertura nacional de 7.8% de los hogares, y los Suplementos de Vitaminas y Minerales
(SVM) distribuidos por la Secretaría de Salud (SSA) a través de diversos programas, que
llegan a 6.4% de los hogares entrevistados. La suma de los porcentajes de beneficiarios por
programa difiere del porcentaje total de beneficiarios, debido a que, como se indicó, un
número importante de hogares recibe más de un programa.
Al analizar la distribución diferencial de los beneficios de los programas entre zonas urbanas
y rurales, es evidente que Oportunidades es el programa con mayor cobertura en zonas rurales,
donde casi 75% de los hogares reciben beneficios de este programa, seguido de los programas
del DIF que cubren 22.4% de los hogares (Desayunos Escolares: 13.4%, Despensas:
8.3% y Cocinas Populares 0.3%); finalmente, los SVM benefician a casi 8% de los hogares
en zonas rurales.
En zonas urbanas los porcentajes de familias beneficiadas por cada programa son Oportunidades:
11%; Liconsa: 9.5%; el conjunto de programas del DIF: 7.9% (con 5.3% beneficiarios
de Desayunos Escolares, 2.4% de Despensas y 0.2% de Cocinas Populares); y SVM: 5.9%.
El Programa de Apoyo Alimentario (PAL) tiene mayor presencia en localidades rurales. Su
representación en el ámbito nacional alcanza casi 147 mil familias, 0.6% del total de los hogares.
La ayuda alimentaria proveniente de las ONG alcanza a 0.4% de las familias en el ámbito
nacional, cerca de 87 mil familias, con coberturas relativas similares en zonas urbanas y rurales.
Al revisar la distribución de la ayuda alimentaria por tercil de nivel socioeconómico se
observa que un total de 5 102 000 hogares en el tercil bajo, 2 721 000 en el tercil medio y 1
523 000 en el tercil alto reciben ayuda alimentaria, representando 65.9, 35.0 y 19.8% del
total de hogares en cada tercil, respectivamente (figuras 9.2, 9.3 y 9.4 y cuadro 9.1).
Se observa que en el ámbito nacional el programa más focalizado a la población con mayores
índices de pobreza es Oportunidades, el cual concentra alrededor de 74.5%, de sus beneficiarios
en hogares del tercil de nivel socioeconómico bajo, seguido de Cocinas Populares, PAL
y Despensas DIF (alrededor de 60% de sus beneficios en el tercil bajo), ONG y Desayunos
Escolares (alrededor de 50% de sus beneficiarios en dicho tercil) y los SVM y Liconsa, que
concentran 33.5 y 21.5% de sus beneficiarios, respectivamente, en el mencionado nivel.
Asimismo, los porcentajes del total de hogares beneficiarios de Oportunidades y PAL que
corresponden al tercil de nivel socioeconómico privilegiado son muy bajos (3.5 y 6.2%,
respectivamente), mientras que los porcentajes para los otros programas son relativamente
altos: 16% en DIF, 19.2% para ONG, 32% en SVM y 37% en Liconsa. Estos hallazgos
nutrición / programas de ayuda alimentaria 125
■ Figura 9.2
Porcentaje de familias que reciben programas de ayuda alimentaria en el tercil socioeconómico bajo, por
tipo de localidad y en el ámbito nacional. México, ENSANUT 2006
■ Figura 9.3
Porcentaje de familias que reciben programas de ayuda alimentaria en el tercil socioeconómico medio, por
tipo de localidad y en el ámbito nacional. México, ENSANUT 2006
Urbano Rural Nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
%
Despensas DIF
Cocinas Populares DIF
Desayunos Escolares DIF
PAL
Suplementos de Vitaminas y Minerales
ONG
Liconsa
Oportunidades
Urbano Rural Nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
%
Despensas DIF
Cocinas Populares DIF
Desayunos Escolares DIF
PAL
Suplementos de Vitaminas y Minerales
ONG
Liconsa
Oportunidades
126 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Cuadro 9.1
Distribución de la ayuda alimentaria por tercil de nivel socioeconómico y por programa. México, ENSANUT 2006
Tercil SE bajo Tercil SE medio Tercil SE alto Total
Muestra Número Muestra Número Muestra Número Muestra Número %3 de hogares
cubiertos
número (miles) %1 %2 número (miles) %1 %2 número (miles) %1 %2 número (miles) por programa
Despensas DIF 1 072 513.0 10.1 59.0 559 250.8 9.2 28.8 196 105.7 6.9 12.2 1 827 869.4 9.3
Cocinas
Populares DIF 119 42.4 0.8 65.2 37 13.8 0.5 21.2 15 8.8 0.6 13.5 171 65.0 0.7
Desayunos
escolares DIF 1 728 803.6 15.7 48.6 1 000 577.8 21.2 35.0 361 271.6 17.8 16.4 3 089 1 652.9 17.7
PAL 176 91.1 1.8 62.1 98 46.5 1.7 31.7 17 9.1 0.6 6.2 291 146.7 1.6
SVM 1 191 495.9 9.7 33.5 983 510.5 18.8 34.5 661 474.7 31.2 32.0 2 835 1 481.1 15.8
ONG 68 39.6 0.8 45.6 47 30.5 1.1 35.2 22 16.7 1.1 19.2 137 86.9 0.9
Liconsa 529 387.4 7.6 21.5 783 746.1 27.4 41.3 517 672.2 44.1 37.2 1 829 1 805.7 19.3
Oportunidades 9 592 4 380.1 85.8 74.5 3 308 1 288.5 47.4 21.9 523 207.1 13.6 3.5 13 423 5 875.8 62.9
Total 10 697 5 102.1 100.0 65.9 5 222 2 721.2 100.0 35.0 1 937 1 523.3 100.0 19.8 17 856 9 346.6 40.2
1 % del total de hogares al interior del tercil
2 % del total de hogares cubiertos por el programa
3 % del total de hogares que reciben ayuda alimentaria en el ámbito nacional
■ Figura 9.4
Porcentaje de familias que reciben programas de ayuda alimentaria en el tercil socioeconómico alto, por tipo
de localidad y en el ámbito nacional. México, ENSANUT 2006
Urbano Rural Nacional
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
%
Despensas DIF
Cocinas Populares DIF
Desayunos Escolares DIF
PAL
Suplementos de Vitaminas y Minerales
ONG
Liconsa
Oportunidades
nutrición / programas de ayuda alimentaria 127
corroboran el alto grado de focalización de Oportunidades hacia los grupos socioeconómicos
menos privilegiados.
El análisis de la distribución de la ayuda alimentaria para las zonas rurales y urbanas indica el
mismo orden en la focalización hacia los más pobres observado en el ámbito nacional. Es
decir, Oportunidades y PAL son los más focalizados, seguidos por DIF y las ONG, y finalmente
los SVM y Liconsa.
En general, la focalización es más efectiva en zonas urbanas para todos los programas, excepto
los SVM y las ONG, que tienen valores similares de concentración de beneficiarios en el
nivel inferior de ingresos, tanto en zonas urbanas como rurales. Cabe destacar la extraordinaria
focalización de Oportunidades en zonas urbanas, en donde más de 80% de sus beneficiarios
se concentran en el tercil de nivel socioeconómico bajo.
Oportunidades distribuye suplementos alimentarios nutritivos que fueron diseñados para apoyar
la prevención de la desnutrición en hogares de bajos ingresos. Para dichos propósitos el
programa está focalizado adecuadamente.
La leche fortificada Liconsa tiene como principal propósito prevenir la anemia y la deficiencia
de vitaminas y minerales. Debido a que la leche es subsidiada, está dirigida a hogares con
cierta capacidad de compra, principalmente en zonas urbanas, en donde la prevalencia de
anemia y deficiencia de micronutrimentos sigue siendo elevada. Es importante definir con
claridad el segmento socioeconómico al que va dirigido este programa, que podría complementar
las acciones del Programa Oportunidades al cubrir un segmento de mayores ingresos
pero con problemas de anemia y deficiencia de micronutrimentos. Sin embargo, en el tercil
alto los problemas de anemia y deficiencia de micronutrimentos son bajos y seguramente
dichas familias no requieren de programas sociales para solucionarlas.
La distribución de SVM por la SSA incluye los distribuidos por el programa de nutrición en
población indígena, dirigida a mujeres y niños; los distribuidos especialmente a mujeres
embarazadas en el programa Arranque Parejo en la Vida y los distribuidos por varias secretarías
estatales a distintos grupos de edad. Posiblemente, la focalización en esta estrategia
responde más a vulnerabilidad biológica y no necesariamente a vulnerabilidad social de
hogares atendidos por la SSA. Por ejemplo, todas las mujeres embarazadas, independientemente
de su condición socioeconómica, deben recibir suplementos de hierro y ácido fólico.
Los datos obtenidos no permiten distinguir entre estos tres tipos de programa, lo que es
indispensable para juzgar si la focalización es efectiva.
Como ya se mencionó, el programa DIF incluye beneficios para diversos grupos de edad, principalmente
escolares y preescolares. El programa que proporciona mayores beneficios es Desayunos
Escolares con 21.3% a escala nacional, focalizados mayormente hacia áreas rurales
128 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
pertenecientes a los terciles socioeconómicos bajo y medio (13.7 y 13.3%, respectivamente)
y cercana a 11% en el tercil alto rural. En el ámbito urbano se proporcionan
desayunos escolares a 17% de la población nacional, siendo los mayor beneficiados los
niños pertenecientes al tercil bajo (7.5%), seguidos de los del tercil medio (6.3%) y
alto (3.2%). Los programas de Despensas del DIF alcanzan 11.2% en la escala nacional,
siendo mayor su distribución en zonas rurales del tercil bajo; y el de Cocinas
Populares, que apenas alcanza el 0.8% de cobertura nacional, está presente mayormente
en el medio rural pobre. Más de la mitad de los beneficiarios de Desayunos
Escolares se ubican en los terciles medio y alto; en estos grupos los problemas de obesidad
son ya más importantes que los problemas de deficiencias de micronutrimentos.
Es importante analizar y discutir el papel que los Desayunos Escolares tienen en la
prevención de la obesidad y las enfermedades crónicas, por un lado, y en la deficiencia
de micronutrimentos, por el otro, con el propósito de adecuar su composición a la
nueva realidad epidemiológica y nutricional que vive Mexico y tomar decisiones sobre
la necesidad y pertinencia de dicho programa para distintos sectores de la sociedad.
Un tema no abordado en esta publicación, pero que se abordará en futuras publicaciones,
son los posibles efectos adversos de los programas de ayuda alimentaria en general
en cuanto al aumento de la obesidad. La obesidad está aumentando entre la población
de bajos ingresos a mayor velocidad que entre la población con altos ingresos. Los
programas de distribución de alimentos deben considerar dicha realidad y deben incluir
entre sus objetivos la prevención de obesidad en los beneficiarios.
A pesar de los esfuerzos, especialmente de la Sedesol, por evitar duplicidad en la
entrega de beneficios alimentarios a la población, esto no se ha conseguido aún. El
25.5% de la población que recibe ayuda alimentaria se beneficia de dos o más
programas (1 824 700 hogares). En el cuadro 9.2 se puede observar las combinaciones
más frecuentes de dos programas y en el cuadro 9.3 las de tres programas. Se
observa en el cuadro 9.2 que 31.4% de los hogares que reciben dos programas son
beneficiarios de Desayunos Escolares y además tienen el beneficio de Oportunidades;
17.7% corresponden a hogares que reciben Oportunidades y SVM; el 15.5% a
Oportunidades y Despensas DIF; y cerca de 10% a Liconsa y Desayunos Escolares.
El 4.5% de los hogares beneficiarios de los programas de ayuda alimentaria reciben tres
programas (324 400 hogares). El cuadro 9.3 muestra que 30% de la población que
recibe Desayunos Escolares DIF es además beneficiaria de Oportunidades. Cerca de
18% reciben el programa de Despensas del DIF, Desayunos Escolares y, finalmente,
42.6% de la población recibe Desayunos Escolares y Oportunidades además de otros
programas.
■ Cuadro 9.2
Distribución de diversas combinaciones de dos programas
de ayuda alimentaria en el ámbito nacional. México,
ENSANUT 2006
Programa 1 Programa 2 %
SVM Oportunidades 17.7
PAL Oportunidades 2.4
Liconsa Oportunidades 5.9
SVM 4.1
Oportunidades 15.5
Despensas DIF SVM 1.8
Liconsa 1.7
Oportunidades 31.4
Desayunos Escolares DIF SVM 9.7
Liconsa 3.3
Otras combinaciones 6.5
Total 100
■ Cuadro 9.3
Distribución de diversas combinaciones de tres
programas de ayuda alimentaria en el ámbito nacional.
México, ENSANUT 2006
Programa 1 Programa 2 %
Desayunos Escolares SVM + Oportunidades 30
Despensas DIF SVM + Oportunidades 9.5
DE + Oportunidades 17.9
Otras combinaciones 42.6
Total 100
nutrición / programas de ayuda alimentaria 129
También se obtuvo la información de los hogares beneficiarios de cuatro o más
programas, lo cual alcanza 7.4% en el ámbito nacional, es decir, 52 900 hogares
(datos no presentados).
En general es deseable que los beneficios de diversos programas de ayuda alimentaria
no se concentren en las mismas familias, salvo en casos en los que se podría justificar
los beneficios duplicados. Por ejemplo, un mismo hogar puede recibir SVM
para la madre embarazada y suplemento Nutrisano distribuido por Oportunidades
para el niño o desayuno para el escolar y beneficios de Oportunidades para la madre
embarazada; sin embargo, en otros casos puede no ser deseable la duplicidad por
razones de costos, de equidad en la distribución de beneficios y de duplicación del
mismo beneficio (por ejemplo, micronutrientes) a partir de dos o más programas.
Es necesario identificar las combinaciones de programas más frecuentemente observadas
para juzgar si dicha duplicidad se justifica.
A nivel nacional, la mayor proporción de familias que informaron recibir dos o
más programas de ayuda alimentaria fue en el nivel socioeconómico bajo con
26.4%, en el tercil medio con 23.4% y finalmente, como se esperaba, la menor
proporción se informó en el nivel alto con 14.4 por ciento. En el ámbito rural las
proporciones de familias que informaron tener más de dos programas en los distintos
terciles de nivel socioeconómico son muy similares, con una diferencia no
mayor a 1.5% entre los niveles bajo, medio y alto. Por su parte, para el ámbito
urbano, la mayor proporción de familias beneficiarias de más de un programa se
observó en el nivel socioeconómico bajo con 21.9% y la menor en el nivel alto
con 12.7% (figura 9.5). Claramente, la duplicidad de beneficios no parece obedecer
a las necesidades de los beneficiarios. El de que casi uno de cada seis hogares
del tercil socioeconómico alto reciba más de un beneficio difícilmente puede justificarse.
Un análisis adicional fue el comportamiento a través del tiempo de los programas
incluidos en la ENN 1999. En 1999, se recolectó información de programas de ayuda
alimentaria en 14 816 hogares, de los cuales 9 635 pertenecían a localidades urbanas y
5 181 a localidades rurales. Comparando las coberturas de los programas en 1999 y
2006 (cuadro 9.4), destaca el crecimiento de Oportunidades (de alrededor de 600 mil a
más de 5 millones), los programas del DIF (de 1.4 a 2.5 millones) y Liconsa (de 1.4 a
1.8 millones). En términos relativos al total de la población beneficiaria de programas
de ayuda alimentaria, sólo Oportunidades ha aumentado, mientras que la importancia
relativa de los otros programas ha disminuido.
■ Figura 9.5
Porcentaje de familias que reciben dos o más programas
de ayuda alimentaria, por tercil de nivel socioeconómico,
tipo de localidad y en el ámbito nacional. México,
ENSANUT 2006
Urbano Rural Nacional
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
%
Bajo Medio Alto
130 encuesta nacional de salud y nutrición 2006
■ Cuadro 9.4
Distribución porcentual de los hogares con ayuda alimentaria por tipo de localidad y en el ámbito nacional. Comparativo entre la ENN 1999 y ENSANUT 2006.
Urbano Rural Nacional
Muestra Número Muestra Número Muestra Número
ENN 1999 número (miles) %1 número (miles) %2 número (miles) %3
DIF 589 705.9 5.1 900 725.8 16.8 1489 1,431.6 7.9
ONG 14 21.6 0.2 4 2.8 0.1 18 24.3 0.1
Liconsa 785 1,251.1 9.1 266 228.8 5.3 1051 1,479.9 8.2
Fidelist 321 523.0 3.8 54 71.6 1.7 375 594.6 3.3
Progresa (Oportunidades) 33 36.0 0.3 619 586.8 13.6 652 622.7 3.4
SEP 66 95.0 0.7 59 48.9 1.1 125 143.9 79.6
Albergues del INI - - - 3 3.3 0.1 3 3.3 1.8
Programas estatales 28 39.1 0.3 36 26.3 0.6 64 65.3 36.1
Niños en solidaridad 45 49.0 0.4 93 67.3 1.6 138 116.3 64.3
Secretaría de Salud 6 10.2 0.1 18 15.4 0.4 24 25.6 14.2
Urbano Rural Nacional
Muestra Número Muestra Número Muestra Número
ENSANUT 2006 número (miles) %1 número (miles) %2 número (miles) %3
Despensas DIF 871 437.8 8.5 956 431.7 10.3 1 827 869.4 9.3
Cocinas Populares 55 28.1 0.5 116 39.9 0.9 171 64.9 0.7
Desayunos Escolares DIF 1 449 956.3 18.5 1640 696.7 16.7 3 089 1 652.9 17.7
ONG 71 60.9 1.2 66 26.0 0.6 137 86.9 0.9
Liconsa 1 599 1 709.3 33.0 230 96.4 2.3 1 829 1 805.7 19.3
Oportunidades 4 645 1 983.8 38.3 8 778 3 892.0 93.3 13 423 5 875.8 62.9
1% del total de hogares que reciben ayuda alimentaria en zonas urbanas
2% del total de hogares que reciben ayuda alimentaria en zonas rurales
3 % del total de hogares que reciben ayuda alimentaria en el ámbito nacional
Conclusiones
En México más de 40% de los hogares recibe algún tipo de ayuda alimentaria. Este
porcentaje es mayor que el porcentaje de hogares clasificados en pobreza
alimentaria,2 estimado en 14.1% para 2005, o en pobreza de capacidades (19.4%)
y ligeramente superior al porcentaje de hogares en pobreza de patrimonio (39.6%);
por lo que, en principio, parecería que el número de hogares beneficiarios es mayor
al que requiere apoyo alimentario y similar al número de hogares en pobreza de
patrimonio.Debe analizarse, sin embargo, si la focalización de los beneficios y la
calidad de los programas son adecuadas.
El programa de mayor cobertura es Oportunidades, cuyos beneficios alcanzan a una
cuarta parte de los hogares (5.8 millones), seguido de DIF, Liconsa y SVM con
coberturas entre 6 y 11% de los hogares.
nutrición / programas de ayuda alimentaria 131
De los programas con mayor cobertura, Oportunidades focaliza sus beneficios predominantemente
a hogares de bajos ingresos de manera efectiva, el DIF lo hace en
menor medida, y Liconsa y SVM no distribuyen sus beneficios predominantemente
a hogares de bajos ingresos. Oportunidades no sólo concentra la mayor parte de sus
beneficiarios en el tercil de nivel socioeconómico bajo, sino que muy pocos de sus
beneficiarios pertenecen al tercil elevado, lo que lo hace altamente efectivo en términos
de focalización. Éste no es el caso para los otros tres programas con altas
coberturas, los cuales incluyen como beneficiarios a porcentajes importantes de
hogares que provienen del tercil superior de nivel socioeconómico. Es importante
determinar, para cada uno de los programas, los segmentos socioeconómicos a los
que van dirigidos, de acuerdo con sus objetivos, para asegurar la adecuada focalización
de sus beneficios. Este ejercicio se hará para cada programa y para el conjunto de los
programas y será motivo de futuras publicaciones.
Finalmente, es importante abordar los posibles efectos adversos de programas de
ayuda alimentaria sobre el riesgo de obesidad de los beneficiarios.
Referencias
1. Barquera S, Rivera-Dommarco JA, Gasca-García A. Políticas y programas de alimentación y
nutrición en México. Salud Publica Mex 2001;43:1-14.
2. Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social. Octubre 2006.
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
• 2006 •
Se terminó de imprimir en octubre de 2006.
La edición consta de 1 000 ejemplares
y estuvo al cuidado de la
Subdirección de Comunicación Científica
y Publicaciones del Instituto Nacional de Salud Pública